Capítulo #9

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Camila

   No quise verla así tuviera muchas ganas de hacerlo y mi corazón me reclamará e el no haberlo hecho, pero Aileen era la viuda de mi prima Beatriz a la cual yo había querido y apreciado más que a una prima la cuál para colmo dono sus órganos y yo había tenido su corazón, aquel corazón que latiera muchas veces desaforadamente por Aileen y que ahora en mi lo seguía haciendo casi de forma caprichosa por más que yo tratará  de que no fuera así, pero el negarme a su petición de verla me dolió.

Sms

Hola Aileen, perdón por no verte está tarde, pero es muy extraño lo que siento por ti, sobre todo por la situación de como han ocurrido las cosas, quiero verte ¿estas en casa?

Aileen

    Mire su mensaje y lo leí una y otra vez, me dolió su rechazo pero entendía lo que sentía, a mi me pasaba lo mismo y no le respondí el mensaje de inmediato debía pensarlo, pero al final me decidí por la que me hacía sentir mejor, Beatriz me dijo que si ella moría no le gustaría que yo me quedará sola, pero eso los demás no lo sabían y yo no vivía con los demás.


Aileen
Hola no estoy en casa, estoy trabajando, turno de noche. Si gustas nos podemos ver mañana temprano.

Camila
¿En donde?

Aileen
En mi casa, si no tienes inconvenientes.

Camila
Esta bien ¿a qué hora más o menos?

Aileen
Salgo a las ocho.

    Cuando llegue a casa Camila ya me esperaba y tuve sentimientos encontrados, me sentí felíz al verla pero al mismo tiempo confusa por mis propios sentimientos hacia ella, me gustaba como me gustaba Beatriz y me sentía culpable por ver a Camila como si fuese Beatriz, pero me hacía tan bien verla de vez en cuándo. Estacione el auto en la cochera y ella me siguió a penas entrará, al bajar ella se acercó a mi, me abrazo y yo le correspondí para poco después comenzar a llorar sin saber exactamente la razón de mi llanto o quizás si la sabía, estuve abrazada a ella por mucho tiempo sin decir ninguna palabra y sin apartarse de mi caminamos juntas hasta la puerta de la casa, sin saber cómo, Camila abrió con mis llaves, entramos y subimos hasta mi recámara, sentí que estaba atravesando mi lugar sagrado pero no me molestó porque era ella, me senté en la cama mientras ella se quedó delante de mi secando mis lágrimas, mire su rostro el cuál parecía estar sereno y mire aún más a Beatriz, mi estómago se hizo un nudo, Camila me quito los zapatos, después desató mi cabello y yo la bese dulce y brevemente en los labios, me acaricio el rostro y me beso en la frente como ella y sólo ella solía hacerlo, cerré los ojos y Camila me arrecosto en la cama pero yo tome su mano, no quería estar sola, no mientras estuviera despierta, quería que Camila se acostara junto a mí y me abrazara hasta que me quedará dormida. Cuando desperté ya no estaba, eran las cuatro de la tarde y seguramente Camila ya estaba en el restaurante, sin haber podido hablar por mi culpa ya que lo único que había hecho fue echarme a llorar y quedarme dormida, necesitaba verla de nuevo para esta vez intentar hablar sobre lo que sentía.

Camila

   Me rompió el corazón verla así, no había necesidad de que dijera o yo preguntara algo, era evidente que estaba deprimida extrañando demasiado a Beatriz y a la vez se sentía feliz por tener mi presencia física que era parecida a la de su amada, tanto que me dio un breve beso en los labios, mire como sus ojos me miraron con melancolía y dolor, buscando refugio en mí el cual le ofrecí sin dudar porque toda yo me sentía obligada a hacerlo y no tan solo obligada, si no que yo quería hacerlo, todo mi ser me pedía hacerlo porque tenía un gran sentimiento hacia Aileen, desde aquel día en que la vi y conocí por primera vez nació aquel sentimiento, el sentimiento de amarla, cuidarla, abrazarla y tenerla junto a mi de muchas maneras, la deseaba, sí y también sentía amarla, era como si el corazón de Beatriz me empujara a hacerlo, mi razonamiento podía decir una cosa pero el corazón le ganaba a la razón y entendía lo que ella sentía porque a mi me pasaba lo mismo.

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