¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•••
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba caminando por las calles de Los Angeles. Vine con Omar hasta acá para poder grabar una canción mía en un estudio profesional al que nos invitaron.
Me lo quise traer a Seven, pero el no podía ya que tenia que dar un mini concierto en Buenos Aires.
Ahora mismo lo único que quiero es tenerlo entre mis brazos y llenarle de besos toda la cara.
Hice berrinche y Omar me miro.
— ¿Que te pasa, tarado? - pregunto. Hice puchero.
— Quiero a Seven... - lloriquee.
— Vos aceptaste venir hasta acá para grabar la canción cuando sabias que la podíamos grabar tranquilamente en mi estudio. - Se encogió de hombros.
— Es que... - trate de excusarme, pero ninguna excusa se me vino a la cabeza.
— Jo-de-te. - Vareda sonrió burlonamente.
El ruido de mi celular me interrumpió. En la pantalla de este aparecía; "Bbto❤️".
Lo tome entre mis manos y rápidamente conteste.
— ¡Te extraño! - escuche del otro lado de la linea, una vez que conteste. Una sonrisa se formo en mis labios.
— Yo te extraño mas.
Omar tomo mi celular y se lo llevo a la oreja.
— Seven, decile algo a tu novio porque me tiene harto que cada dos segundos diga; "extraño a Seven" "necesito darle un beso". - Hizo una muy mala imitación de mi voz. - Estoy por pegarle una piña.
Le arrebate el celular y le pegue un zape en la cabeza.
— Cerra el orto, Tomas. - Puse el celular en mi oreja. - Vos no escuchaste nada. - Le hable a Joaco.
— Oh, claro que escuche. - Apuesto todo a que ahora se esta mordiendo el labio para evitar que alguna carcajada salga de su perfecta boca.
— Cerra la cola. - Hice puchero.
— A mi me gusta mas tenerla abierta. - Contestó. Me ahogué con mi propia saliva. - No te mueras.
— Espero que la tengas abierta solo para mi. - Omar a mi lado hizo una mueca por lo que dije.
— See, solo vos, de los otros ya me canse. - Hablo.
— Cordovero... - Lo rete.
— Era joda, amor. Mi culito es solo tuyo. - Sonreí.
— Necesito tenerte conmigo y que me lo digas de frente. - Suspiré.
— El lunes me vas a tener para vos todo lo qué quieras. - Omar me toco el hombro y señalo la entrada de el estudio.
— Bebeto, te tengo que dejar... - hice puchero.
— Prométeme que me vas a llamar después.
— Obviamente que lo voy a hacer, ni lo dudes. - Conteste.