•MAR•

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Viento, un fenómeno natural que logra hacer que las hojas de los árboles se muevan, que los vestidos y faldas de aquellos que los usan tomen vuelo, y que el cabello se enrede en si mismo.

Para ese momento, habíamos logrado saldar muchas cosas, yo había encontrado un lugar en donde hacer mis pasantías y como mesera a medio tiempo era mucho más que suficiente. Y entre nuestros ahorros y una inversión de la que no me contaste logramos comprar un auto.

Me contaste que nunca habías llevado a Ian a la playa y quisiste ir para estrenar el auto. Recuerdo lo feliz que estabas cuando le mostraste el auto a Ian, lo feliz que estaba Ian cuando se subió al auto.

No pasó desapercibido cómo se intentaba apoyar de la ventana intentando ver más allá de esta, con su pequeña manito sobre el cristal en el momento que el auto se detuvo y admiró el mar por primera vez.

Porque tampoco paso desapercibido la sensación de la arena bajo mis pies descalzos, como Ian tomó mi mano cuando sintió la arena bajo sus pies y la sonrisa que tenías en el momento que viste el agua.

Un mar, es una masa de agua salada de un tamaño menor al de un océano, así como también es el conjunto de masa de agua que cubre el 75% de la Tierra, incluyendo a los océanos.

Mar, es una palabra ambigua, y generalmente descrita por los poetas como la mar, y luego para uso general se le atribuye el artículo masculino.

Pero, para algunas personas el mar no pasa de ser más que agua, no es más que algo inanimado entre tantas cosas inanimadas que hay en el mundo. Aunque, para otras es más que eso, para ese otro montón de personas el mar les trae recuerdos de su infancia y juventud, porque les recuerda a sus padres, a sus amigos, a alguien importante que marcó nuestra vida.

En el momento en que tomaste la mano de tu hijo y lo llevaste a la orilla, entendí que aquello significaba para ti más que un objeto inanimado, que tenías recuerdos de aquel lugar y que importaba mucho más de lo que decías.

Si despiertas y solo si lo haces, no recordarás ese momento, ni en la forma en que le sonreías, ni cómo construyeron un castillo de arena. Sin embargo, podrás ir otra vez al mar, podrás mirarlo otra vez dejando que el viento mesa tu cabello; porque quizás sea tu punto de ignición para terminar desatando un mar de recuerdos, un mar que se convierta en un océano.

Mas, si no despiertas, si no abres los ojos, ni siquiera podrás retomar el momento y no podrá denotar el mar de recuerdos que se convertirá en océano. Porque tampoco podrás recordar cómo me tiraste al agua y luego me seguiste con Ian.

Porque de cualquier manera no recordarás que cuando llegamos al departamento reímos por cómo te había quedado el cabello después de salir del agua y que se secara con el viento, o cómo terminamos en la sala mirando un documental.

Esa noche pusimos un colchón en medio de la sala intentando hacer una tienda de campaña así como eramos pequeños, mientras veíamos el documental acerca de las ballenas temblabas a mi lado; pero tú jurabas que no tenías frío. Ian intento cubrirte con su manta, igualmente te negaste.

En cambio, te levantaste tomaste mis manos y me pediste que mi apellido también fuera el tuyo. Nunca te había oído hablar tan rápido hasta ese día, excusándote con que no tenías anillo pero que prometías conseguir uno.

La cosa es que, no me importó que no hubiera anillo, ni una joya de un valor exuberante ni nada similar.

Ahora, lo que me queda de aquel momento fue el anillo que siempre usabas en tu mano derecha porque no quisiste desaprovechar el momento. Me queda el recuerdo de cuando dije que si, también me quedaré con el momento Ian se acercó a preguntar si quería e iba a ser su mamá.

Ahora, no sé como voy a decirle a ese niño que no entiende por qué no has llegado a casa que no seré su mamá, aunque estoy más que segura que lo amo como si fuera la suya.

Porque ahora, suceda lo que suceda, pase lo que sea que tenga que pasar, cada vez que recuerde el mar o vaya a él, me acordaré de ti, dejaré que la marea de recuerdos me inunde hasta que sea hora de irme. Me acordaré de cuando caminamos por la orilla o nos revolcamos en la arena, o de algo tan sencillo como cuando intentamos construir ese castillo de arena. Porque aun cuando me recordabas, el mar me recordaba a ti, a tu forma de ser: tan relajado y en calma algunas veces, y en otras tan explosivo como puede ser esa masa de agua en una tormenta.

Porque sé de ante mano que cuando la arena roce mis pies, y el agua salada me cubra por completo voy a extrañarte más de lo que alguna vez lo hice.

Si despiertas y solo si lo haces, el día en que me recuerdes, en que los recuerdos inunden tu memoria aunque sea por un instante; ve al mar, al agua y deja que la arena roce tus pies, allí recuérdame bonito, aunque sea solo un instante.

EL DÍA EN QUE TE OLVIDES DE MÍ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora