II

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              5 años después

Jin

Habían pasado 5 años desde que mi vida había cambiado por completo, mis padres no me apoyaron cuando se enteraron de mi rotundo embarazo y más por ser del alfa quien me abandonó, después de esa noticia, mi hermana jisoo y yo decidímos irnos de la casa, ella fue mi único apoyo en esos días en los que me derrumbaba con facilidad sin la compañía de un alfa,teniendo que trabajar por cortos periodos de tiempo por mi embarazo.
Pero afortunadamente después de tantos meses, mi bebé había nacido a principios de diciembre.
Aún recuerdo cuando lo tuve en mis brazos, inclusive lloré cuando sus ojitos llenos de vida se abrieron mirándome mientras formaba una sonrisa pequeña e inocente mostrando ambos hoyuelos que había heredado de su padre, después de aquel día prometí hacer hasta lo imposible para que nadie y nada le hiciera daño aquel angelito que lleno mi vida más de esperanzas.

Soobin se convirtió en lo mejor que pude haber tenido en mi vida.

Después de ello, cuando el había cumplido sus recientes 5 años habíamos decidímos irnos de busan para ir a Seúl a formar una nueva vida, incluso jisoo compró la cafetería de sus sueños por los cuales ambos con mucho trabajo pudimos lograr y construir con nuestras propias manos.

Aquella mañana continúe temprano con mi trabajo yendo a la cafetería donde comenzaría mi rutina de trabajo junto a mi hermana, claro había dejado a lisa cuidando de soobin para dejarlo a su primer día en otra escuela preescolar, aquella chica también me había ayudado tanto con mi pequeño que hasta el se había encariñado con ella.

buenos días jinnie—. Me saluda jisoo con una entusiasta sonrisa en grande, sabía que a mi hermana le encantaba la idea de nuestra nueva forma de vivir en Seúl olvidando todo nuestro pasado en busan.

Igualmente buenos días, jisoo—. La salude de igual manera siendo amable, mientras me adentraba a la cocina poniéndome el delantal para comenzar atender a las primeras personas que entrarían.

Hoy te toca atender —. mencionó jisoo dándome la orden a lo cual yo asentí sin ningún problema con ello, pesando positivamente en que sería un gran día lleno de trabajo.

Ser un omega, padre soltero y tener que trabajar no es nada fácil, pues aveces sufría acoso por parte de alfas asqueroso en la calle con malas miradas, no tener una marca de la cual te pudieras sentir protegido era igual otro problema, pero cuando recuerdo que lo hago por mi hijo aveces aquellos malos momentos en el día se me borran por cumpleto, regresar a casa y ser recibido por unos calidos brazitos era lo mejor del mundo.

Llegar a Seúl fue un gran problema desde el inicio, soobin se había vuelto más tímido, quizás porque ahora vivían en una nueva residencia, un lugar totalmente diferente de donde nació soobin, el pequeño cachorro era una ternura no hacía más que ser apegado a su padre omega y a su tía jisoo, las pocas personas que conocen al cachorro o quienes han tenido su confianza saben lo risueño y tímido que puede llegar a ser el.

Odiaba que su pequeño tenga que ser la atención de las personas, pues en Corea es muy poco normal ver a padres omegas solteros y lo peor es que son los más criticados, muchos creen que esos omegas tuvieron una vida nada decente para merecer un alfa o tener un hijo.

Soobin poco a poco también era criticado por los malos rumores que decían de él: "ese cachorro viene de una violacion" o cosas así solo para ignorar la cruda realidad de lo descarados que son los alfas. Todas eran tonterías.

Jisoo su hermana menor se acercó a él, interrumpiendo sus pensamientos, esta estaba llena de trabajo y admiraba el esfuerzo de su hermana, la única persona que lo apoyo.

El día de hoy no hay tantos clientes pero me gustaría que comenzarás a atender los pocos que hay. — dijo la omega un poco apurada debido a las órdenes.

Eran pocas personas sí, pero la mayoría de ellas trabajan por las mañanas por lo que eran exigentes con sus pedidos en corto tiempo.
La cafetería estaba en un lugar bastante decente y por decir verdad sus clientes eran empleados o dueños de algún negocio grande, no importa en qué trabajen esas personas eran exigentes con todo.

Esta bien iré enseguida. —. Seokjin solo acató la orden de su hermana.

Llevó la carta y formó una sonrisa nerviosa, ya que algunos logran ser muy groseros con ellos.
Al salir su hermana tenía razón, habían pocos clientes pero parecían despreocupados al menos uno estaba apurado, todos vestían de forma elegante para el trabajo y aquel sujeto parecía tener un gran puesto, usaba lentes de sol y miraba atento hacia la ventana esperando con una mueca a ser atendido.

El rubio se acercó al hombre pues creía que estaba más apurado que los demás, con sólo lo poco que se había acercado noto un aroma reconocido y su lobo pronto chillo incómodo, ignoro aquel presentimiento, pues seguro eran los nervios.

Al llegar el hombre deja de mirar la ventana ya que se percató de que sería atendido más no mira al omega si no la hora en su teléfono, y si logra por su aroma saber que era un omega aquel mesero.

—¡Por fin!. —Exclamó con algo de enojo. — Pensé que no sería atendido. — reclama el alfa.

Seokjin borra por completo su sonrisa, por las duras palabras del alfa aunque en sí, no debía ser grosero porque clientes eran clientes.

Le pido una disculpa por mi irresponsabilidad, ¿puedo tomar su orden?. — Pregunta dejando la carta en la mesa, el hombre parece enojado por lo que acaba de hacer el mesero.

Y sólo lo mira para reclamarle su mala actitud, además de que tardo mucho en ser atendido no tenía derecho a hacer eso.


Pero solo queda sorprendido al reconocer al omega rubio, quedando congelado al verlo después de tantos años.


¿Seokjin?.












(editado.)

𝘕𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘰𝘮𝘦𝘨𝘢.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora