Capitulo 3.- Mascara de felicidad

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El día había llegado la ceremonia se llevaría a cabo a medio día, Alena deseaba poder escapar, poder irse lejos, poder desaparecer y empezar de nuevo, pero sabía que no podía hacerlo, ya lo había intentado y había resultado inútil ya que su padre la había localizado.

Si tan solo mamá estuviera viva todo sería diferente…

Desde su gran ventana Alena podía ver como descargaban grandes arreglos florales, mesas, sillas, luces para la decoración, la gran boda se celebraría en Oheka Castle Hotel en las afueras de la ciudad.

Tocaron la puerta así que Alena fue para abrir y encontrarse con el personal que le haría el maquillaje, peinado y ayudaría a vestirse.

Los segundos pasaron hacer minutos y los minutos horas cuando Alena se dio cuenta ya se encontraba vestida de novia, con temblaba su reflejo del espejo, tenía un gran vestido de novia que era con los hombros y espalda descubierta donde la parte superior tenía pequeños destellos de pedrería y la falda contaba con tres holanes que tenían un delicado encaje.  Su peinado era un recogido sencillo que estaba decorado con un tocado que parecía una corona griega, se supone que este día tendría que ser uno de los más felices en su vida pero no era así.

-Señorita Kloss el fotógrafo la está esperando- dijo una de las muchachas que la había ayudado a vestir.

-Si en un momento voy-                                                     

**

Había llegado el momento estaba a punto de recorrer el pasillo de la mano de su padre, todos los presentes se pusieron de pie y camino hacia el altar donde la estaba esperando su nuevo dueño.

Mientras el sacerdote hablaba Alena pensaba porque gastar tanto dinero en celebrar esta boda si bien podían ir al registro civil para firmar el papel, total todo esto era más falso que el cuerpo de Heidi Montag.

Por su parte Gabriel en todo lo que duro la ceremonia nunca hizo contacto visual con Alena, cuando tuvo que colocar la alianza en el dedo de la chica lo hizo de una manera rápida y automática como si tocarle quemara.

Después de que los declaran marido y mujer, estallaron los aplausos, abrazos y felicitaciones hacia los recién casados y una nueva tanda de fotos con varios de los invitados.

Cualquiera que pudiera observar realmente bien a la chica se daría cuenta de que era infeliz, que ese matrimonio no era por amor y que ellos ni siquiera se tenían afecto que todo era una farsa.

Aunque al padre del novio parecía no importarle ya que él era el más emocionado por la dichosa boda –Bienvenida a la familia Sra. Ganzerla-  dijo mientras la abrazaba y le daba un beso en la mejilla.

La planificadora de bodas se acercó a los novios –Tengo que llevarme a la novia pero no será por mucho tiempo- se dirigió a Gabriel, que el como respuesta dio un asentamiento de cabeza.

-Déjame ayudarte con el vestido Alena-

Se dirigieron a la habitación que tenían rentada especialmente para la novia pero cuando iban llegando apareció el padre de Alena –Déjanos solos- le dijo con un tono seco a la planificadora.

Solo es cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora