Capítulo # 4 : Sergio

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Casi nadie sabe de esta etapa de mi vida, en realidad, no hay mucho que contar pero si era importante hablar de esto porque Sergio fue el primero en mi vida, ya saben, el primero.

No sé qué edad tenía exactamente cuándo lo conocí pero llevábamos mucho tiempo de conocernos, él es más grande que yo, no sé si ocho o nueve años, pero era mi máximo cuando estaba más joven. Nos veíamos diario, él trabajaba con mi mamá, me gustaba tener cualquier excusa para pasar por su oficina, a veces me quedaba a platicar y otras sólo le sonreía. Él siempre me daba señales de que se sentía atraído por mí, a veces me tomaba de la mano, otras me abrazaba por un largo tiempo e incluso me daba pequeños besos cerca de la boca pero respetaba el hecho de que yo aún era menor de edad, por lo tanto no hacía nada más que eso.

Tenía ya 21 años cuando sin esperarlo recibí un mensaje suyo en Twitter, teníamos tanto tiempo sin vernos, creo que la última vez que supe de él estaba en secundaria. Comenzamos a platicar de lo que había sido de nosotros, yo tenía mucho cariño por él, por todos esos sentimientos tan puros que alguna vez me inspiró ¿Quién no se ha enamorado de alguien más grande? Me resultaba tierno recordarlo, esos amores platónicos o prohibidos, me gustaba el sentimiento de adrenalina cada vez que estábamos juntos, cuidándonos de que nadie nos viera, sobretodo mi mamá.

-Te pusiste muy linda- escribió

-¿Estás coqueteando conmigo?- mientras respondía se dibujó una sonrisa en mi cara

-Algo así, ¿qué harás mañana? ¿Vamos a comer?-

-Hecho-

Creo que con él fue la primera vez que hice algo a escondidas de mi mamá, no sé qué excusa usé pero para cuando él me mandó mensaje de que estaba debajo de mi casa yo ya estaba lista para salir.

Cuando me subí al coche y volví a verlo sentí una emoción enorme recorriendo mi cuerpo, lo había echado mucho de menos, fue muy lindo y atento en el camino, me sentía querida, bueno, en realidad siempre fue lindo conmigo sin embargo cuando estábamos comiendo pude sentir que no había nada de química entre nosotros, la cuestión de la edad pegaba muchísimo, él me hablaba de cosas de derecho y aparte de no entender nada me aburría, pero tampoco tenía tema de conversación que pudiera interesarle porque aún me faltaban muchas cosas por vivir y él también lo notó. Considero que aún era una niña para darme cuenta de muchas cosas como el simple hecho de que él buscaba sólo tener sexo conmigo, mientras él sólo pensaba en eso yo pensaba en si alguien de su edad podía llegar a enamorarse de mí.

Ese día tenía un dolor de cabeza impresionante y él aprovechó esa situación para llevarme a su casa, parte de mí sabía lo que pasaría y la otra ingenua parte pensaba que tal vez sólo nos recostaríamos en el sillón para ver una película y me daría una pastilla para el dolor, pero la primera opción sonaba más lógica.

Exactamente el por qué acepté hacerlo no tengo idea, pero supongo tenía ganas de experimentarlo y que mejor que con alguien conocido.

Segundo error: No esperar el momento correcto

-Espera, es que, es mi primera vez- le dije apenada

-Tranquila, yo te voy a cuidar y lo haré especial para ti- respondió

No se sintió para nada bien pero si lo cumplió, me cuidó, experimenté muchas sensaciones al mismo tiempo y mi mente sólo pensaba en una cosa: "no lo tomes enserio". Por alguna estúpida razón quería sentirme adulta, quería crecer y empezar a tomar decisiones de adulta pero ¿quién me dijo que entregar mi virginidad me iba a convertir en adulta?

Pasamos un mes así a escondidas y viviendo cosas nuevas, a pesar de saber que no estaba a su nivel de conocimientos supongo que a él le gustaba esa inocencia en mí y a mí me gustaba escucharlo hablar de todo un poco. Me acostumbré a él, a su forma de ser, a recibir un beso en la frente cada vez que nos veíamos, me acostumbré a estar en su casa viendo la televisión mientras comíamos, me acostumbré a dormir entre sus brazos, yo no podía estar con alguien sin tomarlo enserio, por mucho que lo intentara mi corazón era frágil.

Ex-trañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora