Quizás la manera más correcta de iniciar todo esto sea disculpándome: Lo siento, siento muchísimo lo que sucedió y si pudiera retroceder todo, lo haría sin pensarlo. A lo mejor, no entiendas por qué alguien que no conoces se está disculpando, lo mejor es que no me conozcas. No voy a presentarme, no volveré a hacerlo.
Cuando despiertes, y solo si lo haces, los demás te explicaran; y quizás, solo tal vez ellos te digan mi nombre aunque no me recordarás.
Porque si te despiertas, solo si lo haces, no recordarás mi nombre, el color de mi cabello, de mis ojos, mi risa, o mi voz, no te acordarás de nosotros; esa es tal vez la parte más dolorosa de todo esto: Que te olvidarás de mí.
Y aunque por dentro deseo que te acuerdes de mí, del color de mi cabello, de mis ojos, de mi risa, o mi voz o nuestra historia; lo mejor será que no lo hagas, eso lo sé por experiencia propia.
Me permito agradecerte de todo corazón por todas las risas, las miradas y los recuerdos que conservaré. Te doy las gracias por los momentos, por todo.
Lo más difícil de todo esto es que me voy sabiendo que recordaré, que seguirás presente en mi memoria todos los días hasta que me muera o hasta que mi memoria se consuma en ella misma, provocando que me olvide de ti y de todo. Quizás ese sea un mejor destino para mí que la muerte.
Me dijeron que lo más probable es que nunca despiertes, y que de un momento para otro las líneas que indican que tus órganos funcionan con normalidad, queden planas y sin variación alguna. Hay siete minutos de actividad cerebral luego de que nuestras líneas se quedan inmóviles; si no es mucho pedir, durante siete minutos recuérdame, solo una vez más.
Si lo haces, no me recuerdes triste o en mi peor momento, no quiero que tu último recuerdo de mí sea algo que amargue al gusto. Recuerdame feliz, con una sonrisa que me llegue a los ojos, recuérdame como si fuera la última cosa que ves antes de irte a dormir.
Si despiertas y tus ojos vuelven a ver la luz del sol, quizás crucemos miradas y no me reconozcas y yo si que lo haré. Tal vez para ese momento la culpabilidad y tristeza se hayan ido, dejando que me recuerdes presentándome de nuevo; como si fuera la primera vez.
Por otro lado, me aseguraré de que estés bien y que encuentres esto tiempo después. Tal vez, si me recuerdes y esto sea un trago amargo al pasado para ese entonces.
Pero de una u otra manera, pase lo que pasé, día tras día y hasta que mi memoria se consuma en ella misma, me quedaré con tu recuerdo, con tu nombre y apellido, con el color de tu cabello y cómo se desordenaba con el viento, con tus ojos y cómo me miraban, con tu risa y el sonido de tu voz.
Para el día en que te olvides de mí, yo no estaré aquí a tu lado tomando tu mano; pero estaré recordándote en cualquier lugar en el que esté, esperando el día en que te acuerdes de mí.
***
Para la mejor amiga del mundo mundial, la diva, la perra, la potra, La Majo Serna
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EL DÍA EN QUE TE OLVIDES DE MÍ.
RomanceÉl está en coma, y ella intenta aferrarse a lo que queda de ambos: sus recuerdos. ... A veces me gusta aferrarme a los recuerdos, perderme entre ellos y volver a todo lo que me hacía feliz antes, olvido mi presente, olvido lo que sucede y lo que má...