Capítulo VI - El Escape

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Los días pasaron y nunca tuve la oportunidad de hablar con Yoongi de porque me tenía que ir.
Al contrario, nuestra relación se afianzaba cada día más.
Esa noche en la que fui decidida a decirle que me iba me esperó con una rosa.

- Ahora si la puedes recibir - me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Me sentí como una princesa viviendo en un cuento de hadas.
Los días siguientes fueron los mejores momentos de mi vida.
Charlábamos de la vida tirados en el pasto al borde de la piscina.
Una noche de esas, en las que hablábamos de música, mientras intercambiábamos besos y caricias, me propuso ir a su cuarto. Quería enseñarme algo al piano.

- Verás, es muy fácil. Ven.

- Yoongi, no quiero tener problemas...

- No hay nadie, ¿por qué tienes miedo?

Tomó mi mano y fuimos a su habitación. Este lugar era un mundo aparte, el piano ocupaba un  lugar céntrico en su dormitorio, más allá estaba su cama, un baño y un escritorio lleno de cosas electrónicas. Se sentó frente al piano y se puso a tocar una melodía desconocida para mí. Me senté a su lado embelesada con su forma de tocar.
Me enseñó como tocar un par de notas.

- Sigue así - me dijo, mientras él seguía en lo suyo.

Me sentí tan bien en compartir su amor por la música. Ambos tocando en piano, uno al lado del otro, una hermosa canción.
Cuando terminamos, me acercó un poco más a sí.

-Ves? No es nada difícil.
Me besó. Sus manos recorrían mi espalda.
Mi respiración se agitó al igual que la suya. Solo éramos nosotros dos, me quitó el pelo del rostro para observarme.

- Eres demasiado hermosa para ser real.

También comencé a jugar con su cabello. Me senté encima suyo. Besando cada centímetro de su rostro, seguí con su cuello y sus orejas pequeñas, les di un pequeño mordisco juguetón, que hizo que largara una carcajada nerviosa.
Apoye mi nariz con la suya. Me divirtió mucho su cara, con su sonrisa pícara. Volví a sus labios, perdiéndome en ellos.
Comenzó acariciando mi cintura, parecía no animarse a más, aunque yo lo deseaba en ese momento más que a nada en el mundo.
Tomé su mano y la lleve hasta mis senos, comenzó a acariciarlos suavemente. Su sonrisa cambió por una mirada profunda, mordió sus labios.
Sus besos fueron más intensos, comenzó a descender por mi cuello.
Sentí que ese era el momento... me deje llevar al infierno por esa pasión que ponía en cada caricia.
Metí mi mano dentro de su remera y acaricie su pecho. Él hizo lo mismo, desabrochándome el brasier, lleno de deseo al igual que yo.

- Yoon- dije con la voz entrecortada - Yoon... Esta es mi primera vez - dije algo avergonzada.

- No te preocupes - dijo agitado - también la mía, con una chica como tú...

- ¿A que te refieres con eso?

- A que nunca estuve con una chica de la que estuviera enamorado...

Sé detuvo observándome por un momento.

- Sólo dime si estas segura de hacerlo ...

- Si, estoy segura - dije sin pensarlo.

- Enséñame cómo...

Mientras me besaba el cuello, le quité la remera. Él continuó acariciándome y besándome el pecho. También me quitó la remera y el brasier. Nuestros cuerpos tomaron contacto por primera vez y mi piel se erizó por completo.
Besó mis pechos y mis pezones que estaban a la altura de su cara.
Me puse de pie y fuimos caminando hasta la cama lentamente y ahí terminé tendida. Sus dedos me acariciaron el torso.

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