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Estaba sudado, exhausto y lleno de arañazos. En ese momento se encontraba agitado, apoyado en sus piernas mientras veía a una pequeña chica rubia con los ojos cerrados, su pecho subiendo y bajando en busca de regular su respiración, sus muslos sobre el regaso de él, separados, uno a cada extremo de su cadera.
Incluso así como estaba, cansado y algo adolorido ya, la jalo toscamente por las caderas, atrayendo la hacía él, alejandola de las almohadas donde se había encontrado desde el principio, Tweek se quejo ante el trato brusco, aunque de algún modo, con aquellos encuentros se había percatado de que Craig era un salvaje en lo que al sexo se refería
Tenía las nalgas al rojo vivo por las mordidas y nalgadas que le había dado.
El cuello aunque no le dolía tenía prominentes marcas, así como señales de los dientes en su piel...
La mordía muy fuerte y eso iba a dejarle marcas.
También la había atado de las manos en una ocasión con la cinta de su falda, solo una sesión donde había querido verla con las muñecas sujetadas sobre su cabeza.. . Había experimentado demasiado... Y de alguna forma lo agradecía, no tenía ni idea cuando sería la próxima vez que tendría sexo y juraba que después de aquello Craig la botaria fácilmente como a los condones que habían usado esa tarde.
La rubia notó como comenzaba a hacer frío y se percató cuando miró a la ventana de las gotas de lluvia que comenzaban a estrellarse contra el vidrio.
Craig había comenzado a penetrarla otra vez.
Gemidos débiles salieron de su boca, el ritmo era lento, cosa que le extrañó, solía ser más despiadado.
Se sintió sumamente protegida con su varonil cuerpo sobre ella, desprendia calor y sus brazos a sus costados la hacían sentir a salvo.
Pero ¿y el?
Enredo sus brazos a su cuello y se atrevió a acariciarlo, hasta ahora el único contacto que habían tenido con sus manos había sido arañarlo cuando se pasaba de listo o brusco, esta vez sus manos pequeñas y femeninas jugaban con su cabello azabache y le brindaban caricias suaves en su espalda, Tucker juro que la chica tocaría su trasero, haría algo osado para excitarlo más, pero no, se mantuvo acariciando su espalda amorosamente mientras la embestia y ella gemia bajo él.
Sintió pequeñas muestras de cariño, besos cortos y superficiales en su cuello y sus hombros, delineando su mandíbula, el mismo alentó aún más su ritmo cuando la chica comenzó a mimarlo...
Sintió que se movía inquieta y se detuvo, sólo para sentir las sábanas sobre su espalda que Tweek jalaba para cubrirlo.
–¿Que estas haciendo? – preguntó con legítima curiosidad, ella, bajo su mirada atenta y su cuerpo acorralandola, intentó desviar la mirada sin mucho éxito.
–E-Empezó a llover afuera, hará frío... S-si no te cubres te v-vas a resfriar–
Enterró su nariz nuevamente en su melena rubia para aspirar el aroma dulce y avainillado de ella solo para penetrarla más rápidamente Tweek lo abrazo por el cuello, quejándose sonoramente.
Craig pudo oír su nombre un par de veces más entre los gemidos, devoró su cuello una vez más, se sacio de sus pechos y beso cada rincón de su rostro, hasta volver a su boca y memorizarla con su lengua, haciéndola participe también de ese beso, alentandola, acariciando su lengua suavemente con la propia.
Tweek era muy torpe.
Demasiado.
Sus caderas estaba rígidas y era tímida, no tenía iniciativa alguna, sus besos siempre los dominaba él.
Siempre era Craig quien la dirigía...
Cualquier chico podría haberse frustrado y dejar aquello, pero para Craig... Era una experiencia sumamente satisfactoria...
Nunca había manejado el cuerpo de alguien con tanta libertad y facilidad.
Era pequeña, delgada, lucía frágil pero sabía soportarlo... Podía con él y con su brusquedad, la veía disfrutarlo, en algún punto se había olvidado hasta de su propio nombre al encontrarse hundido en lo más profundo de ella.
Definitivamente el no era un hombre de religión o creencias extrañas pero en esa ocasión ese buen sexo de verdad merecía un agradecimiento.
Se puso a pensar en ello en medio de la faena, eso no era justo, no estaba pagándole a Tweek, había hecho lo que él quería cuando él quería con su pequeño cuerpo, de hecho... Probablemente ella ya estaba demasiado agotada y no quería continuar pero él no podía evitar seguir haciéndolo, incluso si era lento y pausado como en ese momento...
Sintió a Tweek recorriendo los tatuajes de constelaciónes en su espalda, probablemente ya los había memorizado de verlos tanto tiempo, sintió su columna temblar ante el contacto y sin previo aviso eyaculo, jadeando su nombre en el último momento...
Ya le había regalado un par de orgasmos, sin embargo él le debía otro par... Había sido una buena niña, se había portado bien...
Se sentía con la necesidad de premiarla de algún modo pero....
¿Que le gusta a una chica virgen en el sexo?
Que prefiere, que no le agradada...
Su mente se quedó en blanco unos segundos cuando ella simplemente lo recibió tranquila, dejándolo aspirar el aroma de su cuello mientras acariciaba su cabello negro entre aquellos dedos delgados y largos.
Sus uñas eran largas y probablemente de haberlo querido podría haberle dejado mucho daño, pero Tweek no era así.
Tweek no era una perra desesperada por ser follada, no, era más una suerte de chica sumisa que se habría apegado al plan que le propusiera.
Era una hermosa chica complaciente y bondadosa... Llena de cariño.
Lastima que eso no estaba en sus planes.
Sus piernas lo abrazaron, como una suerte de koala.
La miró y sus ojos cerrados delataban lo relajada y cansada que estaba.
No pudo evitar depositar un pequeño beso en su frente a modo de agradecimiento.
Hacia mucho no disfrutaba tanto de tener sexo con alguien... Hacia mucho ni siquiera conseguía venirse con las chicas con las que estaba, era todo tan fugaz e insignificante.
Se quedó un rato quieto, disfrutando de las caricias amables, después, se retiro sin decir una palabra a darse una ducha.
Tweek tuvo exactamente la misma idea, pero debía esperar, en cambio, utilizó una bata y llamó a la empleada a la cual recibió con toda la vergüenza del mundo.
La mujer ordenó la habitación pero miraba con una sonrisa pícara a la chica, que sólo deseaba que eso acabará pronto.
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