Este capítulo, esta historia, es la más dolorosa para mí, porque aquí no sólo perdí a mi novio, perdí a uno de mis mejores amigos y ese coraje de saber que no pude hacer nada, que alguien más me quitó eso, es algo muy difícil de superar.
Cuando lo conocí noté que era un niño muy aislado, me intrigaba realmente, ese lado misterioso que tenía, los primeros días pensé que yo le caía mal porque cada vez que yo me acercaba a la mesa en la hora de comida él se levantaba y me dejaba ahí, ¿Qué le hice? Pensaba.
En ese momento no estaba en la misma área que yo así que era muy difícil verlo pasar, después por juegos del destino me enteré que tendría un compañero nuevo y empecé a mensajearme con él por cuestiones laborales, cuando no había trabajo nos contábamos lo que estábamos haciendo, como leer las noticias, jugar en el celular, pintar, cosas muy tranquilas pero se volvió una costumbre, yo no sabía que era él, Juan Carlos, el chico que había visto en aquel brindis de navidad en la esquina de la sala de juntas y aquel que se levantaba de la mesa.
Era diciembre y mi jefa había organizado una comida en su casa y cuando lo vi llegar recuerdo sentir una felicidad inmensa, estaba sorprendida y a la vez feliz de volverlo a ver, se veía tan lindo, sus ojos especialmente, sus ojos me encantaban. No cruzamos tantas palabras como en los correos y de repente se salía a contestar el teléfono, lo cual me hizo darme cuenta que tenía novia, eso y que empezaron a molestarlo diciéndole "mandilón". ¡Qué pena! Tiene novia pensé.
¿Recuerdas nuestra primera foto Juan Carlos? Era mi cumpleaños y sin planearlo nos sentamos juntos y un amigo nuestro tomó la foto, fue mi fondo de pantalla por un buen rato.
Una vez más el destino hizo de las suyas porque resultó que se sentaría detrás de mí, así podría conocerlo más y así fue, me causaba tanta admiración y ternura escucharlo hablar de ella, para todo se sentía orgulloso de decir "mi novia" o al menos así parecía, me ponía a pensar en que yo quería una relación así, quería a alguien que se llenara la boca al hablar de mí y que fuera fiel, porque jamás vi que Juan Carlos le diera entrada a alguien más, siempre le dio el lugar a ella y eso era increíble.
Al ver eso yo empecé a mentalizarme y a verlo como un buen amigo, y si lo logré, por dos años, me divertía mucho platicando con él y hasta disfrutaba darle consejos sobre que regalarle a su novia en navidad, quería regalarle a él una visión diferente de la vida, no para conquistarlo, si no para verlo sonreír más seguido y para que se juntara más con los demás compañeros.
No recuerdo bien la conversación pero cierto día hablábamos de que yo notaba que todos los chicos de la oficina eran iguales, teniendo un compromiso y aun así buscando más, pero que no todos eran iguales.
-Juan Carlos por ejemplo, podremos bromear sobre infidelidad pero sé que él jamás le sería infiel a su novia- dije con seguridad
-No lo sé, las cosas cambian ¿no crees?- me sonrió y se levantó de su lugar
¿Acaso eso había sido un coqueteo? No, no podía serlo, había interpretado mal las cosas, estaba ya tan acostumbrada a escucharlo hablar de alguien más que la simple idea de que él se fijara en mi era realmente ridícula.
Pero las cosas si habían sido así como lo pensé, el si había coqueteado conmigo ese día y los que le siguieron, pude notar que él me miraba de forma diferente, se sonrojaba al verme y sus ojos brillaban y yo desperté esa parte que estaba dormida en mi mente, esa parte donde pensaba en él como novio, volví a ponerme nerviosa cuando él se acercaba y me sonrojaba cada vez que sonreía, cambié de ruta hacia mi casa para estar un poco más de tiempo con él y en una de esas veces ocurrió lo que yo tanto había esperado, nos besamos.
-¿Qué estamos haciendo Mar?- me preguntó
-No lo sé, dímelo tu- contesté feliz, nerviosa, pero feliz
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Ex-traños
Novela JuvenilSi encuentras tu nombre aquí es porque marcaste mi vida, tal vez de buena forma, tal vez mala, como quiera que sea... Gracias.