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— ¿En serio estas acá? - pregunto, mas bien murmuro.

Asentí.
Note sus intenciones de levantarse, por lo que corrí hacia el, parandolo.

— No, despertaste hace poco de un coma, te levantas y te meto una patada en la cara. - Lo mire serio.

— ¿Me volves a ver después de meses y lo primero que queres hacer es meterme una patada en la cara? Sos tan bueno. - Rodó los ojos, con una sonrisa en la cara.

Rei levemente, y me atrevi a agarrar su mano, dejando caricias con mi pulgar.

— ¿Como te sentis? - pregunte, mirandolo a los ojos fijamente.

— Como el orto.

— ¿Te duele algo? - una mueca de preocupacion se formo en mi rostro.

— El corazon. - Me miro.

— Ivo...

— Perdón, Joaco. - Me interrumpió. - Perdón por todo.

— ¿Por que lo hiciste? - murmure.

— Me sentía perdido. - Corrió su mirada hacia la ventana. - Cuando te fuiste, te llevaste mi corazón con vos.
Me sentía tan mierda por dentro, te había vuelto a perder una vez mas, y todo por mis pelotudeces.
Joaco, necesito que me perdones.
Que me perdones todas las cagadas que me mande, y que me des otra oportunidad. La ultima.
Te propongo empezar de cero, olvidarlo todo.
Te necesito en mi vida, porque sin vos estoy perdido.
Me arrepiento mucho de no ir a buscarte, fui un cagon.
En vez de ponerme las pilas y buscarte, me encerré en mi casa, en mi sufrimiento.
Te amo, te extraño y te necesito, Joaquin.

Para este momento, mi cara estaba roja y completamente empapada por las lagrimas.
Me mordí él labio, y me tire a sus brazos.

— Te amo, Ivo, y te perdono. Empecemos de cero. - Me separe, mirándolo a la cara.

Sonrió y dirigió una mano a mi mejilla, acariciandolo.
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza cuando sus labios dejaron un casto beso en mi frente.

— Gracias, mi amor. - Sonrió.

— Te amo, pelotudo. - Rei.

— Yo mas, tarado.

En medio del momento, la imagen del rostro de bruno vino a mi cabeza.
La puta madre, tengo que decírselo.

— Ivo, tengo que decirte algo.

Mi rostro quedo serio, dandole a entender que era algo delicado.
Sus labios formaron una linea recta.

— ¿Que pasa?

Los nervios me carcomieron por dentro.
Empece a jugar con mis manos, y a mirar a todos lados.

Lo mire cuando sentí sus manos agarrar las mías, para después dejar una caricia.

— Cuando me fui, me fui sin decirte algo.

— Joaquin, decimelo. Ya me estas preocupando.

— No es nada malo, depende de como te lo tomes vos.

— Joaquin.

— Tengo un hijo. - Solte. - Oh, bueno, mejor dicho; tenemos un hijo.

— ¿Q-Que? - su cara se puso pálida.

— ¿Estas bien? - pregunte, preocupado.

— S-Si, solo... Estoy procesando la info.

— Esta afuera, ¿queres verlo?

— S-Si.

Sonreí levemente y salí del cuarto.

— ¿Como esta? - pregunto Julieta, Nicole no ha abierto la boca en ningún momento, cosa que agradezco.

— Esta bien. - Le sonreí para tranquilizarla. - Quiere ver a Bruno.

— Toma. - Me lo paso.

— Hola, mi amor. Vas a conocer a tu papá, ¿estas listo? - una risa tierna salió de su boca.

Abri nuevamente la puerta y la cerré detrás de mi.
Los ojos de Ivo se clavaron en Bruno.

— Bruno, el es Ivo, tu papá. - Mi bebé miro al peli rubio.

Los dos se miraban, expectantes.

— Hola, Bruno. - Le sonrió.

— ¿Lo queres cargar?

— Y-Yo... ¿estas seguro? ¿Y si se me cae? - nego con su cabeza.

— Dale, no es tan complicado. - Se lo deje en sus brazos. - A parte, si se te cae te meto una piña en la cara. - Le sonreí inocente.

— Tu papá es un agresivo conmigo. - Se quejo a Bruno.

Rodee los ojos, mordiéndome el labio para ocultar una sonrisa.

— Deja de hacerta la victima frente a nuestro hijo, pelotudo.

— No digas esas cosas delante de mi hijo. - Le tapo las orejas, Bruno no entendía nada, el tan solo reía de nuestras boludeces.

Lo que resto del día, me quede con Bruno en el hospital.
Ivo no se separaba por nada del mundo de nuestro hijo.
Se había robado toda su atención.

Sonreí, mirándolos jugar entre ellos.
Por fin volvía a ser feliz.
Por fin estaba con Ivo.

Mine | KayneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora