Un día con Magnus

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Para empezar, tenía que asegurarse de no morirse tarde para poder llegar a la escuela temprano.
A veces, revivir podía tomar su tiempo.

Así que a penas despertaba, se duchaba, se cambiaba y agarraba sus cosas. Pasaba a buscar a Alex y una vez ambos listos, se escabullían para evitar ser decapitados mientras salían del Valhalla.

Nunca desayunaban, pues podían ganarse un cupón gratis de recibir un plato en el ojo.

(No preguntes, era bastante doloroso)

Una vez en la recepción del Valhalla, se encontraban con Blitz y Hearthstone, quienes los esperaban con un cartel de invitado especial para que no los mataran. Después de todo, ellos no eran einherjas.

— ¿Listos? — Preguntó Blitzen mientras caminaban.

«No» Pensó Magnus, como siempre. En cambio, dijo un:

— Tal vez. ¿Cuenta?

— Sí — Dijo Blitz.

«No» dijo Hearth por señas.

Caminaron hasta donde estaba Heimdall, con su palo de selfie y tomándose algunas fotos. Magnus inspiró hondo antes de mandarle una sonrisa incómoda.

No es que no le gustara Heimdall. Es que simplemente era... Bastante Heimdall.

Le recordaba a cuando un maestro intentaba ponerse a la moda y caerle bien a sus alumnos.

Heimdall los recibió con la misma sonrisa de todos los días.

— ¡Buenos días! — Gritó — ¿Lo mismo de siempre? ¿Hicieron su tarea? Ha de ser horrible hacer tarea, pobrecitos.

Desde que habían comenzado a ir a la escuela, los dioses aprovechaban cualquier oportunidad para restregárselo en la cara. «Pobrecito»

No necesitaba una simpatía falsa. Tampoco es como si necesitara simpatía.

— Bueno, espero que tengas que tomarte unas selfies antes, porque quiero restregarme en tu arcoíris — Dijo Alex, y sin esperar respuesta, lanzó su mochila y se acostó en el arcoíris.
Comenzó a hacer un ángel de arcoíris.

Por primera vez, Magnus sintió muchas ganas de unirse a su fiesta. Tiró su mochila e igualmente, comenzó a hacer un ángel de arcoíris.

— Eh, que se les hace tarde — Comentó Blitz, pero Magnus pudo ver que tenía tantas ganas como ellos de tirarse ahí y unirse a ellos.

«Levántense. Ya. Escuela» Regañó Hearth.

— ¿Qué importa? Yo no tuve la idea de ir a la escuela — Reprochó Alex y se puso boca abajo. El arcoíris era bastante fresco, si te preguntabas.

— ¿Debería ir a la escuela si estoy muerto? — Preguntó Magnus, sacando la duda que llevaba desde hace meses — ¿Cómo hicieron para inscribirnos?

Se imaginó una conversación tipo:
« Eh, hola, soy Odín y vengo a inscribir a unos burros que hablan. Están muertos, pero están bastante vivitos y coleando. Gracias»

O, en caso de que fuera Frey:

« Hola, vengo a inscribir a mi hijo. No se asusten, puede ser simpático. Por cierto, asegúrese de que no se me muera aquí, que ahora sí se me va al cielo y Thor tiene unas cuentas pendientes con Jesús»

— No sean tan negativos — Dijo Blitz, cruzándose de brazos — La escuela puede tener un lado bueno. Están en su mejor etapa, disfruten.

Alex puso cara de horror.

— ¿Ésta es la mejor?

«Tampoco tienen otra» Añadió Blitz.

Después de insistir en que deberían preocuparse por su futuro mientras Heimdall subía historias en Instagram acerca de sus nuevos lentes de sol, Heimdall los acercó tanto como pudo a la escuela.

Percy Jackson: Y los héroes de la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora