Iniciar el día era difícil.
Nunca se acostumbraría a despertar en la Cabaña de Hades. Siempre había estado viajando de campamento a campamento, o de algún otro lugar a otro, llevando mentiras, armas, consejos de guerra o cargando una estatua de la diosa Atenea. Así que despertar sin estar alerta, sin pensar en cómo iba a sobrevivir ese día era completamente extraño.
En algún lugar había escuchado que al despertar, no recordabas nada durante tres segundos porque tu cerebro te daba un descanso. Era una maldita mentira.
Observó a Hazel, quien se había estado quedando a dormir durante la semana para ir a la escuela. No estar solo en la Cabaña de Hades era una novedad. Se acercó a ella, quien seguía durmiendo y le acarició su esponjoso cabello. Pensó en Bianca, a quien solía ser tan apegado durante su niñez.
Apartó el pensamiento y le dio un beso en la frente. Iba a a aprovechar a la hermana que tenía. No quería perder a otra.
Con pesadez, se duchó, se cambió y se dirigió a desayunar con la mesa de Apolo. Minutos después, Hazel se unió a ellos.
Había convencido a Quirón de que si desayunaba en su mesa cosas extrañas pasaban, y no era mentira. Cuando le había explicado eso a Apolo había deseado enmarcar su cara de sorpresa. Ahora que estaba Hazel, habían mantenido esa costumbre.
En la mesa de Apolo todo eran risas, charlas, chistes y datos curiosos sobre el cuerpo humano. A veces, le pedían a Apolo que contara historias o respondiera sus dudas:
- ¿Qué hacen los dioses con toda la comida que les damos?
- ¿Les gusta el olor de la comida quemada?
- ¿Cómo es ser un dios?
- ¿Cuántas veces casi destruyes el mundo con tu carro solar?
- ¿Cuál es la experiencia más extraña que has vivido?
- ¿Cómo es Artemisa?
Aunque nunca lo admitiera, a veces era bastante interesante estar en esa mesa. Se preguntó qué pasaría si la mesa de Apolo se mezclara algún día con la mesa de Atenea.
A veces, Will sostenía su mano debajo de la mesa, y eso se sentía increíblemente bien.
Después, se preparaban para la escuela. Nico no lo hacía, ya que de todas maneras podía hacer un viaje de sombras a su cabaña por si olvidaba algo. Aunque mayormente se la pasaba durmiendo en clase. Simplemente agarraba su mochila y con lo que tuviera dentro.
Después de que Quirón les diera dinero humano, dracmas y molestara con que si llevaban sus armas y qué hacer en caso de emergencia, Dioniso los llevó al mismo callejón de siempre. A Nico no le gustaba ese callejón. Era oscuro, habían bichos y arañas, olía mal y cada paso resonaba con un eco extraño que le daba escalofríos. Estar ahí era sofocante.
Ese callejón era húmedo y completamente extraño.
Cuando llegaban a la escuela, se dirigía a su casillero y revisaba su horario: clase de física. Agarró sus libros, una libreta y se encontró con algo extraño: había un papel. Lo agarró, lo desdobló y tenía algo escrito en la parte exterior:
Para: Nico.
De: Anónimo <3
Mientras intentaba averiguar qué decía (Había olvidado sus lentes de contacto con traductor en la Cabaña de Hades) sintió una mano en su hombro.
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Percy Jackson: Y los héroes de la escuela
FanfictionTe preguntarás, ¿Cómo terminaron los semidioses que salvaron el mundo más de una vez, un ex-dios, un oráculo, una ex-titánide y dos muertos en un instituto? Bueno, ellos también, pero no se quejan. Es lo más normal que vivirían en mucho tiempo. Cla...