Nosotros, pronombre personal que habla y/o escribe se refiere a si mismo más otra u otras personas; es la forma del pronombre personal de la primera persona en plural, se utiliza como sujeto y como término de preposición. También en textos escritos de carácter formal, el autor puede utilizarlo para referirse a sí mismo en lugar del yo, evitando lo informal.
Utilizar el nosotros implica nombres y apellidos, presencia y estar de acuerdo con y para ello. Utilizar un nosotros a veces no es más que una formalidad para evitar repetir nombres y apellidos, para agruparnos en una masa de gente los las mismas ideas y opiniones de un mismo tema.
Un nosotros, para nosotros, era la manera tácita de decir nombres y apellidos, era la manera de estar de acuerdo en algo en el momento en que el otro no estuviera en el lugar y no tuviera voz ni voto.
Para ti, nosotros era la forma de evitar en nuestras discusiones que tu voz pronunciara mi nombre, para incluirnos en una situación romántica de la que no me ibas a dejar escapar.
Para mí, era la manera tácita de involucrarte en mis cosas, en aquellas que me encantaba mostrarte, era la forma en que cuando lográbamos estar a solas me contabas tu día y me incluías en él. Era la forma en que te inventabas historias y cuentos cada que Ian te lo pedía.
Porque aquel nosotros no era para solo dos, porque en aquel nosotros estaba incluido un niño, uno con el que adoraba estar y que quería como si fuera el mío.
Porque yo adoraba aquel nosotros, lo que conformaba y significaba.
En un principio ese nosotros solo te involucraba a ti y a tu hijo, y nada más que eso. Luego entré yo, aunque no llegué a formar parte de aquel nosotros hasta un año después.
Nosotros entonces pasó a ser más que solo un pronombre, porque jamás entre todas tus historias mencionarse el nosotros como solo un pronombre o un objeto tácito.
La primera vez que nos mencionaste como un nosotros, como más que un objeto tácito, fue la primera vez que me dijiste que me amabas. Y luego llegó el departamento.
La primera vez que nos mencionarse como más que un pronombre, el cielo parecía estarse cayendo con cada trueno y relámpago que se producía nuestras cabezas. Estaba recostada en el sofá que era más cómodo que lo que hacía como cama, mirando el techo que con cada sonar del cielo temblaba amenazando con caerse sobre mi cabeza.
Las goteras acompañaban el sonido de la lluvia mientras que el agua se acumulaba en envases y jarrones esparcidos por todo el lugar, con cada gota llenando cada vez más.
Un sonido cercano a la puerta llamó mi atención, pero el pensar que solo era la lluvia y el viento, fue suficiente para quedarme recostada en el sofá. Mas alguien gritó mi nombre una voz que me era familiar y que no podía evitar porque no era la señora del condominio buscando la renta.
En cuanto abrí la puerta corriste a abrazarme, no entendía lo que estaba sucediendo ni por qué estabas allí. Me dijiste que mientras caminabas de vuelta a tu departamento viste algo que te hizo entender muchas cosas, que caminaste en medio de la lluvia porque no querías esperarme para decirme todo lo que tenías que decir.
Y como dicen por allí te veías como un pollito mojado con toda el agua de lluvia que traías encima. En aquel momento me propusiste ir a vivir contigo, que no querías que yo siguiera viviendo en aquel hueco al que llamaba casa. Estoy segura que notaste las goteras y los jarrones regados por todo el piso.
Aquella noche mientras el cielo seguía cayéndose a pedazos, sabía que iba a dormir tranquila sin la preocupación de saber si el techo se caería sobre mí o no, si las goteras rebosaban los jarrones o si pasaban más allá de ser solo goteras.
Porque lo que hiciste por mí y mi vida fue totalmente desinteresado y con muy buenas intenciones. Porque encontrar a personas como tú en esta y en otra vida fue, es y será muy difícil.
Porque si despiertas y solo si lo haces, el nosotros no será mucho más que un pronombre personal de la primera persona en plural, no más que una formalidad en un documento, no más que incluirte en una masa de gente con las mismas ideas sobre un tema. Aunque, quizás, eso sea lo mejor
En cambio, yo me quedaré con aquel nosotros que escogimos crear, ese que no tenía que ver con la definición de un diccionario o de las que estamos acostumbrados a escuchar. Y aunque ese nosotros solo sea un recuerdo, será un nosotros con nombre y apellido.
Porque cada vez que llueva recordaré el nosotros sin definición en el diccionario, que se quedará firmado con nombre y apellido y no desaparecerá cuando mi memoria se consuma en ella misma.
Pero si es posible, solo si puedes, aunque solo sea un tal vez recuerda ese nosotros que no tiene definición un segundo antes de que abras los ojos el día en que te acuerdes de mí. Mientras que yo me quedaré con la lluvia y un nosotros bajo un techo que amenaza con caerse.
.A.
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EL DÍA EN QUE TE OLVIDES DE MÍ.
RomanceÉl está en coma, y ella intenta aferrarse a lo que queda de ambos: sus recuerdos. ... A veces me gusta aferrarme a los recuerdos, perderme entre ellos y volver a todo lo que me hacía feliz antes, olvido mi presente, olvido lo que sucede y lo que má...