-Hola...Ai-le dijo Shin con una amplia sonrisa.La muchacha estaba parada allí tímidamente. Tal vez por la presencia de Kibito a sus espaldas, pero este se fue apenas notó que su persona ahí sobraba.
Ai se quedó mirando aquellas esferas que flotaban por la habitación. Cada una de ellas mostraba en vivo una escena distinta. No sabía que eran, pero se robaron su atención por varios minutos.-Son mundos-le dijo Shin-Una esfera por cada planeta habitado en este universo, aunque a veces necesito más...
-¿Y los vigilas a todos?-le preguntó la muchacha.
-Asi es...
Ai había comenzado a caminar por entre aquellas esferas de cristal, que iban de un lado a otro suavemente. Levantó un brazo para evadir una y el otro para evadir la siguiente. Su vestido era voluminoso así que entre las blondas de esa prenda, una esfera pasó fugaz. Ai parecía estar bailando o eso le pareció a Shin. Quien materializó una silla para ella, aunque a la joven ver que aquel mueble no tenía patas no le dió confianza. La silla flotaba como las esferas y se tardo un par de minutos en sentarse en ella. Era cómoda y segura, muy por el contrario de lo que ella imaginó en un principio.
-¿Estas aquí todo el día?-le preguntó la muchacha tras un breve silencio.
-No. Sólo cuando quiero ver de cerca lo que pasa en el universo. Además hay otros dioses que vigilan los mundos de forma más minuciosa-le explicó Shin -Son los Kaio-sama del norte, sur, este y oeste. Yo los supervisor y atiendo otras cosas.
-Cosas ¿Cómo qué?-le preguntó ella.
-Como la evolución de los planetas. El universo siempre se está expandiendo. Los planetas nacen y mueren a cada segundo. Algunos de esos planetas tienen vida en proceso de formación y observar su desarrollo es uno de mis deberes principales...
-¿Para qué?
-Para darles el "aliento" o cambiarlos a mundos más favorables para que prosperen-le dijo Shin.
-¿Qué es el aliento?-le preguntó Ai con ese candor infantil que tenía.
-Es ese salto en la evolución que ningún mortal puede explicar-le dijo-En la tierra lo llaman "eslabón perdido"
Ai continuó haciendo preguntas al respecto y Shin le respondía de forma que ella pudiera entender. El Supremo Kaiosama estaba feliz de oír su voz, de otra vez tener esos ojos grices en él y de ver al menos una pequeña sonrisa en eso labios. Pasaron horas así nada más.
-Estoy en tu mundo-dijo Ai subitamente como pensando-¿Por qué me trajiste aquí?
-Porque tenías que ser cuidada y sólo yo podía hacerlo-dijo Shin como pensando en voz alta-¡Digo que!...bueno como esos hombres de la Patrulla Roja estarían buscándote. Aquí es imposible que te encuentren...y bueno...
-Gracias-le dijo Ai terminando con esa declaración cortada y nerviosa.
Shin la miró. Ai aún no estaba de vuelta del todo, pero esa que estaba allí sentada era sin duda mejor que la escultura gris que estaba el día entero en cama.
-No tienes que darme las gracias por eso-le dijo.
Para evitar que se devolviera a esa habitación la invitó a recorrer ese edificio y ella aceptó.
Era bastante grande, demasiado grande para solo tres personas,
penso Ai. Las paredes eran de piedra recubierta y pintadas de blanco. Un lugar silencio desprovisto de ostentación alguna, pero grato y acogedor; como su actual dueño.En el templo del Hakaishin del universo siete, hace varios días que el señor de dicho lugar andaba algo incómodo e inquieto. No lograba dormir a gusto por más que lo intentara y sentía un constante malestar en el pecho, tampoco comía;cdecía que había perdido el apetito. Whis lo había revisado en varias ocasiones, pero no encontró algo que explicara la conducta del dios. Aquel día durante el almuerzo, Bills apenas probó unas cucharadas de sopa y se fue a recostar en la hamaca del jardín.
Algo que no le decía el dios a su asistente era que venía soñando con Ai,"la muñeca" como él la llamaba. La veía en una cama inmóvil con el Supremos Kaiosama rondando por ahí. No se lo dijo en principio porque no quería que Whis lo mal interpretará,pero después de oír la explicación que este dió acerca de la gente de cristal, a Bills de le había metido una idea en la cabeza y esa tarde simplemente se la planteo al ángel.
-Oye, Whis. Si la muñeca es sólo una imitación de esas personas de cristal ¿Qué pasaría si ella experimentará un desazón fuerte hacia la vida?
El ángel devolvío la taza a su platillo inclinado la cabeza aún lado y se quedó pensando.
-Bueno si ella experimentará algo como lo que los humanos llaman depresión, podría llegar a morir-le dijo Whis-Básicamente su cuerpo es como una especie de arena que se mantiene unida debido al poder de su mente y corazón. Podríamos decir que ella puede tomar la forma que desee siempre y cuando tenga con ese aspecto una conexión. Ahora bien, si por el contrario experimenta un jubiló muy fuerte lo más probable es que liberará parte de esa carga emocional. Ellos solían hacerlo y ahora que lo menciona eso llevó a la extinción la vida en los planetas cercanos. Porque al estar felices liberaban parte de su esencia sobre otros, pero eso dejaba algo de ellos con el otro individuo. Entre su raza no había problema,pero cuando lo hacían en otras especies...-Whis se interrumpió, pues acababa de comprender algo.
Bills lo miró. Lo venia sospechando hace un tiempo y ya no le cabía duda.
-Llévame con el Supremo Kaiosama -le dijo.
Shin y Ai estaban tomando el té en la cocina cuando el antepasado entró. Sabía que había un invitado,pero hasta ese momento pensaba,por obra de Kibito,que se trataba de un muchacho y no de una,en sus palabras,"una linda jovencita".
-¿como te llamas muchacha?-le pregunto bajo la mirada alarmada de Shin.
-mi nombre es Ai-le dijo ella un tanto intimidada por esa mirada que parecía estar examinandola.
-hace mucho que no veía a la gente de cristal-comento Ro-pero tú,pequeña te vez ligeramente diferente...más sólida. Creo que tengo que tocar para estar seguro de...
La mano del viejo shin-jin quedo en el aire. Nunca antes la mirada de Shin había sido más amenazante que en ese momento.La advertencia estaba más que clara "no la toque". Por ningún motivo iba a permitir que alguien la alterará y las intenciones de su antepasado no eran las mejores. Iba a decir algo más cuando la presencia de su contraparte lo hizo mirar por la ventana.
-Kibito acompaña a Ai por favor-le dijo Shin antes de salir a ver a Bills y su asistente.
La muchacha quedó algo preocupada,pues el semblante de Shin se ensombrecio antes de cruzar el umbral. El supremo kaiosama sabía muy bien a qué se debia el malestar en su pecho y temía que a su Hakaishin lo afectará,esperaba que no,mas esa repentina visita le dio mala espina.
-buenas tardes supremo kaiosama-le dijo Whis.
-Buenas tardes-le respondío Shin- buenas tardes señor Bills.
-ahórrate los formalismos y dime ¿dónde está esa muñeca que tanto cuidas?-le dijo Bills.
-ella no es una muñeca y se llamas Ai -le dijo el supremo kaiosama.
-si,si Ai entonces...¡llámala!-le dijo el díos.
-¿cual es su asunto con ella?
-eso a ti no te incumbe ¿eres su novio o qué?-le cuestióno Bills.
-y si lo fuera ¿qué?
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Corazón de escarcha.
FanfictionShin se enamora de una muchacha terricola que guarda más de un secreto que terminara por arrastrarlo a él y a otros a una peligrosa aventura.