The Writer Muse's. (Kaylor)

Si Tu Aun Quieres.

Hola buenas noches, primero que nada una disculpa por la tardanza pero aquí está el último capitulo de la historia, como les dije es una historia corta y calculé mal por lo tanto el capitulo anterior y este quedaron muy cortos, pero tranqui que me sentí inspirada para hacerles un epilogo y en eso estoy trabajando ahora, bueno mil gracias por haberse tomado el tiempo para regalarme un voto, comentario y leer la historia, gracias en serio de todo <3.

Taylor siguió a Pamela hasta la sala donde todas se sentaron, Pamela bajo a Hannah que siguió jugando en el piso con sus juguetes y los ojos verdes de Pamela se clavaron en los ojos azules de Taylor que le aguantó la mirada.

— Karlie no está – Soltó Pamela – Se fue hoy por la mañana.
— ¡¿Qué?! ¿A dónde? ¿Dijo a dónde? – Suplicó Taylor – Necesito verla por favor.
— No, no dijo a donde – Espetó Cara saliendo.
— ¡Cara! ¿Cómo es que...?
— Oh, visité a Pamela para decirle como estaba el asunto con Karlie o más bien le dije que ella necesitaba a su madre y tomamos el jet privado de la familia, si no hubieras salido corriendo te habría dicho que vinieras con nosotros – Se encogió de hombros Cara.
— Quería alcanzar a Karlie y no pensé mucho la situación, lo siento pero ¿Por qué no le dijiste tú lo que te dije? ¿Por qué no dijiste que había dejado el apartamento? Que deje a Calvin, todo.
— Ella y su madre tenían muchas cosas de las cuales hablar así que les di su espació, de hecho nosotras también casi llegamos tarde ella iba de salida y cuando la convencí de que hablara con su madre las deje solas, luego pues no supe hasta que Karlie se había ido.
— Bien – Suspiró poniéndose de pie – Iré a buscarla.
— ¿Sabes a dónde fue? – Preguntó Pamela.
— No realmente, pero creo que tengo una idea – Suspiró Taylor.
— ¡¿En serio?! – Se sorprendió Cara – Es decir, yo no estoy muy segura pero sé que Gigi sabría a donde ir a buscarla.
— Sabes Cara, estoy harta de que ella y Calvin me digan que si conozco bien a Karlie, claro que la conozco y es por eso que tengo idea de donde pudo haber ido y es ahí donde me dirijo – Espetó molesta.
— ¿A dónde? – Cuestionó Pamela.
— Francia – Soltó Taylor.

Pamela sonrió por la respuesta sin vacilar de la otra rubia, así que observó a Cara y Abby para después pedirles que la dejaran sola con Taylor que vaciló, quería ir a buscar a Karlie.

— Toma asiento, Taylor.
— No te ofendas, pero necesito ir a buscar a Karlie.
— No me ofendo – Sonrió Pamela – Pero dada las circunstancias de tu odisea para llegar hasta aquí, yo misma te diré dónde está Karlie.
— ¡¿En serio?! – Se sorprendió.
— Sí, pero primero deseo hablar contigo.
— Hablaré contigo lo que sea necesario, pero quiero hablar con ella lo más pronto posible.
— El vuelo tarda aproximadamente entre 8 y 9 horas cariño, así que ella aun no llega, además en lo que tardas en encontrar un vuelo desde aquí – Sonrió.
— No es un lugar tan atrasado.
— Lo sé, pero te prometo que si charlas conmigo de lo que tengo que hablar contigo das tiempo a que Karlie llegue y mi piloto regrese y mi avión te llevará hasta donde dejó a Karlie, tienes mi palabra.
— Bien – Taylor se sentó resignada.
— Cuando vi a Karlie por primera vez, me enamoré – Sonrió – Es decir solo tenía un hijo y era un barón, se llevaba mejor con David que conmigo pero ella, Karlie era la chica más hermosa del mundo, se veía tan fuerte ahí intentando sobrevivir en aquel lugar junto a su hermana ¿conoces ya a Kristine? – Taylor negó – Bueno, cuando logré acercarme a Karlie y pasar esas barreras que su frágil y pequeño corazón habían formado, me di cuenta que estaba locamente enamorada de la pequeña que era, que la quería para mí, que necesitaba protegerla, cuidarla y darle todo lo que ella necesitara pero sobre todo una familia.
— Nunca se sintió en casa – Expresó Taylor.
— Lo sé, pero no fue culpa de ella o nuestra, Calvin tuvo mucho que ver en ello, y me molesta no haberme dado cuenta de eso antes.
— Pamela él...
— Sé lo que hizo Taylor, hablé con Karlie y me contó todo lo que ha vivido por culpa de él, me contó cómo tiene roto el corazón pensando que tú estás con él y como no creíste en su palabra o le diste tiempo de explicarse.
— ¡Estaba molesta! Sé que no es justificación, pero Calvin sabe manejar la información a su manera, y mi editorial me defraudo al no confiar en mí.
— No es que no confíen, el deber de una empresa es motivar a sus empleados y ellos hicieron lo que creyeron mejor para ti, sin duda alguna para mejorar tu estado de ánimo y ayudar a tu inspiración a llegar.
— ¡Y vaya que llegó! Llegó en forma de 1.88 metros, de ojos verdes hermosos y con la sonrisa que ilumina mi vida – Suspiró.