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—Ah Jungkook así... Ahí...— Balbuceaba Yoongi.
—¿Te gusta así cariño?— Decía Jungkook juguetonamente.
Lo había notado ya, cuando estaba con Yoongi su actitud cambiaba drásticamente, se comportaba rudo, deseoso y un poco codicioso.
Yoongi era un mar de gemidos en aquel baño del karaoke.
—Hoy mamá no va estar en toda la noche, que te parece si no dormimos hoy...
—Vamos—Interrumpió Yoongi.
Jungkook sonrió, y después de un rato ambos llegaron al climax.
Salieron del karaoke entre risas y besos tan pasionales que la gente los miraba con vergüenza y enojo.
Cuando llegaron a la parte solitaria del camino Yoongi sintió un poder inmenso, su marca dolía y comenzó a escuchar esas voces en su cabeza pero esta vez más fuerte y claras.
¡Mátalo o ellos lo harán! ¡Mátalos o ellos lo harán!
—Yoongi...— Susurró Jungkook.
Dos altos cuerpos toscos aterrizaron rompiendo un poco el pavimento posándose frente a Jungkook y Yoongi. Altos, con escamas y heridas abiertas en la cara, ojos totalmente rojos y alas de murciélago.
—¿Qué son estás cosas?— Susurro Jungkook horrorizado por lo perturbadoras que eran las grades bestias que estaban frente a ellos.
—Los lacayos de Belcebú...— Susurró Yoongi sabiendo lo que pasaría.
Los ojos de Yoongi se pusieron totalmente en rojo, las bestias hicieron un chillido horrible y se arrojaron contra Yoongi.
¡Corre y no pares, escuches lo que escuches no dejes de correr!
Jungkook corrió hacia el bosque, mientras Yoongi peleaba con las bestias para poder salvar a Jungkook.
¡No te detengas yo estaré bien!
Jungkook corría a toda velocidad mientras derramaba lágrimas, escuchó un escalofriante rugido y sabía que una de las bestias iba tras él.
Sus pulmones ni sus piernas podían más, se escondió tras una gran roca y a lo lejos escuchó un grito desgarrador, era Yoongi.
Jungkook se tapó la boca para no gritar del horror y callar sus sollozos. Escuchó unas ramas crujir, su corazón palpitaba hasta el punto de creer que le daría un paro cardíaco.
Sintió algo a su lado... Sus lágrimas cesaron y su corazón casi se detenía cuando vio a la bestia con la cara desfigurada por la gran sonrisa tétrica que tenía.
Despertó, sentía algo gotear sobre su cabeza y gritó cuando vio a Yoongi muy lastimado escupir sangre de color negro sobre él.
Quiso levantarse pero tenía puestas cadenas en su cuello, brazos y piernas.
Una voz distorsionada se escuchó en la oscura cueva.
—Hijo de Eva...— Trono la boca. —No... Hijo de Miguel.— Sonrió aquel diabólico ser.
Miles de voces sonaron en el lugar, lamentos y chillidos perturbadores, y entre ellos apareció una figura alta de aspecto elegante, un impecable traje totalmente negro, sus rasgos eran tan finos y su piel era tan blanca, tenía unos profundos ojos azules, tan azules que asustaban.
—Tú suerte acabo, te encontramos antes que ellos.— Dijo el demonio sonriendo de forma diabólica.
