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* * *

―Hey, JiMin. ―YoonGi entra a la habitación y cierra la puerta.

―Hyung. ―JiMin le sonríe al pelirrojo entrando a la habitación.

―Mira esto. ―Levanta un sobre color celeste del suelo.

―¿Eh?

―Una carta. Nuevamente es para ti. ―Le da el sobre a JiMin sin decir nada más.

El castaño abre el sobre mientras una pequeña incomodidad persiste en su cabeza.

¡JiMin! en serio le echo de menos al verte fuera de la habitación como antes. Supongo que has de estar algo cansado... Me preocupaba por ti... ¿Acaso estás bien?... En serio espero y sí...
Lamento si esto es muy... basura, no era lo que planeaba en un principio, pero ahora tengo muchas cosas que entregar en clase y no me queda mucho tiempo. Pero da igual, sabes que intento escribirte todos los días.

JiMin deja la carta dentro del sobre nuevamente, y saca la hoja que ya sabe que se encuentra adicional a la carta.

La sonrisa es mía,
pero el motivo eres tú.♡

Eres perfecto.

―No me gusta que me digan "perfecto"... ―Habla en tono muy bajo.

―¿Eh?―El mayor logra escuchar lo dicho por JiMin, el castaño rápidamente se pone nervioso cuando se entera que eso no fue sólo un pensamiento.

―Oh... sólo... no me gusta que me digan que soy perfecto... ―Decidió no mentir. Se dirige a la caja y comienza a ordenar las cosas dentro.

―¿Y eso?

―No lo soy.

―Yo hasta me sentiría halagado si me dicen así, pero no le daría demasiada importancia porque eso proviene de gente que no tiene el valor de decírmelo en persona.

―Lo que sucede es que... tengo la firme idea que nada ni nadie es perfecto...

―Tienes razón. Pero tal vez sólo lo hacen para hacerte sentir bien.

―Pero... esos mismos apodos mucha gente los toma para burlarse... solo no me gusta. Burlas como "¿y ese que tiene de perfección?" empiezan a decir defectos y cosas así, y me duele un poco eso, porque no, no soy perfecto pero siempre trato de hacer a los demás felices y hacer las cosas bien. ―El pelirrojo de un momento a otro siente como si una apedrada le diera justo en la cara, ese comentario no iba dirigido a él, pero así se sintió.

"Y aquí me quedó a la perfección el saco..."

Recordó a la perfección como él llegó a ser parte de esas personas que decían que él no le llegaba ni a los talones a la perfección... egocéntrico y más cosas, sintió una leve presión en su pecho.

SOLO UNA MÁSCARA. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora