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Después de desayunar llevé a Jake a una de las habitaciones de invitados que tenía su propio cuarto de baño y le pasé una toalla para que se pudiera duchar a gusto. Le dije que nos encontraríamos en la cocina y luego me dirigí a mi habitación y me di una ducha rápida para después colocarme un short y una camiseta.

Lo encontré en la cocina hablando con mi nana. Ella lo halagó diciendo que era un chico encantador y que él ya le había contado del porqué estaba ahí. Pregunté por los demás y me contestó que solamente estaban David y Christian pero que seguían dormidos porque anoche estuvieron bebiendo hasta tarde.

-Me gustaría dormir un poco. Y estoy segura que tú también, Jake. Acompáñame - le pedí - nana, dormiramos en el cuarto de juegos - aclaré porque ya me la conocía.

El cuarto de juegos estaba equipado con una gran pantalla y diversos juegos como la Nintendo Wii, la Playstation, la Xbox , teniamos una mesa de billar, de Ping Pong y muchas más cosas. Pero también tenía un par de sofás que eran incluso más cómodos que una cama y bien amplios. Muchas veces David, Fernanda, José y yo nos quedábamos dormidos viendo películas, así que manteniamos unas mantas y almohadas guardadas para estar preparados y a gusto. Le entregué una manta y una almohada al bombón neoyorquino y cada uno se acostó en un sofá.

-Que tengas dulces sueños hermosa - comentó mandándome un beso en el aire.

-Lo mismo para ti, bombón - me atreví a decir.

Le di la espalda y me cubrí con la manta hasta la cabeza por la vergüenza. 



*  *  *  *  *



CHRISTIAN

No podía estar más molesto. No solo se ponía despampanante para él, sino que también se lo traía a dormir a su casa.

Anoche estuve hasta tarde bebiendo junto a David, recordando viejos tiempos y riéndonos de los estúpidos que habíamos sido en nuestra adolescencia. Tenía la ligera esperanza de que Victoria llegara y así poder aclarar las dudas que tenía en mi cabeza. Admitir que la idea de que tuviera algo con ese chico me hacía rabiar era algo difícil. No quería que estuviera con otro tipo. El ser tan posesivo cuando de Victoria se trataba me había sorprendido. Había empezado a conocerla y me había dado cuenta de lo maravillosa que era. Victoria era alegre, espontánea, muy noble y con un carácter que me encantaba. Nunca me habían atraído las mujeres sumisas, me gustaba que me dieran guerra y Victoria era perfecta para ello. La idea de que otro disfrutara de lo que yo compartía con ella me provocaba un nudo en él estómago. No quería jugar con ella pero tampoco estaba seguro de lo que quería y eso me frustraba aún más. 

Todos estábamos en la mesa apunto de comer cuando la pequeña mujer de sonrisa radiante que me traía de cabeza apareció en el comedor acompañada de su amigo. 

-Hola, chicos - saludó.

Antes de sentarse a comer presentó a Jake y todos lo saludamos.

Ya habían servido la comida y todos estábamos comiendo cuando no pude aguantarlo más y le pregunté a la rubia sobre que tal le había ido la noche a ambos. Ella levantó la vista de su plato y me dedico una mirada de confusión.

-Muy bien, Victoria hizo que me lo pasara genial. También me llevó a la playa - comentó Jake al ver que Victoria no contestaba.  

¿Se habían bañado juntos? ¿Como lo hicimos ella y yo en el río? La ira empezó a hervir en mi sangre.

¡Soy un imbécil!

Apretaba con tanta fuerza mi cubierto que estuve apunto de doblarlo. Victoria me miro de nuevo a los ojos y luego dirigío su mirada a mi mano, se había dado cuenta de mi molestia y alzó la ceja preguentandome de que iba. Con cuidado dejé el cubierto sobre la mesa y me disculpé diciendo que tenía que hacer una llamada muy importante.



Lo Que La Vida Me Robó [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora