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Metí la llave en la cerradura, para después girarla y abrir la puerta principal de mi casa

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Metí la llave en la cerradura, para después girarla y abrir la puerta principal de mi casa.
Sonreí al sentir el olor a comida casera.

— ¡Llegue, amor! - grite.

— ¡Bienvenido!

Deje las llaves sobre una mesita que estaba al lado de la puerta y colgué mi campera sobre el perchero.
Escuche unos pequeños pasos corriendo hacia mi dirección, haciendo que mi sonrisa se ensanchara.

— ¡Papi! - grito Bruno, mi hijo, corriendo hasta mi.

— Hola, campeón. - Le hice upa una vez que llego hasta mi. - ¿Como te fue en el colegio?

— Muy bien, hoy me dieron una estrella por ordenar rápido a la hora de la siesta.

— ¿En serio? Me alegro. - Con Bruno en brazos camine hasta la cocina, donde pude ver a mi bebé cocinando.

El rubio frente a mi se dió vuelta y me miro, con una sonrisa en sus labios.

— Hola, mi amor. - Seven se acerco hasta mi y planto un dulce beso en mis labios.
Sonreí al escuchar la típica queja de parte de nuestro hijo.

— Iugh, asco. - Se empezó a retorcer, dando a entender que quería que lo bajara.

— Ya ya ya. - Lo baje y el salió corriendo escaleras arriba.

— ¿Como esta el chico mas lindo del mundo? - agarre a Joaco por la cintura, acercándolo a mi.

— Muy mal, porque no pude besarte en todo el día. - Hizo puchero.

No aguante, y con mis dientes mordí su puchero y estire su labio.
Soltó un gemido al sentir mi mano apretando su culo.

— Ivo, esta Bruno. - Se separo de mi.

— Ese pendejo no me deja tener sexo en paz. - Hice berrinche como si fuera un nene chiquito.

Joaquin me miró mal y después me metió un saque en la cabeza.

— No le digas "pendejo" a mi hijo, Alfredo. - Me señalo acusadora mente con su dedo índice.

— Es mi hijo también. - Me cruce de brazos. - De no haber sido por esto... - señalo mi entrepierna. - ... el no existiría. - Un nuevo golpe recibió mi cabeza. - Ouch.

— Sos un asco. - Rodó los ojos y mordió su labio inferior, tratando de esconder su sonrisa.

— ¿Acaso miento? - Sonreí.

— ¿Por que mejor no te callas y vas a despertar a Sarah? Es hora de que tome su mamadera.

— Como usted ordene capitán.

[...]

Un rayo de luz entro por la ventana de una fría habitación de hospital, dando directo en el rostro de un rubio de ojos verdes

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Un rayo de luz entro por la ventana de una fría habitación de hospital, dando directo en el rostro de un rubio de ojos verdes.

Joaquin frunció el ceño al sentir la luz y comenzó a abrir lentamente los ojos.
Bostezo y se estiro, tratando de despertarse.
Corrió su mirada de la ventana hacia el.

Un sentimiento de tristeza lo invadió al verlo en ese estado, conectado a un montón de maquinas y pálido.

Habían pasado dos meses desde que había vuelto, dos meses en los que espero paciente a que su bebé despertase.
Dos meses ahogándose en la culpa, el sufrimiento y la impotencia. Se sentía un inútil al no poder hacer nada por el.

Lo extrañaba, demasiado. Tanto que todas las noches soñaba con el. Formaba una vida perfecta en su sueño, una vida junto a el.

Durante estos dos meses su madre se había encargado de cuidar de su pequeño hijo, Bruno.
Obviamente que lo veía y lo traía para que el vea a su padre.

Pero se negaba a que Bruno se quede con el en el hospital.
No era bueno para el.
Unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

— Adelante. - Hablo, con la voz ronca.

— Buenos días, señor Cordovero. - Saludo Lucia, la enfermera que cuidaba de Ivo.

— Hola, Lucy. - Le sonrió Joaco. - Ya te dije que me digas "Joaquin" o "Joaco", me haces sentir viejo si me decís "Señor Cordovero".

— Esta bien, Joaquin. - Sonrió. - Vengo a sacarle sangre a Ivo, me lo pidio el medico para hacer estudios.

— Esta bien.

Lucia tomo una cinta de goma, atándola en el brazo de Serue. 

— Necesito que le cierres la mano en un puño y hagas fuerza, asi me es mas facil encontrar su vena.

Joaquin asintió y acato sus ordenes.
Lucy paso sus dedos por él antebrazo de Ivo y sonrió al encontrar una de sus venas.
Tomo un algodón con alcohol y lo paso sobre la vena, para luego clavarle la aguja.

Luego de un par de segundos, volvió a quitar la aguja, para luego pasar el algodón con alcohol sobre el pequeñísimo agujero por el cual salía sangre.

— Bien. - Guardo la sangre de la jeringa en un tarro con el nombre de Ivo. - Gracias, Joaco, nos vemos. - Se despidió y salió por la puerta.

El rubio se sentó nuevamente al lado de su ex pareja, mirándolo fijamente. Detallando todo su rostro con su mano. Analizándolo.

— Despertate, mi amor. Por favor. - Susurro con su voz quebrada. No paso mucho tiempo cuando sintió lagrimas resbalando por sus mejillas.

- - - - - -

Hola, ¿me extrañaron?
Ya se que no actualizo hace baaaaanda, but... No tengo ninguna excusa.

En fin, espero ya volver a actualizar seguido.
Ah, otra cosa, ¡¿USTEDES VIERON QUE IVO Y NIKI SE SEPARARON?!
Y todo por la hija de puta de Nicole.

Yo desde el principió sabia que iba a ser una forra y que lo iba a terminar lastimando. Es un asco esa mina.

PERO BUENO, ESPERO QUE NO ME MATEN, YO LOS AMO. ❤️

Mine | KayneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora