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- Dime, Jimin, ¿Que edad tienes? -Apartó la mirada de su plato aun con su tenedor en la mano entrelazó sus dedos y los colocó bajo su barbilla.

- 18, cumplire los 19 en Octubre.

- Hmm.

Terminó de hacer aquel sonido y todo se volvio muy silencioso, por asi decirlo porque el lugar era bastante ruidoso. Pero el silencio que habia en aquella mesa, era aterrador. Dudé mucho en hacerlo, pero me atreví y finalmente salió.

- Señor Min. -Mi mirada ahora se encontraba en mis manos que estaban debajo de la mesa.

- ¿Si, Jimin? -No me miro, y eso me hizo sentir mas tranquilo.

- U-usted, ¿Cuantos años tiene?

- ¿Eh? No creo que eso sea de tu incumbencia, niño. -El tono con que dijo aquello, me hizo pensar que se molestó por aquella pregunta que hice, Jimin, eres un idiota.

No entiendo porque, pero creo que le molestó que hiciera la pregunta y esque su tono de voz cambio totalmente al decir aquéllo. ¿Porqué yo si tenia que responder a lo que el me preguntara? -Porque es tu jefe- claro que si, por eso. No sé en que momento, pero llego la comida a la mesa, cosa que me hizo volver a mirar hacia la mesa, nuevamente, tenia mi vista en mis manos debajo de  la mesa, habia bajado la cara, ¿En verdad me habia hecho sentir mal  aquello?.

- Come, niño.

Sin decir nada, hice caso a esa orden, había sonado de esa forma, una orden. Creo que este trabajo no va a ser tan facil como creí, bueno en realidad, ideé a mi jefe como un viejo arrugado y gruñón, pues en realidad no era tan diferente, mi jefe no era arrugado y horrendo, era un super modelo pero la parte de gruñon, creo que en eso si acerté ¡Punto para Jimin! No puedo creer que acabo de pensar que mi jefe es un gruñon en mi primer dia. Solté una pequeña carcajada al darme cuenta de querayos estaba pensando.

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- ¿Eh?

- ¿No querias saber mi edad, mocoso?

- Oh, este, si claro, Disculpa.

- ¿Porque te disculpas?

- Por preguntar, creo que lo molesté al preguntar eso, no volverá a pasar.

- Eres un tonto -Al decir eso, me dio un pequeño golpe con su dedo en mi frente.

- ¿P-porque?

- No puedes ir por la vida disculpandote por todo. ¿Sabes por que si te deberias disculpar?

- ¿P-porque? 

- Por esa corbata, dejame acomodarla  -Se acercó a mi levantándose de su silla para tomar con sus manos la corbata y anudarla correctamente. A eso yo solo pude dirigir mi mirada hacia la ventana, me ponia realmente nervioso tenerlo tan cerca.

Cuando dejé de sentir que hacia movimientos sobre la tela de mi corbata, regrese mi mirada al frente,  el seguia ahi, a centímetros de mi, me encontre en aquellos ojos verdes, me perdí en su mirada, todo rastro de incomodidad desapareció, el mundo completo desapareció. El me miraba fijamente directo a los ojos, despues bajó su mirada a mis labios. Aun sujetaba mi corbata con una de sus manos. Regresó su vista hacia mis ojos y volví a sentirlo, aquel escalofrío que recorrió toda mi espina dorsal, su mirada habia cambiado totalmente, aquel brillo que habia visto hacia apenas unos segundos, habia desaparecido, su mirada era intimidante, vacía.

El Secretario Park •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora