Jungkook se encontraba tratando de asimilar lo que dos días antes había ocurrido, se sentía frustrado por haber estado "perdido" tanto tiempo.
—Ángel Jeon... Encontramos al demonio que lo rapto, está en los calabozos.— Dijo un ángel.
Jungkook asintió con la cabeza y salió de inmediato de su habitación.
Jungkook ya no lucia como los demás ángeles, su cara tenía una expresión seria muy marcada, tenía una cicatriz en su mejilla, usaba ropa negra y botas estilo militar, él lucia aterrador para los demás ángeles.
Jungkook llegó hasta los calabozos y pidió se le dejara solo con el demonio que dos días atrás los había tenido presos.
—Los papeles cambiaron.— Dijo con burla Jungkook.
El demonio estaba tan lastimado que no pudo contestar nada, tenía un gran cuchillo de plata atravesando su tórax.
Jungkook tomó el mango del cuchillo y lo delineó mientras sonreía de forma lasciva hacia él asquerosos demonio.
—¿Cuál era tu propósito al hacer que Yoongi me matara?
—V-venganza...— Contesto con dificultadas. —Los tuyos mataron a los nuestros, merecíamos un poco de consuelo.
Jungkook no dijo nada, tal vez el demonio tenía algo de razón, tal vez él merecía pagar el precio de la ira de su padre.
—Fui yo quien causó que Yoongi te odiara, fui yo quien le intrigó contra ti... Siempre supe que estabas vivo, tú cobarde padre no tendría el valor de matar a su propio hijo... Pero nunca espere que Yoongi fuera una basura tan débil.
Jungkook podía soportar que lo insultaran a él, incluso a su padre, pero jamás permitiría que alguien usara su asquerosa lengua para pronunciar el nombre de Yoongi de mala manera.
—Idiota, la basura eres tú, y la basura como tú nunca obtiene lo que desea.— Jungkook removió más profundo el cuchillo en el cuerpo del demonio.
Se oían gritos desgarradores por parte del demonio.
—Te daré un poco de consuelo.— Susurro Jungkook. —Te mataré.
Los ojos del demonio se pusieron totalmente negros, estaba asustado.
—Los ángeles no matan...— Titubeo.
Jungkook ensanchó su sonrisa de forma tétrica.
—Yo ya no soy del todo un ángel.— Dijo en un tono soberbio y orgulloso.
Jungkook tomó la espada que portaba y estaba por decapitar a aquel demonio para después quemar su cuerpo.
—¡Jungkook detente!— Intervino Seokjin.
Jungkook lo miro irritado.
—¡Tú eres un ángel, nosotros no hacemos esto!
—Lárgate de aquí, somos ángeles guardianes, matamos a los demonios que son una amenaza.— Jungkook estaba por perder la paciencia.
Varios guardias llegaron a detener una posible catástrofe.
—¡¿Que planeas hacer?! Solo los matamos cuando atacan, este esta indefenso aquí.— Gritó Seokjin sacando a Jungkook de los calabozos.
Jungkook le dio una mirada asesina y se marchó sin contestarle nada.
Seokjin estaba furioso, ya no era el Jungkook que conocía pero aún así estaba profundamente enamorado.
Seokjin molesto camino hasta donde sabía que podía estar Yoongi.
—¡Es una advertencia demonio, no dejaré que corrompas más a Jungkook!— Gritó Seokjin en cuanto lo encontró.
—Es una advertencia también para ti, si le pones un dedo encima a mi ángel yo mismo te arrancaré las alas.— Contrataco Yoongi con sus ojos color rojo.
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