San Valentín
Evie x Audrey
Sabia que no era un buen momento para acercarme a ella, pues sabía que estaba pasándola mal pero igual no lo pude evitar.
—Hey...— susurre estando a unos pasos de la castaña.
—¿Que quieres Evie?— preguntó con un tono triste— ¿Vienes a burlarte de mi?
—Por supuesto que no Audrey, no por que sea amiga de Mal significa que apruebo todo lo que hace— respondí sentándome a su lado— Siento mucho que tú y Ben hayan terminado.
La castaña no me respondió por algunos minutos.
—Supongo que no estaba destinado a ser mi príncipe azul, ¿cierto?— podía ver como sus hermosos ojos castaños se comenzaban a llenar de lágrimas y lo único que pude hacer fue abrazarla.
—Se que no nos llevamos muy bien la primera vez, pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites— murmuré en su oído y ella me abrazo aún más fuerte— Y sé que suena muy cliché pero las princesas como tu no deberían llorar— la castaña sonrió— ¡Ah!, ahí está la hermosa sonrisa...
—Gracias E— murmuro dándome un pequeño beso en la mejilla para después levantarse de la banca en la que estábamos— Probablemente sea mejor que me vaya a mi dormitorio, no queremos que la Directora nos vea por aquí.
—Seguro— respondí— Te acompañó.
Ambas caminábamos hacia nuestros respectivos dormitorios mientras intentábamos saber más cosas una de la otra.
—Bueno princesa, la dejo en su lindo hogar—
—De nuevo Gracias por todo Evie y espero seguir conociéndote, descansa— beso nuevamente mi mejilla y entro rápidamente a su habitación dejándome completamente atontada.
Con una sonrisa caminé hacia mi habitación, no podía dejar de pensar lo hermosa que era Audrey.
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Varios meses habían pasado desde aquella noche, las cosas habían cambiado un poco. Mal y Ben seguían juntos como una pareja real, mi amistad con la pelimorada se volvió algo rara pues a ella le molestaba que yo fuera amiga de Audrey, mientras que mi relación con esta última se volvió muy cercana. No voy a negarlo, la castaña me gusta pero definitivamente no sé cómo decírselo sin que las cosas terminen mal.
De pronto siento unas pequeñas manos cubrir mis ojos y una hermosa voz me susurra en el oído.
—Adivina quien soy...—
"La chica de mis sueños" pienso.
—Audrey— respondo quitando lentamente sus manos y ella termina abrazándome.
—¿Como lo supiste?— pregunta sentándose a mi lado
—Te conozco princesa— respondo sin tomarle mucha atención.
—lindo...— murmura la castaña— Como sea, ¿escuchaste qué Chad hará una fiesta hoy?— respondo con un "si"— Buenos, paso por ti a las 8
—¿Que?— intentó no ahogarme con mi comida— ¿Iremos juntas?— preguntó nerviosa.
—Claro, tómalo como nuestra primera cita— responde con una sonrisa burlona— Te veo al raro E— me dice para después salir corriendo.
Esa chica realmente me fascina.
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Estábamos en la fiesta de Chad Charming.
Mientras Audrey hablaba con sus amigas, yo hablaba con los Jaylos.
—Entonces, ¿desde cuando te gusta Audrey?— me pregunta Jay.
—Un par de meses...— murmuro
—Creo que también le gustas a ella— responde Carlos con una sonrisa— No ha dejado de mirarte desde que se separaron.
—Ella es hetero chicos, recuerdan al "rey"— digo con sarcasmo refiriéndome a Benjamin.
—Hey, ¿se las puedo robar un momento?— de pronto alguien nos interrumpe y siento la voz de la castaña detrás de mi, no puedo evitar ponerme nerviosa— ¿me acompañas E?
Sin esperar mi respuesta, la chica de ojos castaños toma mi mano y me guía hasta una pequeña habitación en el segundo piso.
—¿Está todo bien princesa?— preguntó después de unos minutos en silencio.
—Realmente no sé cómo empezar esto E, desde el día en que tu te acercaste a mi por lo de Ben, ¡Dios Evie! No dejo de pensar en ti...— la castaña se acerca a mi y toma mis manos— No dejo de pensar en lo mucho que me gusta pasar tiempo contigo, en lo hermosa que eres y... en lo mucho que me gustaría besarte...— aún no termino de procesar lo que dice cuando siento sus suaves labios impactarse contra los míos.
—También me gustas princesa— respondí cuando nos separamos, ella sonrió y volvió a besarme.
De pronto sentí que todo a mi alrededor desaparecía y solamente éramos Audrey y yo, ahí fue cuando me di cuenta que estaba enamorada de ella.
