Año 1999, Saitama-Japón.
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Ahí estaba yo, sentado en la esquina del salón de clases al lado de la ventana, mirando hacia las canchas de futbol con una mirada perdida y sin fin, en donde lo que se podía observar era a varios de mis amigos jugando juntos un deporte que yo jamás podre realizar decentemente.
Mientras que el maestro daba la clase, comencé a preguntarme, ¿por qué siempre que golpeaba el balón de futbol jamás llegaba al arco? Realmente era pésimo en los deportes. Luego de reírme de mí mismo por mis “habilidades en los deportes” ciento mí nombre ser susurrado por una voz aguda y conocida.
–Miyano-kun – susurraba esa dulce voz, y al voltear mi rostro para ver a esa persona, siento como el dedo índice de mi compañera de clases se hundía en mi mejilla.
-¿eh?- fue lo único que pude expresar, y nos miramos a los ojos por un instante.
Mientras que su dedo seguía posado en mi mejilla, ella me susurra.
-presta atención a la clase, Miyano-kun- luego la miro algo incómodo por la situación, me quita el dedo de la mejilla y me sonríe, y yo me acomodo en mi asiento para poder escuchar al maestro.
Esta chica es algo extraña, y eso que es nueva en la escuela, pero de cualquier modo es algo simpática. Su nombre es Koisumi Mei, chica de estatura media, ojos grandes y de un color castaño muy oscuro. Piel blanca y seguramente muy suave, lleva el cabello corto hasta los hombros, liso y oscuro, y en su frente reposa un flequillo.
Pues, si es bastante linda a primera vista, pero no he hablado mucho con ella, debido a que es nueva. Apenas lleva una semana en nuestro curso, pero a la vez es impresionante, ya que a los pocos días, todos mis compañeros ya se habían hecho amigos de ella. Su nivel de “socialismo activo” es impresionante, bastante diferente a mí. No es que yo no tenga amigo, la verdad es que soy bastante sociable también, pero ella creo que me supera.
-muy bien eso es todo por hoy, pueden guardar sus cosas- decía el profesor mientras que se retiraba de nuestra sala.
-¡Mei-chan, vamos rápido!- decía Yui-chan, una chica de mi clase, y amiga de Mei.
-¡ok, ok ya voy!- decía Mei mientras que se levantaba del asiento que estaba a mi lado.
La observo irse del salón, y no emito ningún comentario. Comienzo a ordenar mis cosas, pero de repente alguien me asusta por la espalda.
-¡Mierda!- dije al instante, y todos en el salón me miran al instante.
-¡jajaja, Mamo-chan eres muy exagerado!- decía Seki-kun mientras que se ahogaba de la risa.
-¡idiota jajajaja! me asustase mucho…- decía mientras que me reía con él.
-vamos, levántate y larguémonos de aquí, tengo un hambre de diablos….y quiero alcanzar a Yui-chan…- Lo ultimo lo dijo en susurro y ruborizado.
-¡¿A Yui-chan?!-
-¡Shhhhh!, No hables en voz alta!- me dice mientras que me baja la cabeza y me tapa la boca.
Salimos del salón y caminamos por el pasillo, aun estoy algo impresionado por lo que dijo Seki-kun.
-¿te gusta Yui-chan?- pregunte de inmediato al ver el rubor de mi amigo.
-S..Sí, me gusta… ¡PERO NO LE DIGAS A NADIE, O TE PARTO LA CARA!-
-Ok de acuerdo, tranquilo puedes confiar en mí- le dije mientras que posaba mi mano en su hombro.
