Capítulo 3: El reencuentro

12 2 0
                                    

Pasa la semana un poco aburrida con mis mejores amigas, por suerte coincidimos desde la secundaria y nada nos separa desde entonces.
-Hoy hare una fiesta privada solo para 20 o 25 personas, mi mamá me dio solo ese límite de personas, por supuesto que ustedes no se cuentan, así que me ayudaran con los preparativos- yo y Kat nos miramos ambas rodeamos los ojos, si Grachi no hace una fiesta después de la SUPER FIESTA no es Grachi.
-Vale, en que te ayudamos-
-Uuhh una fiesta privada y con la chica más bella e esta universidad-
-Y de dónde saliste- dice Graciela un poco sorprendida pero a gusto con la aparición de Luck el chico del cual ella no ha dejado de hablar en toda la semana.
-Hola chicas- nos saluda de forma graciosa, es guapo, el perfecto estilo de Graciela.
-Hola Luck- le decimos Kat y yo, se le ve en sus ojitos que esta colado por Graciela.
-Si Luck, ya lo dice, PRI VA DA-
-Gracias, es un honor ser invitado por la anfitriona de la fiesta- le dice a Grachi haciéndole una reverencia y besándole la mano. –A las 10 en punto estaré en tu casa preciosa, le acaricia la mejilla y le lanza un beso antes de dar la espalda e irse.
-Uuuiiii alguien pronto tendrá novio- las tres reímos y nos ponemos a planificar para la noche.
-Un poco más a izquierda, no a mi izquierda, mmm, perfecto.
-Chicas relájense no es una SUPER FIESTA, solo seremos 25 personas-
-Igual tiene que estar perfecto-
-Kat, Grachi, Kian tiene razón, relájense todo va a salir bien.
De repente suena el timbre, Graciela mira la hora y exactamente son las 10 en punto, se le sonrojan los cachetes y pone una gran sonrisa.
-Yo abro- le dijo para que no se derrita en cuanto habrá la puerta.
-Hola Luck, pasa, wow que casualidad eres el primero- le digo de manera irónica, este se ve que está bien colado por mi amiga.
-Le prometí a la preciosa anfitriona de la fiesta que llegaría temprano-
-Si Graciela te espera-
-Con que así se llama, nombre bello, ella es bella qué más puedo pedir- vuelve a sonar el timbre de la casa –Kian, puedes abrir yo voy por los bocadillos-,- claro cariño-
Voy por los bocadillos que deje terminándose en el horno y cuando regreso ya está la casa llena de gente, por lo que se ve aquí hay aproximadamente unas 50 personas, por suerte nosotras somos bastante responsables, veo una cara muy conocida, creo que es Logan uno de los chicos de la fiesta pasada. Pongo las cosas en la mesa y comienzo a saludar a algunos conocidos.
La fiesta privada está de lujo como siempre todas las fiestas de mis locas amigas, estoy bailando y conversando con Logan y es guapo e interesante, es bastante carismático, lo que un pelín pijo,-me la prestas- llega Kian pidiéndole para bailar conmigo lo cual me da gusto ya me estaba aburriendo un poco, -claro voy a por algo de tomar- el chico se va, Kian y yo empezamos a bailar y a cantar de manera divertida las canciones,- ahora vuelvo, quédate aquí- acento y sigo bailando yo solita.
Cuando Kian vuelve, viene acompañado de un chico que me parece conocido, espera…
-Angely, te presento a Jason-casi no lo dejo terminar y me exalto al ver que es el gilipollas caliente que me quito mi liga.
-Tú- digo con sorpresa, y un poco enojada casi gritándole más alto que la música que hay puesta, logro llamar la atención sin querer de algunas personas pero no me importa.
-Se conocen- pregunta Kian también sorprendido
-Cruzamos algunas palabras-
-Veo que no fueron muy agradables que digamos, bueno los dejo solos para que se conozcan un poco más- no puedo dejar de mirarlo y que me invadan los recuerdos de aquella noche, no es que haya sido tan mala, pero hay algo raro y lindo en el que no logro descifrar que es, por lo que veo el tampoco deja de mirarme, solo nos miramos, ni siquiera nos hemos dicho ni una palabra desde que llego.
-Con que, te llama Angely, bello nombre- al fin decide romper el hielo
-Sí y tú Jason-, -Pues sí, creo, eso me dijeron y así está puesto en mi identificación- me hace sonreír por su ironía y mis mejillas se me sonrojan.
-Chicos vengan- Kat nos interrumpe nuestro lindo cruce de miradas, uf esta tan bueno.
-Ya vamos- le digo y volteo nuevamente a el chico caliente-
-Creo que esto es tuyo, Cenicientas-
-Gracias, am y se supone que te deba llamar príncipe oh…-
-Llámame como gustes, princesa- Oh por dios, este gilopollas sí que sabe cómo poner a una chica caliente con solo 4 palabras al oído, menudo reencuentro. 
      

Un Viaje sin Retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora