Capitulo VIII - La Señora Moon

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Tenía 35 años cuando entró a trabajar como criada en la casa del señor y la señora Min. Una familia con mucho dinero pero con poco amor.
La señora Moon pudo notar a las semanas que ese matrimonio era completamente arreglado. Prácticamente no se cruzaban en la enorme casa, no compartían ningún momento juntos, y dormían en cuartos separados.
La señora Min era bastante más joven que él. Ella era una persona muy agradable y compartía largas charlas con Moon.

- ¿Sabe señora Moon? A veces sueño que esta no es mi vida en realidad, que me logro escapar muy lejos al medio de las montañas sola...

La señora Min era como una princesa atrapada en un calabozo, eso era lo que le gustaba pensar a Moon.
Un día le confesó que cuando el Señor Min supo que ella no podría darle hijos comenzó a destrararla. Pero en realidad ella era quien "no quería darle un hijo a ese monstruo", y tomaba las pastillas anticonceptivas a escondidas.
"¿Por qué es un monstruo señorita Min, si me permite preguntar?

" Destesta a las mujeres....No debes cruzarte en su camino, nunca, ni contradecirlo, jamás lo hagas "

Y así fue como Moon sobrevivió varios meses sin siquiera ser notada. Cumpliendo en tiempo y forma con su trabajo, casi sin cruzar palabra con el señor Min.
Pero cometió un error.
Se dejó llevar por sus impulsos y eso lo cambió todo.

Un día se encontraba en la cocina haciendo sus tareas cuando escuchó gritos del otro lado, gritos que viniendo de Choo eran bastante normales. La señora Min entró en la cocina corriendo despavorida tratando de ocultarse en algún lugar.

- ¡¡No te sirve de nada esconderte!! Ven a darle cariño a tu esposo.

La señora Moon vió el miedo en la cara de la Señora Min, y como tenía el rostro cubierto de lágrimas.

- Váyase a su dormitorio Moon.

Moon obedeció y se cruzó con Choo en el camino que ni la observó, venía completamente fuera de sí.

Comenzó a sentir los golpes que provenían de la cocina, no se sentía la voz de la señora Min. Todo lo soportaba en silencio, de que le serviría gritar en esa casa vacía y fría. Lo único que a veces funcionaba era correr y esconderse, hasta que Choo se cansaría de buscar.
La señora Moon regresó sobre sus pasos, y cuando entró en la cocina vio a la señora a Min en el suelo mientras Choo le daba patadas en el estómago.
Le dió tanto coraje que tomó al señor Choo del brazo y lo jaló hacia atrás.
Éste la miró como si hubiese visto un fantasma.

- ¿Que se supone que está haciendo señora Moon? ¿A enloquecido?

Moon lo soltó de inmediato dándose cuenta de lo que había hecho.

- ¡A la mierda con todas ustedes, locas!!! - Choo se fue soltando insultos.

Woow había logrado salvar a la señora Min al menos una vez.
Se acercó a ella y trató de ayudarla a levantarse. La señora Min no podía ponerse en pie y mucho menos enderezar su cuerpo.

- No debiste hacerlo Moon - dijo en un hilo de voz.

- Debemos llamar un médico.

- Ni se te ocurra Moon. No, sería peor, en unos días estaré bien.

La llevo a su dormitorio, la ayudó a quitarse la ropa y a ponerse su camisón. Su cuerpo estaba marcado de golpes más antiguos, no quiso decir nada pero se apenó mucho por la señora Min, ella era muy buena persona.

- Por favor, si necesita algo por favor, no dude en llamarme.

- No te conviene estar de mi lado en esta historia Moon.

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