Diecisiete

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-Es lo que es-le dijo Bills -No me digas que no te has dado cuenta de eso.

Shin no respondió.

-Apártate de ella. Eres un dios y ella un ser absolutamente inferior,Supremo Kaiosama. No me pongas en ridículo-le dijo Bills tranquilamente.

-¿En ridículo? ¿Por qué mi relación con ella lo pondría en ridículo a usted? Eso es algo que sólo me concierne a mi,señor Bills.

-Eso no es cierto,lo que hagas repercute en mí ¿Olvidas que somos un paquete? No quiero que los demás dioses se enteren de lo que estás haciendo y...

-Asi que todo lo que hago repercute en usted, supongo que eso también funciona a la inversa -declaro el Supremo Kaiosama como reflexionando- Eso explicaría porque todos me ven como un inútil,pues si mi dios de la destrucción no hace su trabajo,como debería, asumen que yo debo ser de actitud similar...

-¡¿Qué estás diciendo?! Más te vale que no me provoques. Si te digo que te alejes de ella ¡Lo hacés!-le gritó,luego tomando ese tono grave y amedrentante le advirtió-¿O es que quieres terminar como el viejo Ro, atrapado en una espada por la eternidad?

-Si quiere hacerlo,no veo como podría,yo impedirselo-dijo Shin algo resignado-Pero estoy seguro de que algunos extrañarían mi presencia. Kibito,el Antepasado... tal vez incluso el señor Goku. Por supuesto también Ai ¿Puede usted decir lo mismo?

Esa respuesta descoloco un poco al dios.

-Yo jamás me meto en sus asuntos,no se meta usted en los míos-le dijo y tras una cortez despedida se encaminó a su templo.

Bills lo dejo pasar,pero quedó algo molesto con la actitud del Supremo Kaiosama.

A Shin le preocupaba más la respuesta a la pregunta que le hizo Ai ¿Qué somos? Él quería que fuera algo más que una amiga,sin embargo,él era un shin-jin y entendía el amor de otra forma;una sutil y más sublime. Ai era humana y el amor de los humanos pasa por otras formas,mas estaba esa naturaleza especial en ella. Era como una niña traviesa,dulce, alegre e inocente. No había aún esa malicia propia de la adultez en ella. Pero ponerle nombre a esa relación le era un poco engorroso. Él la quería,estaba seguro la amaba también y no había porque explicar eso a alguien,pero sin duda le pedirían que lo hiciera,como también "formalizar" esa "relación".

Los humanos hacen eso. Clasificaban el amor y según el tipo de amor, hay reglas implícitas cuya ruptura podía terminar con la relación fundada en la categoría de amor escogida o asignada fortuitamente. El amor humano era condicional,él del en cambio no lo era. Pero el amor que sentía por Ai entraba en una de esas categorías humanas de alguna forma,que en el fondo era una variante de ese amor universal que él experimentaba,que los dioses de la creación sentían por todo lo que cuidaban y sin embargo,aun dentro de ese amor algunos obtenían mayor simpatía que otros. Estaban los favoritos de los dioses. Pero Ai no era una favorita,ella era para él una percepción especial. Los favoritos de los dioses cuentan con cierto afecto de las deidades, pero no es necesariamente algo recíproco.

Él amaba a Ai y anhelaba ella lo amara también de una forma única y particular,sólo a él. Mas como no sabía si ella albergaba ese sentimiento por su persona, no le asignaba un nombre a esa relación que sostenían.
Llegando a esa conclusión,es que obtuvo una respuesta,mas el beso llegó a hacer tambalear todo. La besó porque de alguna forma ella se lo pidió y le fue muy agradable,pero ¿Por qué sintió que ella le solicitaba un beso? ¿Qué valor tenía un besó? Veía a diferentes sociedades manifestar su amor con gestos muy variados,pero el beso era lo que más se repetía. Aunque a veces parecía un acto sin valor. Pensaba demasiado las cosas. Ese hábito que más que aclarar su mente lo mortificaba,como deseaba dejarlo.

Tendido en su cama,pensaba en eso cuando una presencia en el patio llamó su atención. Antes de que Kibito llegará a anunciarlo, Shin ya había salido a atenderlo.
El ángel lo saludó con su buen ánimo de siempre y él,fue un poco más distante.

-¿Puedo saber el motivo de su visita,señor Whis?-le preguntó sin rodeos.

-Es respecto a lo que le dijo el señor Bills...

-Eso es irrelevante para mí. Probablemente pensaban usar a Ai como un arma,pero ella no es una mala persona-le dijo Shin-Pudo ser criada por humanos ambiciosos que querían promover la industria de la guerra,sin embargo,ella es una persona con voluntad y de ninguna forma una muñeca.

-Entiendo y es muy agradable saber que se expresa así de ella. Creo que le ha tomado bastante afecto a la señorita Ai-comento Whis.

-Asi es...-dijo en voz baja.

-Por lo mismo hay algo que me gustaría considerará respecto a ella-le dijo el ángel en tono grave.

Ai iba a entrar al edificio cuando un compañero,de su anterior trabajo,la llamó desde el camión y ella fue a saludarle. Intercambiaron unas palabras y luego la invitó a beber un refresco. La muchacha aceptó diciendo que debía volver temprano y el sujeto le dijo que no había ningún problema. Se subió en la cabina,junto al conductor y apenas cerró la puerta sintió un pinchazo en la nuca. La cabeza de la muchacha se fue contra la ventanilla y enseguida otro sujeto reemplazo al chófer,se trataba de Red.

-Si quiere que algo salga bien, hazlo tú mismo-dijo Scarlett que estaba tras él asiento que acupaba Ai.

-Como siempre tienes razón-le dijo Red y saco el camión de las instalaciones.

Condujeron hasta el centro de la ciudad. Allí en una calle vacía estacionaron el vehículo para abandonarlo y subieron a otro cargando a Ai. La mujer puso a la muchacha sobre sus piernas,pues en los asientos traseros había poco espacio. Dejaron la ciudad rumbo a las montañas y desaparecieron a través de un camino rural. Se detuvieron en una cabaña a medio derrumbar en donde se escondía un ascensor en la chimenea. Bajaron por el hasta unas instalaciones subterráneas donde decenas de hombres uniformados iban y venían con toda clase de artefactos y armas.

La propia Scarlett llevó a la muchacha a una celda oscura de muros de piedra. Allí sólo había un camastro con una manta verde,una mesa y una lámpara del mismo color,una silla y un cubículo que con un inodoro y un lavamanos. La recostó en aquel intento de cama,le hizo una caricia en la frente y descubrió el relicario en su mano para contemplarlo. Se lo arranco del cuello de un tirón para llevárselo y se fue cerrando la puerta tras ella. La luz que entraba por una diminuta ventanilla en la puerta metálica ilumino el cuerpo de la muchacha que entre sueños pronunció un nombre y se sonrió,ajena al lugar donde estaba.

Corazón de escarcha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora