Toda su vida los sueños que tenía eran producto de su gran imaginación, más allá de sus vivencias o experiencias.
No había muchos rostros en ellos, pero sí abundaban las flores que se plasmaban en sus libros, o los paisajes de las pinturas que adornaban su casa.
Esos sueños eran mejores que la vida que llevaba.
En ellos era fuerte, invencible. En ellos la luz del sol no lo dañaba.
Estar rodeado de tantos girasoles era como estar viviendo un sueño, pero despierto. La cama de estrellas brillaba en el cielo. El viento era amable y el pasto, una eterna extensión hasta el horizonte. Y los girasoles lo abrazaban, Yoongi se imaginaba que la luz de ellos era demasiada, que lo tocaban con amabilidad y su piel respondía a su llamado.
Sintió la libertad en cada poro.
Y aún en ese momento tan especial, era Hoseok el que se robaba toda su atención. Como el verdadero sol en aquel lugar. Como la verdadera libertad que siempre esperó. Como el verdadero sueño que siempre deseó realizar.
Fue caminando entre las flores y Hoseok lo seguía desde atrás, admirando como Yoongi lucía tan fascinado. Su rostro brillaba más que la luna en esa noche. Su corazón se sintió cálido con la imagen, pues Yoongi parecía ser una persona especial.
—Esto es maravilloso, ¿lo ves todos los días?
Hoseok asintió y acarició unos pétalos, agachando la cabeza.
—Me recuerdan a mi madre, verlos es como tenerla cerca y entregarlos a su tumba es lo menos que puedo hacer por ella, por todo lo que hizo por mí cuando aún vivía.
Yoongi se acercó al chico castaño.
—Estoy seguro de que ella está muy agradecida contigo por eso. Eres una buena persona, Hoseok.
El jovenlzó la vista y Yoongi sonrió con amabilidad.
—Mira las estrellas, son muchas, ¿no crees?
—Por mi ventana no se pueden ver tantas...
Hoseok se sintió muy consciente de sí mismo cuando vio que Yoongi estaba tan cerca de él.
—¿Alguna vez has visto una estrella fugaz?
—¿Los cometas? Sí, he visto varios.
—Ah... —¿Cometas? Hoseok no sabía qué eran esos, nunca había escuchado aquella palabra—. Yo me refería a las estrellas que se mueven.
Yoongi frunció el ceño y se quedó mirando directo en los ojos castaños del otro joven, pensando.
—Tus ojos brillan mucho, no me había dado cuenta —dijo, viendo los orbes marrones del otro chico.
Hoseok se avergonzó y se rascó la nuca mientras su vista se desviaba a otro lado que no fuera Yoongi.
—¿En serio? No lo sabía.
El pelinegro asintió.
—¿Me dejarías escribirte un poema? —preguntó sin pensarlo.
Las orejas del menor se pusieron calientes. Nunca en su vida había conocido alguien que le causara aquellas sensaciones de vergüenza y emoción. No había nadie así en el pueblo. Pero allí estaba Yoongi, un poeta que había llegado a su vida como un girasol escondido en la sombra, pequeño y sediento del sol y más allá de lo que pueda haber en el cielo.
—¡Pero por supuesto, sería un honor para mí! —respondió animadamente.
—Siempre pensé que el cielo sería mi única inspiración, hasta que encontré los girasoles. Pero...
"Creo que ninguno de ellos me motiva tanto a escribir como tú, porque cada parte de ti se asimila a versos que puedo pintar"
—¿Pero? —preguntó Hoseok al ver que Yoongi no terminó la oración.
El chico un año mayor negó con una sonrisa.
—Gracias, tenías razón de que necesitaba la inspiración y que la obtendría al salir. Quisiera que este momento durara para siempre. Quisiera dormir en este campo hasta el amanecer —dijo con voz suave y una sonrisa cálida.
—¿Es tan malo? —preguntó el chico castaño de repente.
Yoongi se sentó en el césped y Hoseok se puso a su lado, hombro a hombro, a pesar de todo el espacio a su alrededor.
—¿Qué cosa?
—El sol en tu piel. —Señaló al brazo pálido de Yoongi.
—Realmente no lo sé, he tenido muchas precauciones toda mi vida, creo que era muy pequeño cuando tuve algún incidente relacionado a mi condición. Supongo que me da más miedo exponerme sin saber exactamente qué tanto daño me pueda causar —explicó el mayor, recordando esos tiempos.
—Lo siento...
Yoongi lanzó una risilla bien intencionada.
—¿Por qué te disculpas? —preguntó confuso, sin dejar de reír.
—No lo sé —respondió Hoseok encogiéndose de hombros.
Ambos rieron.
—¡Oh, mira!
Yoongi siguió la dirección del dedo del menor apuntando al cielo.
Algo efímero, pero hermoso. Una luz que apareció dejando una estela detrás suyo.
—¡Un cometa!
—¡Una estrella fugaz!
Dijeron al mismo tiempo. Se miraron confusos después, pero se sonrieron mutuamente.
—Puedes pedir un deseo, Yoongi.
—¿Uh? ¿Puedo hacer eso?
Hoseok asintió varias veces, emocionado, así que Yoongi confió y cerró sus ojos.
La brisa gentil susurró su deseo a esa estrella.
°°°
Este capítulo fue corto porque no quiero llegar al drama tan rápido... No me pareció tan bien combinarlo con toda la narración de este capítulo, así que me disculpo por la brevedad.Pero bueno, no hago spoilers.
Muchas gracias por leer.
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El Lenguaje De Los Girasoles (Sope)
Fanfiction❝ yoongi tiene una enfermedad extraña que lo ha confinado en su casa desde que tiene memoria. yoongi es un poeta solitario, un pájaro enjaulado que sólo tiene una ventana como vista al mundo exterior. hoseok es un simple campesino alegre al que le g...