"Sin tener principio, llega a su final"
Sofía y yo nos conocimos por casualidad, tal vez un accidente, algo que sin duda no debió pasar.
**
Me encontraba sentada en una banca del parque mientras me despejaba y escuchaba música y aunque suene muy cliché sentí la mirada de alguien sobre mi haciendo que me girara para intentar encontrar aquella vista, a lo lejos en otra banca se encontraba una chica castaña de piel acaramelada que tenía en sus manos un libro y que me observaba descaradamente con aquellos hermosos ojos avellana.Con una sonrisa te acercaste a mi, esa sonrisa que podría enamorar a cualquiera.
—Hola, ¿puedo sentarme?— me preguntaste con aquella dulce voz— Me llamo Sofía, por cierto— extendiste tu mano y con torpeza la tomé entre las mías.
—Soy Chloe— respondí nerviosa— Claro que puedes sentarte— ofrecí señalando el lugar vacío.
Soltaste una pequeña risita y después me sonreíste ampliamente, ahí comenzaron los problemas, esa sonrisa, esa maldita sonrisa.
—Eres muy adorable cuando estás nerviosa— murmuraste con burla— Siento haberte incomodado hace un rato pero te vi de lejos y lo único qué pasó por mi mente fue "ella es hermosa" así que decidí hablarte— me contó cuando un silencio algo incómodo se instalo.
—Gracias— respondí con un sonrojo muy intenso— Tu también eres muy hermosa Sofía— alargue poniéndome aún más roja.
Volviste a sonreír y por muy extraño que parezca me sentí increíble cuando me di cuenta que yo la provoqué, mi primer error. No puedo negarlo, desde el principio hubo algo en ti que me cautivó, por eso me sentía tan nerviosa al tenerte tan cerca de mi.
De pronto mi celular comenzó a sonar, era mi hermana Claire que quería verme, así que después de colgarle te dije que tenía que irme así que te ofreciste a llevarme pues las calles por alguna razón estaban solas y sin dudar acepté, pues quería pasar mas tiempo contigo. Mi segundo error.
Caminamos juntas por aquella calle, hablábamos de cosas triviales durante todo el camino, cada vez llamabas más mi atención, tu actitud tierna y divertida me cautivo pues me hacías sentir cosas que no había sentido antes. Llegamos a mi casa y nos despedimos, no sin antes darte mi número y que tú me dieras el tuyo.
—Te llamaré pronto— me dijiste guiñándome y te alejaste de mi.
Sonreí como estupida enamorada, no me di cuenta del error que estaba cometiendo.
**Desde ese día Sofía me llamaba todo el tiempo, nos habíamos convertido en " mejores amigas", nos contábamos todo pero un día algo cambio.
Ocurrió lo inevitable, el peor error que pude comenté, me enamoré de ella, de su carisma, de su ternura, de su sonrisa, de esos ojos avellana, me enamoré completamente de ella.
Recuerdo que un día cualquiera le conté sobre cómo Ryan me coqueteaba todo el tiempo y ella se enfado conmigo por darle esperanzas al pobre chico, reclamándome por eso mismo. Creí que era el momento, sin más le confesé mi sentimientos.—¡Sofía, cállate!— le grite del otro lado de la línea— ¡No me gusta nadie más que tu!
Por unos minutos no se escuchó nada más que tu respiración, después me dijiste que querías verme en nuestro lugar y colgaste así que tiempo después fui al parque para encontrarme contigo.
Te acercaste a mi y me abrazaste por al menos cinco minutos y después me dijiste algo que no podía creer.—Tu también me gustas demasiado Chlo— susurraste en mi oído.
Cuando te pedí que fueras mi novia tu me respondiste que tenías miedo de arruinarlo todo y perderme. Yo te respondí, que las dos daríamos lo mejor de ambas para que funcionara y al parecer funcionó pues aún sin responder me besaste llevándome hasta el cielo.
Al principio todo era perfecto, eras demasiado tierna y me encantaba como me tratabas. Muchas veces me dijiste que querías pasar el resto de tu vida a mi lado, que me amabas como a nadie habías amado antes, realmente te creí; creí que sería así.Pero no todo podía ser bueno en nuestra historia, meses después nuestro amor se fue apagando.
El tiempo que pasábamos juntas era cada vez menos, siempre poniendo excusas, cambien por ti en muchos sentidos, siempre esforzándome para que me notaras aunque sea un poco...nunca lo notaste.////
Aún es difícil recordar aquella tarde en la que sentí que mi mundo se derrumbaba, la tarde en la que nuestro amor simplemente terminó.
Llegaste a mi casa, ni siquiera me dejaste hablar cuando soltaste aquellas palabras.
—Debemos terminar Chloe— dijiste sin ninguna expresión en tu rostro— Yo...lo nuestro no está funcionando ya.
—¿Cómo?— preguntó aún sin poder procesar todo lo que decías.
—La verdad es que cambiaste, ya no eres la chica de la que me enamoré, y creo que nos apresuramos un poco en comenzar con esta relación— mencionaste con desinterés— No nos conocíamos bien Chloe— caminaste hacia la puerta y antes de salir dijiste— Lo siento.
Me habías quedado ahí parada, sin entender que había pasado; claro que había cambiado pero todo lo había hecho por ti y tu simplemente me habías dejado.
Todas las noches lloraba por que no había sido suficiente para ti, que nuestra relación había fracasado gracias a mi. Siempre te llamaba para pedirte una oportunidad pero nunca contestabas, no me abrías la puerta, ni siquiera conocía a tus amigos.
El tiempo había pasado y por supuesto que no había podido superarte pero decidí que era momento de ir al parque, tal vez podíamos encontrarnos y comenzar de nuevo.
Esa tarde te encontré, estabas en aquella banca donde nos sentamos, sonreí al recordarlo, pero al instante esa sonrisa se borró, a tu lado estaba alguien más; te besaba y tu lucías feliz.Decidí ir hacia ti cuando ella se alejó para contestar su celular.
—¿Puedo sentarme?— te pregunte con timidez y tu estabas sorprendida por verme.
—Supongo— murmuraste con incomodidad.
—Te hecho de menos—susurre tristemente, tu solo me observaste— ¿Eres feliz?
—Lo soy— respondiste con una pequeña sonrisa— Lo siento Chloe, por todo lo que hice.
—¡Fiancé!— se escuchó una voz acercarse e interrumpiendo sus disculpas— Sof, debemos irnos para checar los arreglos de la boda...¿Hola?— preguntó al verme.
—Babe, ella es Chloe...una amiga— me presentó a la chica frente a nosotras— Chlo, ella es Sydney mi prometida— mi mundo se vino a bajo nuevamente, estabas comprometida y ni siquiera habían pasado tres meses.
—Mucho gustó— respondió la morena mientras tomaba mi mano—¿Como es que llevamos cuatro años de noviazgo y nunca me la habías presentado amor?— te preguntó mientras desordenaba tu cabello y tu solo me observabas con temor.
—Nos conocemos hace poco— respondiste con una sonrisa forzada— Creo que ya nos tenemos que ir Syd— te levantaste de la banca y tomaste su mano— Lo siento otra vez— murmuraste para después irte.
Cuatro años junto a ella y un año siendo mi novia, todo este tiempo solo jugaste conmigo mientras eras feliz con Sydney, yo solo había sido tu juguete, tu diversión.
Ahí me di cuenta que nunca te tuve y nunca te perdí...
