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“A veces las peores personas son las que nos abrazan y sonríen, esas son las mismas que a nuestra espalda, buscan no uno, si no mil maneras de destruirte”

..
.

Había sido una total sorpresa encontrarse con él, había dado por hecho que no volvería a verlo jamás, pero se equivocó, porqué él estaba ahí, de nuevo, de regreso, con sus ojos fríos e intimidantes y con su rencor más vivo que nunca.

Había dolido, no lo iba a negar, ver aquellos claros ojos que una vez la miraron con calidez mirarla con rencor y frialdad había dolido más de lo que se había esperado. No sé suponía que su desprecio y rencor le doliera, ella lo había dejado en el pasado, había cambiado aquellos claros ojos por los oscuros de Sasuke, ella lo había olvidado.

… Al menos eso era lo que creía.

De reojo observó a Hinata, ella estaba sentada unos cuantos pupitres atrás de ella, sus claros ojos no tardaron mucho en encontrarse con los suyos irradiando aquella calidez que siempre había odiado.

Forzó una sonrisa falsa en su rostro cuando ella le sonrió y después de eso regreso su mirada al frente.

Al principio nunca había sido su intención llegar a odiarla, simplemente había pasado, nunca había tenido una segunda mala intención cuando se acercó a ella en  jardín de niños, su odio y rencor por ella empezó cuando fue consiente del estilo de vida de Hinata, cuando la envidia empezó a esparcirse por su cuerpo como veneno, al verla llegar cada mañana de la mano de su madre, padre o primo. Continúo cuando notó las cosas bonitas y lujosas que hinata poseía, cuando fue consiente del enorme abismo que había entre ambas, empeoró cuando notó la belleza escondida en el rostro redondo de ella, y se solidificó cuando lo conoció a él, Hyūga Neji fue quien acabo con el poco cariño que ella sentía por Hinata. Hyūga Neji fue la cereza del pastel.

Había desarrollado un extraño placer en ver a Hinata llorar. Fue por eso que se encargó de matar toda confianza en ella, se encargó de hacer añicos su autoestima, se encargó de hacerla sentir lo mismo que sentía ella cada vez que la veía. Había disfrutado cada tarde después de la escuela verla llorar en su regazo, habían sido días realmente placenteros hasta que él la descubrió y todo se vino abajo, por un momento había temido que él la delatará, pero para su sorpresa simplemente se fue, durante varios años no supo más de él, y se suponía que así debía de ser.
Ahora que Neji había regresado todo lo que había planeado peligraba con desaparecer. Ahora más que nunca debía de cuidar su espalda.

Observó su alrededor buscando entre los alumnos en el pasillo los cabellos rubios o rojo de Karin y Temari. Realmente necesitaba de ellas.

Llevaba al menos seis minutos buscándolas, de hecho apenas terminó la clase salió en busca de ellas, no esperaba que Hinata se le pegará al corte, con sus ojos nerviosos, incontables tartamudeos y jugueteó de dedos.

Empezaba a exasperarla. Necesitaba deshacerse de ella para buscar bien al dúo de cabezas hueca.

—Sakura-chan… y-yo lamento m-mucho el c-comportamiento de N-Ne…

—Olvídalo Hinata-chan, no estoy molesta contigo ni con él.—la interrumpía sonriéndole con falsa calidez.

Ella la observó agradecida y le devolvió la sonrisa.

Entonces regresó su mirada al frente justo en la momento en el que sus ojos fueron capaces de captar el color rojo chillón del cabello de Karin, y entonces una sonrisa se formó en sus labios. No tenia siquiera que buscarla demasiado.

Regresando su mirada a Hinata fingió sorpresa y se detuvo abruptamente, obligándola a imitarla.

—¿S-sucede algo Sakura-chan?.—preguntó ella confundida y curiosa.

Asintiendo golpeo levemente su frente y señaló el pasillo por dónde venían.

—Olvidé algo en el salón, adelántate yo te alcanzo.—le ordenó empezando a caminar de regreso.

Hinata la observó unos minutos antes de asentir.

—T-te g-guardare un l-lugar.—dijo continuando su camino.

Una vez que la espalda se Hinata desapareció de su vista corrió en dirección a dónde había visto dirigir a Karin y Temari. Corrió por al menos cinco minutos hasta que reconoció la voz de una de ellas.

Normalizando su respiración se abrió camino hasta donde las oía reír, abriendo la puerta con tanta fuerza que está retumbó contra la pared, sonriendo divertida cuando escucho el grito asustado de ambas.

Los ojos rojos de Karin no tardaron en encontrarse con los suyos irradiando furia.

—Aprieta bien los dientes maldito chicle.—gruñó levantándose y caminando en dirección a ella, sin dejar de tronarse ambas manos.
Más ella solo sonrió confiada y recargo su espalda en el marco de la puerta.

—Alto ahí Zanahoria.—la detuvo sin dejar de sonreír de medio lado.—Necesitó que me hagas un favor.—pidió observándola con seriedad.

Tanto Karin como Temari la observaron confundidas antes de simplemente estallar en una sonora carcajada.

—Creo que tanto tinte acabo por dañarte las pocas neuronas que trabajaban bien en tu cerebro.—se burló Karin.

—Es rosa natural, bruja cuatro ojos.—gruñó con un pequeño tic en su ojo derecho.—Bueno en fin, venía a pedirte un favor…

[…]

Había sido una coincidencia, total y absolutamente una coincidencia el haber escuchado lo que escuchó.

—…necesito que te deshagas de Hyūga Neji. Haz lo que sea necesario para que lo expulsen, a cambio quizás me aleje de Sasuke-kun.

¡Sakura! Pensó al reconocer la voz de aquella chica.

¡Hey Uchiha-san enamorese de Sakura-chan!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora