Llegaron a la casa de Hoseok, en medio del campo.
Ya antes había estado ahí, con la diferencia de que no había entrado. Esta vez sí lo hizo, siguiendo tímidamente los pasos del otro joven.
Era un hogar en la máxima expresión de la palabra. Simple y humilde, pero un hogar. Cálido, rústico, familiar.
Todos esos adjetivos hacían que Yoongi sintiera una tranquilidad enorme en su pecho. Una necesidad de pertenencia.
—No es la gran cosa, pero aquí estarás bien. Todo el lugar se llena de luz en el día, pero me aseguraré de que mi habitación sea segura para ti. Mi padre está dormido, ya le explicaré todo en la mañana. Es un hombre muy comprensivo, ya verás.
Hoseok habló muy rápido. Estaba emocionado. Nunca antes alguien ajeno a su familia había estado en su casa.
Yoongi, como la persona tímida que era, asintió y sonrió a lo que decía el castaño.
—Me gusta mucho, es un lugar muy bonito. Y tienes al campo alrededor de ti.
—Así es. El campo es nuestra fuente de trabajo. La naturaleza es muy amable, ¿no es así?
Yoongi volvió a sonreír. Nunca lo había hecho tanto en su vida, así que sus músculos faciales comenzaron a doler. Era una sensación extraña, la de la felicidad y la libertad. Una extraña flor creciendo en invierno para pintar el paisaje blanco y monótono. Un tesoro en el albo manto.
Bostezó, porque la noche es para dormir, todo humano está configurado para aquello, e incluso para un animal nocturno como Yoongi, no se le escapó aquel inconsciente gesto.
—Deberíamos de dormir. Mañana tengo mucho trabajo labrando la tierra y tú mereces un descanso también, sígueme.
Yoongi siguió a Hoseok a su cuarto. Había sólo una cama, las paredes de un tapiz sobrio de color anaranjado. Una mesita de noche con una lámpara bonita y un clóset como único inmueble. Y muchos libros apilados en un rincón.
Todo muy bien ordenado. El lugar olía a Hoseok. A flores nacidas en febrero que queman sus pétalos en verano con el sol de julio.
—Veo que te gusta mucho leer.
Hoseok alzó brevemente la mirada hacia Yoongi, para seguir acomodando unas cosas en su cama y yendo de aquí a allá, tratando de cubrir las ventanas con una manta.
—La mayoría son de poesía. A mí madre le gustaba mucho.
"Por eso le interesó mi poesía" pensó Yoongi.
—Puedes dormir en mi cama. Ya cubrí las ventanas, así que sólo va a entrar un mínimo de luz solar, pero aún tendrás viento y no te sentirás tan encerrado.
—¿Y tú dónde vas a dormir?
Hoseok tomó una almohada y una sábana extra que tenía.
—En el sillón de la sala.
—¿Qué? —Yoongi negó—. No, eso no está bien, tú deberías dormir en tu cama.
—Yoongi, no tengo problema. Al contrario, estoy feliz de ayudarte. Y no creas que es la primera vez que duermo en el sillón, es muy cómodo en realidad.
Pero el pelinegro seguía angustiado porque no le parecía correcto desplazar a Hoseok de su cama.
—Pero...
—Nada de peros. Tienes ojeras, deberías de dormir de una vez. Nos vemos en la mañana, Yoongi.
El castaño le sonrió.
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El Lenguaje De Los Girasoles (Sope)
Fanfic❝ yoongi tiene una enfermedad extraña que lo ha confinado en su casa desde que tiene memoria. yoongi es un poeta solitario, un pájaro enjaulado que sólo tiene una ventana como vista al mundo exterior. hoseok es un simple campesino alegre al que le g...