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Con el tiempo todo se descubre; las mentiras más ocultas, las razones más ciertas y las amistades más falsas.


—¡Sakura-chan!.—jadeo justo antes de entrar al baño donde tres chicas las observaron con curiosidad.

—Fuera… ¡Ahora!.—ordeno Sakura en un rugido haciendo a las chicas salir no sin antes dedicarle uno que otro insulto.

Temerosa se acercó a su amiga quién aún seguía dándole la espalda, muy pocas veces la había visto enojada pero no tenía que ser una genio para saber que en ese momento Sakura lo estaba.

—Te estuve esperando.—susurro Sakura aún sin voltear a verla.
Incómoda y nerviosa asintió, pese a saber que su amiga no la veía.—Y-yo…

—¿Por qué no me lo dijiste?.—pregunto con el mismo tono frío y molesto, ella se encogió un poco temerosa de su enojo.

—L-lo siento..—se disculpo en un susurro casi inaudible, omitiendo decirle que realmente lo había intentado, pero ella se lo impidió, por temor aumentar su molestia para con ella.

Sakura volteo su rostro levemente a ella, y lo que vio la hizo sentir un hueco en el estómago, aquellos ojos verdes que siempre la miraban con afecto la veían molesto y rencorosos, sin amabilidad ni calidez.

—Se supone que está era mi primera cita a solas con Sasuke-kun.—susurro con rencor, haciéndola bajar el rostro.—Pero ahora está arruinada, estás tú y el tonto de Naruto.—escupió con enojo.

Ella no dijo nada, guardo silencio, aún si tenía argumentos con los cuales defenderse, simplemente calló, entendiendo la molestia de su amiga, después de todo su estuviera en los zapatos de Sakura, habría reaccionado igual…. O quizás no.

—Como sea mi cita ahora arruinada, no hay nada que se pueda hacer.—susurro Sakura tratando de quitarle importancia al hecho de que le había arruinado los planes con Sasuke.
Temerosa y nerviosa levantó su rostro observando cómo aún unos pasos alejada de ella, Sakura la observaba con la misma molestia, de brazos cruzados y ceño fruncido.

—¡L-los siento Sakura-chan!.—volvió a disculparse pero Sakura solo suspiro antes de caminar hacia ella, haciéndola retroceder inconscientemente.—…Sakura-chan.—susurro nerviosa.

Sakura estiró una de sus manos hasta ella e inconscientemente cerró los ojos y no fue hasta que sintió un tirón en su vestido que los abrió, observando perpleja e incrédula como una de las tiras de su vestido caí rota sobre su pecho.

—¿¡Que…!?

—Los vestidos no te van, lucen vulgares en ti.—se excusó con una suave sonrisa adornando sus labios.

La vergüenza pintó su rostro haciéndola bajar su mirada a su vestimenta con incomodidad.

—Y-yo…

—Además que es ese extraño peinado, hace que el color extraño de tus ojos resalte.—la interrumpió, haciendo que sus ojos se empañarán de lagrimas, y bajara aún más su mirada, completamente acomplejada y avergonzada.

—S-si, tienes razón.—susurro con voz suave, aún con la mirada baja.—G-Gracias.—sonrió débilmente.

Un suave agarré en su mentón la hizo levantar su mirada a los ojos verdes de Sakura que la veían nuevamente con amabilidad.

—Sabes que te digo esto porque eres mi amiga y te quiero ¿Verdad?.—sonrió Sakura y ella asintió forzando a su sonrisa a no desaparecer, aún si por dentro las palabras de ella la lastimaban.

—L-lo sé, gracias Sakura-chan.—agradeció sonriendo débilmente, Sakura asintió antes de alejarse unos pasos de ella, aún sonriendo.

—Tengo dinero aquí, iré a buscarte ropa, regreso enseguida.—prometió con su sonrisa antes de dejarla sola en el baño, con el eco de sus palabras repitiéndose en su cabeza.

Con pasos lentos camino hacia el espejo de aquel baño, observando su aspecto y sonriendo débilmente. Si, probablemente Sakura tenía razón y aquellos vestidos no iban con ella.

Suspirando soltó su largo cabello, peinandolo con sus dedos sintiendo finalmente las lágrimas resbalaran por sus mejillas. Realmente se había esmerado en su aspecto, al ser esa su primer y quizás única cita con Naruto, pero al parecer había fracasado épicamente, aunque no era algo de que extrañarse, ella no era alguien que supiera mucho de modas, no era alguien brillante como su amiga, ni mucho menos tan bella como ella, debía de aprender su lugar y no jugar a ser alguien que no es.

—¡Oh! ¡Ahí vienen! Pero…—la voz confundida de Naruto lo hizo levantar la mirada de su móvil.

Sorprendiéndose al ver a Hinata que rezagada caminaba unos pasos atrás de Sakura. Su aspecto era totalmente distinto del de hacia unos minutos y supo que la razón era la chica Haruno de brillante sonrisa.

Hinata vestía un chándal color rosa pálido, y una playera blanca de mangas, su cabello antes atado en una coleta alta lo llevaba suelto, cayendo en cascada por su espalda y su flequillo lo llevaba peinado de una manera que casi tapaba sus ojos color perla. Vestía totalmente distinto y Sakura parecía feliz por eso.

—¡Oh! ¡Lamentamos la tardanza.—se disculpo Sakura con una sonrisa brillante y él tuvo que contenerse de fruncir el ceño y ante lo chillón de su voz.

Realmente Haruno Sakura era una molestia.

Observó cómo Naruto se acercó hasta Hinata quién aún mantenía su rostro bajo.

—¿Qué sucedió dattebayo?.—escucho preguntar a Naruto con voz suave.

Hinata se encogió un poco ante la amabilidad de Naruto y antes de que pudiera siquiera abrir la boca Sakura se le adelantó.

—Camino al baño unas chicas le regaron una bebida en el vestido, tuvo que cambiarlo, es una pena.—explico Sakura fingiendo molestia, y el supo que aquello era una total mentira por la mirada sorprendida de Hinata.

—¿Es eso cierto Hina-chan?.—pregunto Naruto con suavidad.

Él quién se mantenía al margen de todo, observó la mirada significativa que Sakura le envío a Hinata y sonrió.

“Valla chica estúpida era Hyūga Hinata.

—S-si, yo no tuve elección. L-los siento.—se disculpo.

Naruto suspiro y por la mirada en sus azules ojos el supo que no creía del todo aquella explicación. Pero por la mirada en los ojos de Sakura y la tensión en Hinata, decidió guardar silencio.

¡Hey Uchiha-san enamorese de Sakura-chan!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora