Capítulo 3

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Día 8

La noche anterior se habían quedado en el bar hasta la madrugada, hablando de la experiencia en el barco, riéndose de cómo los observaban sólo por el hecho de estar solos, Andrei no había vuelto a mencionar a Alonso, porque lo olvidó por completo sumido en la conversación con Hernán, y el moreno había hecho lo mismo respecto a su trabajo. Se habían retirado juntos a sus respectivos camarotes y habían dormido tranquilos.

Esa mañana tenían parada en Chipre, ninguno conocía el lugar, pero de acuerdo al itinerario del crucero era paradisíaco. Hernán dejó su habitación al mismo tiempo que Andrei salía del suyo y lo saludaba con una sonrisa, se dirigieron juntos a desayunar y por primera vez pidieron una mesa para compartir, la misma mujer mayor que se había acercado a Andrei aquella noche para preguntarle por su sonrisa estaba en la mesa junto a ellos, con quien parecía ser su esposo, y tal como en esa ocasión no pudo evitar observarlo, con una sonrisa en su rostro.

Andrei rió con la historia de Hernán sobre la primera vez que había viajado fuera del país, a Estados Unidos cuando tenía 18 años a trabajar en un centro de esquí porque quería perfeccionar el idioma y con el dinero darse unas vacaciones en el lugar, sin embargo su conocimiento del inglés resultó ser más que básico haciéndolo pasar más de una vergüenza. Había vuelto el año siguiente luego de haber hecho un curso, y aunque entendía más, los nervios y ansiedad de hablar le siguieron jugando malas pasadas, hasta que se rindió y se trasladó a trabajar como botones en un hotel que pedía latinos. Hernán dejó que Andrei se burlaba y pidiera detalles de sus momentos incómodos y a cambio pidió historias de él, no le extrañó saber que desde pequeño manejaba más de un idioma pero si llamó su atención como su rostro pasó de iluminado a pensativo, buscando algo que contar, para finalmente acabar en nada.

- Toda la vida he estado muy controlado, mi papá es político, toda mi familia se ha dedicado a eso desde siempre - Hernán había reconocido el apellido y no era uno que se escuchara con frecuencia en Chile por lo que cuando Andrei se presentó, asumió que pertenecía a esa familia - así que en realidad nunca he vivido una experiencia así, este crucero es... mi primera vez.

- ¿Ninguna anécdota de algún viaje? anoche dijiste que conocías Mónaco, por eso no habías bajado.

- Sí, pero... cuando fui a Mónaco fui con Alonso, mi ex, y el resto de mis viajes fueron con mi familia cuando era más joven y luego con él... quisiera tener una historia jugando y perdiendo todo mi dinero al instante para hacerte reír, pero no recuerdo haber jugado... Alonso estaba trabajando ahí y luego uno de sus socios nos invitó a su yate y fue una de las cosas más aburridas que he hecho en mi vida.

Hernán lo miró con algo de culpa, no conocía a Alonso, pero definitivamente no era agradable y no era un buen novio, cada experiencia que Andrei rememoraba con él era infeliz y aunque no tenía detalles le parecía que había sido una relación bastante larga, demasiado larga como había insinuado el castaño.

- Deberíamos bajar hoy - le dijo para traerlo de vuelta al presente - nunca he estado en Chipre, antes de ver el itinerario hoy ni siquiera había visto una foto, tenemos que bajar.

Andrei lo observó recuperando la sonrisa - ¿qué idioma hablan en Chipre?

- ¿Importa? es tu momento de quedar en vergüenza, nunca lo olvidarás, te va a encantar, lo prometo.

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El itinerario no mentía y Chipre realmente era paradisíaco, Andrei había bajado su cámara fotográfica para registrar cada rincón y esta vez no necesitó un momento de descuido para hacer lo mismo con Hernán, que había posado para él en más de una ocasión. En el lugar se hablaba turco y griego, pero el plan del moreno no dio resultado porque del mismo modo manejaban el inglés, se separaron del grupo para comer y luego pasaron la tarde en la playa, hasta que su transporte de vuelta al barco llegó por ellos.

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