El pelo o cabello es una continuación del cuero cabelludo, formada por una fibra de queratina y constituida por una raíz y tallo. Se forma en un folículo de la dermis. Cada uno de los pelos consiste en una raíz ubicada en un folículo piloso y en un tallo que se proyecta hacia arriba por encima de la superficie de la epidermis.
Se distribuye en casi toda la superficie corporal, exceptuando las superficies palmoplantares, el ombligo y las mucosas. En un adulto el número aproximado de pelos es de unos cinco millones, repartiéndose en forma desigual a lo largo del cuerpo. En la cabeza hay alrededor de un millón, encontrándose entre 100,000 y 150,000 en el cuero cabelludo.
Su color es el resultado de la pigmentación debida a la adición de queratina del pelo de sustancias químicas naturales llamadas melaninas. El color puede cambiar con el tiempo y puede llegar a ser gris, blanco o canoso, y el color de cabello más común en el mundo es el castaño.
La función del pelo de la cabeza es mantener el calor corporal de esta y proporcionar cierta protección contra golpes. Las pestañas protegen los ojos de la cantidad de luz, a si como del polvo. Y las cejas protegen los ojos del sudor que puede gotear por la frente.
Dejando la biología de lado, porque sé que la odias, y que reprobaste esa materia en el colegio, puedo hablarte de historia porque es una de tus materias favoritas.
Antes el cabello largo era considerado como un símbolo de masculinidad. Los en los grandes pueblos de la historia se utilizaba el cabello largo, desde los griegos, pasando por los nórdicos y los indios americanos hasta llegar a los japoneses. Los vikingos ostentaban trenzas y para los samuráis era un símbolo de honor. Todo esto hasta que llegaron los romanos y decidieron cortarlo, con su argumento de que le daba ventajas en la pelea. Sin embargo, en la Francia imperial era común usar pelucas para aparentar un cabello más atractivo y brillante, con peinados muy vistosos y exuberantes.
El cabello corto es un invento teóricamente nuevo, y hoy en la actualidad, es aceptado socialmente, llevándose por algo mucho más estético.
El cabello puedo decir que también entra en un rasgo de la personalidad de un individuo. Y puedo decir que formaba parte de la tuya, pero esto jamás lo sabrás otra vez si no abres los ojos.
Porque no recordarás el día en que te regañé por no cortarte el pelo y tu argumento fue que así lo usaban antes y que el cabello corto era algo antimasculino. Me contaste la historia del cabello corto y por qué no lo usabas, sin embargo prometiste cortar las puntas.
Tampoco recordaras las bromas, ni cómo me reí cuando un chicle terminó pegado a tu cabello. No recordarás el día en que decidí admitir que me gustaba tu cabello largo y que se te veía bien. Y menos cuando peleábamos por quién tenía el cabello más brilloso.
Te olvidarás de si mi cabello era largo o corto, si era color café o cobrizo. Olvidarás el día que fuimos a la playa y comparaste mi cabello con las olas suaves.
Olvidarás las noches de película, y que cuando me quedaba dormida jugabas con los mechones de cabellos. Te olvidarás del día en que descubriste que solo me hacía la dormida para que jugaras con mi cabello.
Porque así como sé que olvidarás mi nombre y mi apellido, sé que olvidarás mi cabello. Y sabiendo que mi cabello es parte de mi personalidad, la olvidarás a ella también.
Y así como me gustaría olvidarme de tu nombre y apellido, de tu cabello y su color; pero eso implicaría olvidarme de ti, de tu personalidad y todas esas cualidades que te caracterizan. Porque no quiero olvidarme de tu carisma o los tratamientos que usabas para el cabello con la excusa de que eran bueno para el crecimiento y las veces que intentaste echarme tus extrañas mezclas que hacías en la licuadora.
Aunque esto es si despiertas, solo si abres los ojos y vuelves a ver tu imagen en un espejo.
Porque no debería estar a tu lado tomando tu mano, debería irme, porque mientras más tiempo pasa sé que será más difícil. Pero así como tú mantuviste tu esperanza intacta y lograste echarme la cosa que preparabas en la licuadora, yo mantendré la mía intacta y esperaré hasta el último momento aunque me duela irme.
Esperaré hasta que el reloj marque el segundo antes de que abras los ojos el día en que te olvides de mí para irme, para estar segura de que abriste los ojos, y de que no fue mi imaginación.
Porque así como mi cabello forma parte de mi personalidad, tu cabello es parte de la tuya, y olvidarme de ti sería como perder una parte de mi cabello, de mi personalidad, de mi vida.
Y quizás, solo un tal vez distante, recuerdes el color de mi cabello un segundo antes de que abras los ojos el día en que te olvides de mí. Pero esto es solo un tal vez...
.U.
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EL DÍA EN QUE TE OLVIDES DE MÍ.
RomanceÉl está en coma, y ella intenta aferrarse a lo que queda de ambos: sus recuerdos. ... A veces me gusta aferrarme a los recuerdos, perderme entre ellos y volver a todo lo que me hacía feliz antes, olvido mi presente, olvido lo que sucede y lo que má...