Día 1
Barcelona era siempre algo que admirar, pero Barcelona en agosto, para Andrei, era algo de otro mundo. Había aterrizado en la ciudad hacía poco más de una semana y había aprovechado cada minuto posible en recorrer sus calles, admirando su arquitectura, empapándose de su arte, disfrutando la brisa y el calor acompañado sólo de su cámara fotográfica, aunque ese no era su plan inicial.
No había llegado a Barcelona solo, lo había hecho junto a Alonso, su novio desde hacía 4 años. Se suponía que sería un tiempo para disfrutar juntos, como pareja, para hacer las cosas que hacías con la persona que amabas cuando visitabas un lugar así de especial, para conocer y crear anécdotas, para tener una fotografía que mostrar cuando se volviese a la normalidad y que esa fuera la excusa para poder presumir lo bien que lo habían pasado. Pero nada de eso había pasado, Alonso había utilizado el viaje para trabajar; Andrei sabía que estaba interesado en hacer negocios con una empresa de la ciudad, pero no pensó que lo utilizaría a él de esa manera, sabía que gran parte de las negociaciones se realizaban a través de cenas y reuniones, y Alonso que no fallaba en llevarlo, sabía que no lo acompañaría a otro país, si ese era su real objetivo, por eso le había mentido. Y esa había sido la gota que rebasó el vaso para Andrei.
Se había hecho novio de Alonso a los 17 años, se conocían de prácticamente toda la vida puesto que sus padres eran amigos desde su época universitaria y Andrei había tenido un enamoramiento del chico desde que tenía uso de razón, es más, debido a la atracción que sentía por él, fue que descubrió que era homosexual. No fue un tema en su familia que siempre había sido muy liberal y que años antes habían experimentado a través de sus amigos, la salida del closet de Alonso, sin embargo eso no quitaba que tuviesen sus propias excentricidades, sus padres no tenían problema con que su pareja fuera un hombre, pero si querían verlo casado y con hijos, o más bien, casado con Alonso, que era un tan buen partido, y criando a los hijos de ambos. Y eso era algo que Andrei no podía comprender.
A sus 21 años jamás había ingresado a la universidad porque los estudios tradicionales no eran algo a lo que se quisiera dedicar, había tomado un curso de fotografía, porque era una de las cosas que le apasionaba y había participado de algunas campañas publicitarias, pero tampoco veía aquello como la profesión de su vida; la verdad es que no sabía que quería hacer, nunca se había sentido libre de explorar, sabía que le gustaba el arte y había tomado clases de teatro y canto, incluso había incursionado en la composición, pero vivir de aquello era demasiado bohemio para su familia, y para su novio, que había dicho que un empresario y un cantante no eran exactamente la pareja perfecta, así que nunca le había dado una oportunidad real a aquello por más satisfacción que le produjera, quedando por completo descartada cuando Alonso le había dicho una tarde que su voz era hermosa, pero para cantarle a él en la cama o en sus tardes de fin de semana, pero no para vivir de eso.
Su novio lo había insegurisado en muchos aspectos y le había hecho creer que su mayor atributo era su belleza, pero Andrei había comenzado a sentir que quería y necesitaba más de lo que él estaba dispuesto a dar, no le gustaba la forma en que estaba viviendo y no le gustaba como lo hacía sentir; pero tampoco se sentía con la seguridad necesaria para cambiarlo, aunque cada vez lo deseara más.
Aquel día en Barcelona había despertado solo en la cama, podía escuchar el sonido de la ducha que demostraba que Alonso estaba ahí, pero el traje sobre el sofá de la habitación le decía que eso no sería por demasiado tiempo. Apareció a los pocos minutos, semivestido, envuelto en su bata, totalmente indiferente al castaño observándolo desde la cama con la duda dibujada en el rostro, esperando algún tipo de explicación que jamás quiso darle.
- ¿Prefieres que pida el desayuno a la habitación o que bajemos por él? - le dijo para llamar su atención, ya que Alonso había comenzado a vestirse sin decir una palabra, ni siquiera un buenos días.
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Encontrar(nos)
FanfictionHernán se sube a un crucero luego de decidir dejar toda su vida en el pasado y buscar su verdadera felicidad. Andrei ha dedicado su vida a complacer a todos quienes lo rodean pero está cansado de no ser valorado por lo que en un arranque de libertad...