Capitulo 15.- Otra oportunidad

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-Pero que hace aquí en la cocina Alena — dijo Cristina cuando me vio sentada en la barra tomando un jugo-


-Se me antojaba un poco de jugo-


-Sabe que se lo puedo llevar a su habitación-


-Gracias, pero no es la gran cosa además debes tener cosas más importantes que hacer- Cristina solo me negaba con la cabeza pero  pues estaba acostumbrada a servir mis cosas.


-Antes de que se me olvide hablo el Señor Rodrigo para avisar que pasará por usted alrededor de las 8:30 pm-


No me agradaba tanto la idea de la cena pero pues ya estaba comprometida acompañarlo —Ah sí gracias-

**


Cuando se empezaba a ocultar el sol, hice mi rutina me bañe, maquille, peine y vestí con el vestido que compramos el otro día.


Esta vez parecía más yo, ya que llevaba poco maquillaje, solo pedía que fuera una cena agradable, no era mucho pedir o ¿sí?


Puntualidad era una palabra para describir a Rodrigo, ya que a la hora que había dicho, había llegado lucia tan apuesto a su edad y era agradable como siempre, todo el camino la pasamos platicando y contando anécdotas, pero puede darme cuenta que veía su reloj y lucía un poco nervioso, tal vez algo le preocupaba, pero al llegar al lugar confirme que si estaba nervioso.


De repente Rodrigo pareció recordar algo -Se me ha olvidado algo en el carro, adelántate Emilio te acompañará-


-Puedo esperarlo- No es que me molestaba esperarlo algunos minutos.


-No hija, no te preocupes, adelántate- dijo dándome un apretón de manos.


Pues no me quedo más que seguir a Emilio por un camino que conducía a una especie de jardín.


-Hasta aquí termino yo, solo siga el camino Sra. Ganzerla- habló el joven que me acompañada.


La verdad estaba algo confundida y dudaba - Mmm, ¿Estás seguro?, ¿No es mejor que espere al Señor Rodrigo?


El dándome un sonrisa de confianza me aseguro que todo estaría bien y que pronto el Señor Ganzerla se encontraría conmigo, camine por una especie de jardín que estaba completamente decorado con pequeñas lámparas que parecían que caminabas entre las estrellas también hacia resaltar la belleza de las diferentes flores que había en el lugar, me quede admirando un poco el lugar era como un jardín encantado por alguna razón sentía que había salido de una película.


Sentí que había demorado así que seguí caminando sentía  una sensación extraña en mi cuerpo que intente calmar, llegue a un pequeño puente y entonces todo pareció detenerse.


Ahí estaba el luciendo un traje azul obscuro dándome la espalda viendo hacia el horizonte, acompañado con una mesa para dos personas perfectamente decorada, no sabía qué hacer, si dar media vuelta e irme, no sé qué pasaría o si volvería actuar como la última vez, mi cerebro parecía pensar rápidamente en una abanico de posibilidades.

Solo es cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora