"Does she love me or does she love me not?"
—Okay, tu puedes hacerlo— se susurró así misma la chica de ojos hazel— tú puedes hacerlo...
—Evie, ¿que haces?— preguntó el chico de lentes llegando junto a ella.
—¡Doug!— respondió asustada la peliazul desviando la mirada— Estaba...– pensó rápidamente en una excusa— ¡Admirando las flores!
—Pero, creí que eras alérgica a las flores— respondió el hijo de tontin recordando aquella vez que le regaló unas y la chica le respondió eso.
—¿Lo soy?— respondió desconfiada para después recordar lo mismo que el chico— Es decir, lo soy.
—Pero...—
—Olvídalo Doug, vámonos— dijo tomando la mano de su pretendiente.
—¡E!— la chica alta se detuvo asustada cuando escuchó su apodo.
*Ahora no, por favor* pensó.
—¡Mal!— respondió viendo cómo su amiga caminaba hacia ella— ¿Pasa algo?
—No, solo...— la chica de cabello morado fijo su vista en las manos unidas de los dos jóvenes que estaban enfrente de ella sintiendo molestia— Quería pasar tiempo con...mi mejor amiga.
—¿En serio?— la ilusión de la chica alta era muy obvia—¿No tienes nada que hacer con el rey?— preguntó sarcásticamente.
—No, nada— sonrió ampliamente la ojiverde ocasionando que la otra también sonriera.
El momento fue interrumpido por un chico de lentes que estaba bastante incómodo con la situación tan intima que se había formado. El castaño pensó que su oportunidad de conquistar a su casi chica se le estaba yendo de las manos.
—De hecho Evie, quería invitarte a salir— dijo Doug tomando más fuerte la mano de la chica alta.
—¿Hoy?— preguntó incómoda viendo de reojo a su amiga— Es que realmente quería pasar tiempo con Mal.
—De acuerdo, ¿mañana?— preguntó el chico un tanto molesto pero lo supo esconder con su ya característica amabilidad.
—Seguro— respondió con culpabilidad pues ya no quería seguir jugando con los sentimientos del castaño.
Doug camino lejos de ambas chicas pues Chad quería hablar con él y Mal se fue del lugar no sin antes decirle la hora en la que se verían en su antiguo dormitorio.
—Chica, debes decirle— hablo el chico pecoso detrás de ella.
—Mierd...¡Carlos!— grito la peliazul golpeando a su pequeño amigo— ¿Es el día de asustar a Evie acaso?
—No es mi culpa que estes tan distraída hoy— respondió riendo— Pero ya enserio, deberías decirle.
—No lo sé, ¿y si no siente lo mismo?
—Un beso— respondió el pecoso— Todo se reduce a eso.
—¿Que?, ni loca, arruinaría todo—
—Nunca lo sabrás si no lo intentas— contestó caminando lejos de la chica— ¡Suerte!
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Exactamente a las 8 de la noche Evie llegó a su antiguo dormitorio donde seguramente su amiga la esperaba.
Toco la puerta de este y fue recibida inmediatamente por una pelimorada.
—¡Llegaste!— dijo la ojiverde abrazando rápidamente a la chica.
—Lo hice— respondió riendo Evie— ¿Que vamos a hacer?
—Traje palomitas, fresas, manzanas con caramelo y tu batido de moras favorito— respondió señalando la pequeña mesa que se encontraba con todo lo ya mencionada— Podemos ver películas como antes.
—Por supuesto que si— contestó encantada la peliazul— ¿Que veremos?
—La película cursi que tanto te gusta— dijo la hija de Malefica haciendo caras— Love, Rosie— señaló el DVD.
La princesa se abalanzó hacia su amiga abrazándola efusivamente ocasionando que la otra sonriera, sabía que todo había valido la pena.
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Evie no dejaba de ver a Mal que se encontraba abrazada a ella, aunque su película favorita estuviera reproduciéndose en la pantalla, lo único que podía ver eran los labios de su mejor amiga.
*¿podríamos ser una pareja perfecta?* se preguntó a sí misma
*—Un beso— escuchó la voz de su mejor amigo casi como si estuviera ahí— No lo sabrás si no lo intentas*
—M— susurró la ojimarron.
—¿Si?— Mal subió su mirada para ver a la hija de la Reina Malvada.
Pero no le dio tiempo de decir o pensar algo puesto que los labios de su amiga fueron estampados contra los suyos, finalmente terminó respondiendo al beso con la misma intensidad que la de la chica con cabello azul.
—Esto es lo que siempre he querido— susurró la ojimarron cuando se separaron— Dime que no estoy soñando.
—No Evie, no estás soñando— la pelimorada acarició su rostro delicadamente— Un beso me bastó para darme cuenta que tú siempre fuiste mi amor verdadero.
—Un beso...— dijeron ambas para después volver a juntar sus labios.
Nada les importo, después se encargarían de Ben y Doug.
