Creo que de todas las relaciones por las he pasado esta fue la más dolorosa, pero la que más cosas me enseñó. No logro entender como permití tanta violencia y no física, sino mental. Espero que después de leer este capítulo, si te encuentras en una situación similar, te ayude a alejarte y amarte.
Ya lo había visto de lejos, e parecía físicamente atractivo y algo serio porque en todas esas veces que lo vi jamás saludó a alguien o habló con alguien. Uno de esos días por fin cruzamos miradas y logró ponerme nerviosa, me sonrió y se fue.
-¿Cómo se llama ese chico?- pregunté a mi amiga con la esperanza de que supiera
-Se llama Fabián, trabaja aquí en la escuela-
Era exactamente del tipo de chicos que me gustaban, güerito, ojos lindos, actitud segura, sonreí mientras bajaba la mirada y esperaba verte de nuevo.
Curiosamente después de ese día nos encontrábamos más seguido por los pasillos y todas esas veces nos saludábamos con un movimiento de la mano y una sonrisa, ninguno de los dos se animaba a dar un paso extra y atreverse a hablar, pero era lindo y pues tal vez no era el momento.
Fue hasta que fui a re inscribirme que gracias al destino lo encontré ahí, recuerdo que llevaba a mi perrita de tres meses en las manos y apenas me vio dejó a la persona con la que estaba hablando y se acercó a mí.
-Que hermosa cachorrita ¿es tuya? ¿Cómo se llama?- decía mientras acariciaba a la perrita
-Se llama Sasha y sí, es mía, tiene tres meses- respondí nerviosa
-Yo tenía uno así de esta raza pero se me murió-
-¡Oh! Lo siento mucho-
-Ya tiene tiempo, ¿cómo te llamas?- preguntó subiendo la mirada
-Me llamo Mariana y tú eres Fabián ¿cierto?- sonreí victoriosa por su cara de sorpresa
-Sí, ¿cómo sabes?-
-Cuando algo me importa es fácil conseguir información-
-Me agrada tu respuesta- sonrió nerviosa
Esa fue toda la conversación ese día, recuerdo que las manos me sudaban del nervio pero estaba contenta de verte y hablar un poco, tu nerviosismo me hizo saber que tú también sentías algo por mí, rayos, que equivocada estaba.
Pasó una semana para volver a encontrarme con él, ese día se ofreció a llevarme a mi casa para ir platicando y conocernos en el camino y yo accedí, nos pasamos nuestro teléfono y de ahí sólo me quedó contar las horas para salir de la universidad y verlo.
Mensaje de Fabián
¿Te veo afuera del estacionamiento?
Mensaje de Mariana
Sí, voy para allá
De camino al estacionamiento me encontré con Eduardo (si no sabes quién es te sugiero leer el libro anterior), justamente le estaba platicando de él, de lo feliz que estaba de conocerlo, se ofreció a acompañarme porque él también iba a su carro y quería dejarme segura, me quedé unos minutos afuera esperando a que saliera Fabián mientras me despedía de Eduardo pero parece que Fabián se molestó porque salió y ni volteó a verme, sólo se fue.
-¿Estas segura de que te ibas a ir con él?- me preguntó Eduardo
-Pues, creí que sí, no sé qué pasó- sentí vergüenza en ese momento
-¿Quieres que te lleve yo?-
-No, quiero caminar a casa, pero gracias-
Todo el camino a casa pensé en qué había pasado con él, no me marcó ni me escribió para explicarme las cosas, sentí que comenzaban a salir lágrimas del coraje ¡que patán! Dos días después me escribió...
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Ex-traños
Ficțiune adolescențiSi encuentras tu nombre aquí es porque marcaste mi vida, tal vez de buena forma, tal vez mala, como quiera que sea... Gracias.