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“Ellos eran tan perfectamente imperfectos juntos”
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Después de cinco años lo volvería a ver. Volvería a ver aquel que no era su hermano pero se comportaba como uno, aquel que durante sus años de niñez la protegió como nadie, aquel que cuando ella lloraba luchaba por sacarle una sonrisa, ella lo volvería a ver, a ese que era sangre de su sangre, a ese que tenía sus mismo ojos, su mismo tono de piel, su primo, su adorado primo.


—Neji-nissan.—susurro con emoción y nerviosismo.

Cinco años sin ver a su primo, sin escuchar su voz suave, sin ser abrazada por él, cinco años, habían sido realmente una tortura.

Neji, se había marchado, no por voluntad propia, si no por órdenes de su padre, había sido enviado al extranjero solo para recolectar experiencia, para ser enseñado por los mejores profesores, después de todo al igual que ella él también tenía ya su destino trazado.

Heredaría el manejo de los mejores hoteles en Japón.

El sonido vibrante de su móvil la saco abruptamente de sus pensamientos por lo que apresurándose a sacarlo pensando que quizás era su primo lo revisó, congelándose y palideciendo en el momento en el que leyó el nombre del remitente.


“Cruel demonio: Uchiha Sasuke-san”


Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero, solo él era capaz de arruinar su humor sin siquiera estar presente. Casi parecía un don.

Suspirando con los nervios a flor de piel lo abrió encontrándose con un simple y escueto “Hola”. Confundida leyó nuevamente el nombre del remitente cerciorándose de no haberse equivocado.

¿Por qué Uchiha Sasuke le mandaría un mensaje con un simple saludo? Algo tramaba, sabía que él no era una persona que solo saludara porque sí, él era alguien malévolo…

—¿Hinata-sama?.—escucho un susurro confundido llamarla, haciendo que su cuerpo se tensara de inmediato al reconocer el timbre amable y educado, que sabía solo le pertenecía a alguien en específico.

Como en cámara lenta levantó su rostro viendo el rostro confundido de su primo, a quién recordaba unos centímetros más pequeño. En efecto al igual que ella él había cambiado con el paso de los últimos años, su cabello ya antes largo, había crecido varios centímetros más y a diferencia de en el pasado esta vez permanecía completamente suelto, sus ojos tan igual a los suyos seguían brillando de la misma manera de la que recordaba, y su rostro había perdido sus facciones infantiles y en su lugar unas más delicadas pero masculinas habían tomado lugar.

Frente a ella, vestido de manera informal pero elegante, estaba su primo, su adorado primo.

—N-Neji-nissan.—susurro en un jadeó, dejando su móvil a un lado y olvidando por completo el mensaje, llevando ambas manos a su boca.

Su primo sonrió levemente y ella sintió tanta melancolía al recordar esa misma sonrisa ser dirigida a ella múltiples veces en el pasado.

—He regresado Hinata-sama.—anuncio su primo y ella en un arranque de sentimientos se precipitó hacia él, abrazándose a su cuerpo fornido, sintiéndolo tensarse segundos antes de corresponder su muestra abrupta de afecto.

—He regresado y esta vez ya no me volveré a ir. Me quedare junto a usted.—prometió su primo abrazándola un poco más fuerte antes de separarse de ella.

—N-Neji-nissan..—susurro conmovida, con leve sonrojo adornando sus mejillas su primo sonrió y ella le devolvió la sonrisa con la calidez que solo ella podía irradiar en un gesto tan común.—B-Bienvenido a casa.—dijo haciendo que su primo asintiera, sin borrar la sonrisa.

¡Hey Uchiha-san enamorese de Sakura-chan!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora