DISFRAZADA

CAPÍTULO 1

Mi vida era lo más aburrida que alguien en su gigantesca cabeza pueda imaginarse.

Nunca había besado.

Nunca me había enamorado.

Nunca había tenido novio.

Nunca había tenido sexo.

En resumen.

Era virgen por todos lados.

Mis dos mejores amigas: Cat y Vanity era lo que se decía las chicas con más experiencia de la universidad y yo estaba ansiosa por tener ese amor de película, ese amor ansioso y doloroso. Ese amor que con tan solo ver a tu media naranja te dolía.

Aunque suene estupido siempre habia querido sufrir y que me lastimaran el corazón para saber que se siente estar metido hasta las patas por un amor. Queria que mi amado me rogara por que le perdone algún error y luego yo llorar por que lo nuestro no podía ser posible.

Mis amigas me habían dicho que si dolia era amor.

Queria que me doliera, lo queria.

Quería ser la protagonista de todas esas novelas trágicas y románticas.

Romeo y Julieta, Cumbres borrascosas, Mulan, A dos metros de ti, 3MSC, Crepúsculo, A través de mi ventana, Lascivia, Mi novio es un zombie, After, Si decido quedarme, Cartas a Julieta, Enamorada de mi hermanastro, Veneno, Infantil, Flashback... y un sin fin.

Todas, queria ser todas las protagonistas, quería un amor tóxico, de esos que te causan malestar y daño y tu quieras estar allí... pero yo no lo tenía.

Y no porque era quien estaba esperando al hombre perfecto sino no porque nadie se fijaba en mi. Y era literal. Yo no era la chica nerd que alguien amaba en secreto y mucho peor la popular del colegio que tiene a todos a sus pies.

Yo era Ari Montenegro y espantaba a todos aquellos del sexo opuesto. Hasta Nono mi perro huía de mi.

Era lo más común de la vida y quería como toda chica ese amor de pelicula pero no me llegaba y comenzaba a aburrirme. Diecinueve años y que ni las moscas te paren asunto es aburrido.

Es que ni siquera los albañiles de la construcción de la esquina me lanzaban piropos y eso era muy raro según mis amigas.

La televisión y los libros me vendían amores imposibles que yo queria en la vida real pero que no se daban. Quería que alguien me amara hasta tal punto de que llorara por mi y tentara en quitarse la vida. Queria amar a alguien hasta el punto de sacrificar mucho por él, que mi familia me prohibiera verlo y tuviera que saltar las ventana para saber de él.

Pero no me llegaba.

Cuando estuve a punto de tirar la toalla una famosísima frases vino a mi mente: Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va ha Mahoma.

He esperado diecinueve años de mi vida a que es amor imposible y tóxico como la radioactividad venga a mi y no ha llegado asi que yo iré a él. Cuesteme lo que me cueste. Iré a por él.

- ¿Segura Ary?- Dijo Vanity.

- Mucho.

- Ary si quieres que alguien te ame solo tienes que ser tú, cariño.- Me aconsejó Cat.

- ¿Solo tengo que ser yo? Llevo diecinueve años de mi vida siendo yo y no he levantado ni una sola mirada en nadie.- Me queje a punto de llorar.

- Linda es quizás que el indicado no ha llegado.- Dijo Vanity.

- Pero usted siempre están con o sin el indicado. Quiero a alguien, quiero una amor al límite y ustedes me van a ayudar.

Ellas se miraron con dudas pero finalmente asintieron.