De esa manera comenzamos nuestra relación, sólo era nuestra, nadie se enteró no al menos durante el tiempo que comenzamos a salir como novias, Beatriz era dulce conmigo pero cuando estábamos a solas, en público ella se comportaba como normalmente lo hacía y yo quería mirarla todo el día, casi me sentía enferma de amor pensaba en esto y reía de mis propias locuras pero era feliz, ella me hacía feliz, ansiaba besarla cada que se apagaban las luces en aquella habitación, respirar su aroma me hacía estar tranquila.
Pocas veces nos visitábamos en nuestras casas y cuando lo hacíamos era para ver algunas series en la televisión ya que rara vez podíamos hacerlo, para ese momento sólo nos dábamos largos besos que nos dejaban sin aliento, pocas veces teníamos tiempo para estar completamente a solas así que no habíamos intimado todavía a pesar de llevar un tiempo de noviazgo, pero yo no quería pasar sólo un buen rato con Beatriz yo quería estar toda una vida con ella, era una mujer responsable, amable aún que no lo pareciera y sobre todo respetuosa, no era perfecta lo sabía, Beatriz solía babearse cuando dormía plácidamente y lo peor es que lo hacía encima de mi, a veces podía ser muy despistada llegándome a preguntar varias veces lo mismo un sinfín de veces hasta que me cansaba, luego yo me preguntaba ¿como es que lograba ser tan inteligente en su vocación? Yo era celosa no lo niego, no me gustaba que fuera amable con otras jóvenes que recién llegaban a ser internas, yo me molestaba con ella y se burlaba de mi haciendo que yo me llenará más de coraje, al final Beatriz me acariciaba la mejilla y se retiraba sin decir más, volviendo más tarde preguntándome si ya no seguía enojada y la verdad es que ya no, pero yo fingía un poco seguir enojada para que Beatriz hiciera intentos para conquistarme, al final me carcajeaba burlándome de ella que sabía perfectamente bien cual era mi juego.
Poco antes determinar nuestra especialidad recibimos la beca de un proyecto que hicimos entre Beatriz, yo y una compañera para ir a un congreso al continente europeo. Aún que yo ganará dinero y tuviera lo de el proyecto me las vería un tanto negras en el viaje, mi familia no era tan acomodada como la de Beatriz quién se ofreció a pagar algunos de mis gastos con tal de que fuéramos juntas, estaba emocionada porque fuéramos juntas y lo hicimos, España fue el país adonde fuimos y llegamos y en el cual estaríamos dos noches y tres días era un país hermoso, al menos yo me sentí maravillada de estar allí del brazo de Beatriz, fuimos a nuestro hotel para poco después ir a nuestro primer congreso el cual fue muy interesante, al término de esto fuimos a comer para regresar al hotel en donde yo compartiría cuarto con Beatriz y de alguna manera me sentía ansiosa y nerviosa pues tenía la sensación de que esa noche entre Beatriz y yo pasaría algo.
Entramos a nuestra habitación, ella busco una silla para sentarse y quitarse los zapatos, me sonrió mientras yo le miraba, poco después se levantó, se acercó a mi, me abrazo y me dio un beso en la frente, se alejó para ir a su maleta y decirme que se daría un baño, mientras yo seguía sin decir nada, cuando ella entró al baño me relaje e hice lo mismo que ella, sólo que tuve que esperar á que saliera del baño para entrar yo.
Cuando salí de la ducha ella hablaba por teléfono con su madre y poco después colgó, se acercó a mi que terminaba de cepillarme el cabello, me abrazo por la espalda, me beso la mejilla y me dijo te amó, era la tercera vez que me lo decía en todo nuestro noviazgo sentí que me temblaban la piernas y que mis entrañas sentía una agradable punzada, me gire para quedar frente a ella y le dije que yo también la amaba, me beso en los labios y cuando yo trataba de enredar mis brazos en su cuello, Beatriz tomó mi mano izquierda con una de las suyas, dejó de besarme y fui testigo de como entre sus manos sacaba un anillo y me lo colocaba en uno de mis dedos.
-¿Qué es esto? – le pregunté impresionada.
- No sé ¿tú como lo ves?
- Pues puede ser un regalo o… - no me dejó terminar de hablar.
-Un anillo de compromiso – dijo y mi corazón latió desaforadamente creí que se me saldría del pecho pero no fue así, era joven y aguanté – Aileen ¿quieres casarte conmigo?
-Si, si quiero – respondí sin dudar y pensar.
-¿De verdad? – dijo mirándome a los ojos y entonces me di cuenta de que Beatriz había estado nerviosa ante su propuesta.
-Si, si quiero casarme contigo, que por fin se enteren de quien es la persona que amó.
Beatriz me abrazo con fuerzas hasta levantarme del suelo, nunca la había visto tan exultante pero me agradó su gesto, terminó por dejarse caer en la cama junto conmigo ambas estábamos riendo pero ella seguía sin soltarme, la mire a los ojos y ella me sostuvo la mirada, me beso en los labios y esta vez era el momento de tomar más de ella y que ella tomará más de mi, la ansiaba, lo deseaba así como deseaba cada centímetro de ella que con delicadeza me acaricio la pierna llegando hasta mi cadera, me miró a los ojos buscando una respuesta de mi y se la di sin necesidad de palabras, mi mano se metió entre su piel y su playera, acaricie su abdomen al tiempo que alzaba su ropa, Beatriz me ayudo y me facilitó quitarle la playera dejándome ver por fin con toda claridad sus dos hermosos y formados senos de tamaño justo para mis pequeñas manos que se posaron en ellos, sentí su pezón en la palma de mi mano y luego como se endurecía, sólo me detenían sus bragas para verla completamente desnuda, cuando creyó que había sido justa mi exploración con ella procedió a quitarme mi blusón dejando al descubierto mi braga de encaje negro bastante sexi (de hecho para eso me la había puesto quería provocarle y que le gustase y lo había conseguido) la miró, me dedico una angelical sonrisa que me derritio, sus manos se posaron en mis caderas jugando con mi ropa interior, me estremecí y yo no pude hacer nada por unos momentos hasta que me apodere de sus labios y mis manos comenzaron a bajar sus bragas que tenían inocentes ositos y yo no los quería cerca, mucho menos mirando lo que íbamos hacer, la tenía por fin desnuda bajo de mi, contemple su perfección, me excito verla desnuda y ver como se sonrojada un poco, fue entonces que decidí quedar en igualdad de condiciones, dándole la oportunidad a Beatriz de que me terminará de desnudar.
Por fin sentía su piel cálida y suave junto a mí, sintiendo sus manos que me recorrían con calma demorándose en explorar mi cuerpo, que aunque nuestra anatomía fuera igual no era lo mismo tener el cuerpo de otra persona junto a ti, mirándote, tocándote, viendo como se excita cada que te acaricia, eso era lo que yo sentía y miraba en Beatriz, yo también estaba excitada, su boca mordiendo ligeramente mis pezones me gustaba, así como me gustaba su mano que comenzaba a explorar mi sexo y yo le facilitaba la entrada a sus dedos abriendo mis piernas, que ya albergaban su cuerpo en medio, estaba muy mojada, la sensación de sentir como me acariciaba de arriba a bajo era demasiado agradable, el placer estaba alcanzándome de apoco, presiono mi clítoris suavemente, lo froto por un momento rápidamente y solté un gemido, me estremecí, acto seguido ella introdujo dos de sus dedos en mi, yo me sentía loca de deseo y sentirla dentro me enloqueció, presionó una ves más mi clítoris y comenzó un vaivén que me hizo llegar al orgasmo, gemí y me retorcí de placer a pesar de que al principio de su penetración sintiera un leve dolor pero que no me importó por que era ella, era Beatriz, la mujer que yo amaba y le entregaría todo de mi porque confiaba en ella.
ESTÁS LEYENDO
Un mismo corazón
Romance¿Como poder olvidar al único y gran amor de tu vida cuando muere y alguien muy cercana a tu ser amado tiene su corazón? Pues esto es lo que ocurre con Aileen que pierde al mor de su vida, pero el destino las vuelve a juntar.