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Yoongi recordó como al llegar a su aldea vio la masacre que se había llevado, recordó como un lacayo de su padre le susurró
—Huye, vete, ellos vienen por ti.
Miro con rabia a Jungkook y recordó que por amarlo habían matado a su padre.
—Te matare.— Uso la voz más fría que tenía.
Jungkook no dijo nada, una parte de él sabía que era lo justo.
El demonio entre ellos carcajeó triunfante y se largo del lugar dejándolos solos.
Jungkook estaba tirado, su cara tenía golpes y de su ceja y labios brotaba sangre.
Yoongi se acercó a él velozmente y lo levanto violentamente del suelo, por el cuello de la camisa.
Jungkook no lo miraba, no era digno.
—Por tú culpa asesinaron a los míos, fueron despiadados... Ellos no tenían la culpa.— Sus ojos derramaron lágrimas que ardían.
Jungkook bajo más la mirada, pero Yoongi pudo ver cómo las lágrimas recorrían sus mejillas sucias y llenas de hematomas.
—¡Di algo!— Grito Yoongi apretando más su agarre.
Jungkook sabía que no tenía nada que decir, sabía que un lo siento solo irritaría más a Yoongi.
Yoongi frustrado dejó caer a Jungkook al suelo, este ni siquiera intentó que el golpe fuera menos brusco.
—Te matare...
Él es tan inocente como tú y lo sabes.
—¡Cállate Hoseok!
Él no tiene la culpa de nada, él también perdió algo, fue desterrado del paraíso y sus alas fueron cortadas por su propio padre. Él también lo perdió todo...
Yoongi ignoró lo que Hoseok le había dicho, tomó un gran pilar de concreto que estaba tumbado en el suelo, sin trabajo lo alzó y planeaba matar a su gran amor de esta manera.
Jungkook al ser desterrado se convirtió en un mortal más.
—Sí arrojas eso y matas a nuestro señor juro por el Dios de los cielos que te matare con mis propias manos maldito demonio.— Una voz ronca hablo interrumpido la venganza de Yoongi.
