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Jimin entrenaba día y noche esperando ansioso porque Jungkook se recuperara por completo.
—¿Jungkook?
—Adelante Jimin, ya estoy vestido. Me han informado que necesitas hablarme de algo.
Jimin pensó todo por un momento haciendo que la ansiedad de Jungkook aumentara.
—Yoongi está en los calabozos...— Dijo Jimin en un tono firme.
Jungkook se asombró.
—Me dijiste que había huido ¿¡Por qué me has mentido!?— Jungkook echaba espuma por la boca, se encaminó en busca de Yoongi.
—Alto Jungkook.— Lo detuvo Jimin. —El mato a Seokjin, ¿Realmente no te importa?— La voz de Jimin se volvió un hilo.
Jungkook sintió un nudo en su corazón, él había amado a Seokjin como un hermano al igual que Jimin.
—Jimin lo siento...
—¡Jungkook no dejare que hagas esto! ¡Hasta tú lo sabes!— Gritó con rabia Jimin.
—¿Qué es lo que se supone que debo saber?— Cuestiono confundido.
—Si uno de ellos mata a uno de los nuestros... Podemos matarlo.— Jimin habló lascivamente y desafiante.
Los ojos de Jungkook se llenaron de rabia y terror... Pero era verdad, todos los ángeles tenían sed de ver a Yoongi morir, él no podría salvarlo aunque lo intentara, sería proclamado como traidor y los ángeles también lo matarían a él.
—Jimin...
—¡Él iba a matarte! Tú lo has traído aquí, ¡es tu responsabilidad darle un castigo.— Jimin tomó bruscamente a Jungkook por el cuello. —El iba a matarte y mi hermano te salvo... ¡Le debes la vida! Por primera vez toma tu papel de Rey de los ángeles, por primera vez haz las cosas bien.
Jungkook bajo la cabeza derrotado... Todo era verdad, tenía que aceptar que lo suyo con Yoongi nunca sería posible, tenia que aceptar que por salvarlo Jin se había ido. Debía aceptar que le gustara o no él era hijo de Miguel, él gran ángel del reino de los cielos.
—Yo mismo lo mataré...— Susurro Jungkook.
Jimin aflojó su agarre y sonrió, no era una sonrisa dulce... Era una sonrisa tétrica con sed de venganza.
Los relojes marcaban las 00:00 la luna llena estaba en su punto más alto.
Ángeles formaron una fila con Jungkook y Jimin dirigiéndola, usaban turbantes color negro.
Un ángel abrió la celda y a Jungkook se le estrujó el corazón al ver en ese estado a Yoongi.
El ángel lo tomó bruscamente y lo levantó, Jungkook gruñó pero Jimin tomó su muñeca para tranquilizarlo.
El ángel que sostenía bruscamente a Yoongi lo lanzó dejándolo de rodillas frente a Jungkook.
—Mataste a uno de los nuestros... No conoces lo que ya no tienes, hasta aquí llego nuestra misericordia.— Jungkook dijo sin titubear y cada palabra parecía tener una pizca de odio.
Los ángeles guardianes arrastraban a Yoongi detrás de Jungkook y Jimin.
Jimin volteó y miró a Yoongi, le regaló una sonrisa triunfante.
Las pupilas de Yoongi se volvieron rojas desbordando sangre y de pronto dio un grito desgarrador.
Solo Jungkook parecía sorprendido, miraba con dolor a Yoongi.
Jimin lo pateo fuertemente.
—¡Aquí no pueden oírte los tuyos!— Jimin le dio otro fuerte golpe.
Jungkook hizo puño sus manos, le estaba costando contenerse, pero sabía que si hacía algo lo más probable es que ambos terminaran muertos, pues los ángeles guerreros no dudarían en atacarlos y él ya no era lo suficientemente fuerte.
Lo siento Yoongi, lo siento tanto...
Llegaron a una fría montaña y todos se detuvieron.
—Desde aquí vas tú solo.— Le indicó Jimin.
El ángel que sostenía a Yoongi le ofreció de manera respetuosa las cadenas a Jungkook.
—Así está escrito en las sagradas escrituras... Solo él Rey Ángel debe ver el castigo que será propiciado al demonio.— Indicó Jimin de manera respetuosa extendiéndole una caja negra de metal pesado. —Le traerás a tus ángeles la prueba de tú lealtad.— Jimin le extendió la caja a Jungkook.
Jungkook sostuvo fuertemente la cadena de Yoongi y la caja donde debía colocar la daga sagrada con la sangre del corazón de él demonio, miró de manera rápida los ojos de Yoongi.
Yoongi miró a Jungkook y se deleitó más, su caramelito se veía increíble en sus ropas negras y su largo cabello.
—Bien...
Los ángeles hicieron una reverencia y se arrodillaron ahí.
Jungkook tenía que caminar más metros arriba, donde la piedra de la muerte los esperaba.
—Entonces es el fin...
—Cállate Yoongi.— Dijo de forma fría Jungkook.
—Sabía que te enojarías conmigo pero no tanto como para matarme.
Algunos truenos comenzaban a caer.
Llegaron a la imponente roca, Jungkook colocó a Yoongi sobre la piedra encadenándolo.
—Pensé que los ángeles no mataban.— Habló de forma sarcástica.
Jungkook se mantuvo frío y distante acomodando las cadenas.
—Los ángeles tenemos divisiones, los guerreros somos los encargados de mantener la paz en el paraíso... Alguien tiene que hacer el trabajo sucio...
Yoongi no dijo nada más y se mantuvo quieto.
—Lo siento Yoongi...
—Así deben ser las cosas mí Ángel, después de todo fui yo quien té encontró...
Jungkook sacó la daga y miró por última vez a Yoongi.
Un grito desgarrador se escuchó.
Los demonios no pueden volverse ángeles... Pero los ángeles pueden volverse demonios.
Happy Hallowen. 🎃
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