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Jungkook estaba sobre su escritorio dibujando cosas sin sentido. Sin darse cuenta miraba el reloj y de inmediato la ventana entreabierta.
7:33 p.m.
Jungkook suspiró pesadamente y cerró su libreta de dibujos.
Supongo que hoy no...
Una tormenta azotaba la fría noche. Se levantó de su silla, y se quitó la camisa para ponerse su pijama. Volvió a voltear a la ventana y de nuevo no estaba ahí.
Se disponía a cerrar su ventana cuando apareció.
—Hola, ¿Me estás esperando?
Jungkook sonrió de forma traviesa y tomó a Yoongi de las caderas.
—Tal vez sí...
La marca de Yoongi ardió como el infierno pero sabía disimular el dolor.
—¿Qué hacia mi humano favorito?
—Cosa de humanos.— Se burló Jungkook.
Algunos de ellos fueron ocultos.
Las palabras de Hoseok hacían eco en su mente al ver a Jungkook y su contagiosa sonrisa.
—¿Por qué un demonio está tan pensativo?— Pregunto Jungkook arqueando una ceja.
—Cosas del diablo.
Yoongi se abalanzó fuertemente contra Jungkook tumbándolo en la cama. Empezó un salvaje beso, Jungkook no tardo en tomar el control... Amaba tomar el control.
—¿Qué me hiciste?— Pregunto ansioso Jungkook mientras tocaba toda la anatomía de Yoongi.
—Sólo te diste cuenta de lo bueno que soy.— Sonrió Yoongi de forma burlona.
Jungkook dejó de tocarlo, tomó delicadamente las mejillas de Yoongi y se miraron intensamente a los ojos.
La marca de Yoongi ardió peor que el infierno y algo en Jungkook renació.
