🍥VEINTICINCO🍥

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-Me sacas de quicio.- Bufó BeomGyu.

-Eso intento.- Respondió sonriendo.

-Imbécil, déjate de tonterías y suéltame ya. -Ordenó frunciendo el ceño.

El menor se encontraba pegado en la pared de la habitación que compartía con YeonJun sujetándole por las muñecas a una peligrosa distancia.

-Cuando me digas donde has metido mi gorra.

-Por decimosexta vez, ¡No la he visto!

El mayor miró fijamente al molesto BeomGyu, quien observó como el contrario se mordía el labio mientras bajaba su mirada, recorriendo el cuerpo del menor.

-Ay no, eso si que no.- Bramó. - ¡Aléjate o te castro maldito perro en celo!

-¿Acaso dije lo que íbamos a hacer?

-Tratándose de ti me espero cualquier cosa, y ninguna buena. -Respondió. -Además esa mirada lo deja todo claro.

-¿Tan poca confianza le tienes a tu novio?- Preguntó recalcando la última palabra.

-¿Acaso tengo cara de tenerte confianza?- Gruñó. -Te he dicho que me sueltes imbécil, ¿o acaso crees que me agrada estar así?

-Pues si ¿Quien no querría estar así de cerca de un ser tan perfecto? Es un honor.

-Es una tortura.

YeonJun aflojó lo máximo posible su agarre y besó los labios del contrario.

BeomGyu, haciendo todo lo contrario de lo que el mayor pensaba, siguió el beso.

Al notar eso, el mayor soltó las muñecas del más bajo y metió las manos dentro de su camiseta, provocando un jadeo de este, quien rodeó el cuello del contrario con los brazos.

El cuerpo del rubio era muy cálido, todo lo contrario a las heladas manos del peliazul.

YeonJun le recostó sobre la cama posicionándose entre sus piernas y se quitó la camiseta, haciendo que BeomGyu desviase la mirada.

-¿Que sucede? Sólo es una camiseta, me has visto desnudo otras veces.- Sonrió de lado.

-No me recuerdes esa escenita.- Respondió casi en un susurro.

El mayor dejó besos por el cuello del contrario, que se limitó a dejar salir pequeños ruiditos de su boca.

Ambos se quitaron completamente la ropa y YeonJun puso su mano frente al rostro del menor, el cual le miró sin entender.

-Lámelos.- Demandó.

BeomGyu, muy avergonzado, empezó a lamer los dedos del contrario, creando sonidos obscenos que excitaban a ambos.

Una vez el mayor vio que estaban lo suficientemente húmedos, poco a poco, fue adentrándolos, moviéndolos despacio para que el contrario se acostumbrara a la sensación.

-Y-ya puedes. -Jadeó el menor.

Al escucharlo, YeonJun entró con cuidado en él.

El rostro sonrojado de BeomGyu, junto con los cortos y agudos gemidos que este hacía eran la perdición del mayor, y habría mandado su autocontrol a la mierda de no ser porque ni se le pasaba por la cabeza ser brusco y lastimar al menor.

Y el rubio por su parte, movía la cadera y gemía al compás de las embestidas que el mayor le daba sin reparo alguno.

A ambos les gustaba esa sensación de ser el todo del otro, esa sensación de ser uno sólo, de sentir la cálida y suave piel del contrario.

Cuando ambos llegaron al clímax, unieron sus labios en un beso apasionado pero a la vez tierno, que llevaba consigo todas las emociones y sentimientos que tenían el uno por el otro.

El peliazul salió del menor y se recostó a su lado, dejando que este le abrazase.

-Eres un idiota... -Reprochó BeomGyu aún con la respiración agitada.

-Me lo tomaré como un cumplido. -Respondió depositando un beso en la frente del rubio.

Te odio {YeonGyu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora