La calma antes de la tormenta.

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No tardaron mucho en dar a Uraraka de alta, dado a que no estaba tan grave y sus cuidados no necesariamente debían ser dados en el hospital. Noticia interesante, pero Midoriya no era quien para cuestionar al hospital si ni sabía cómo funcionaba.

Él había ido a recogerla, sus padres no habían podido ir debido a que las únicas horas que tenían disponibles para poder darla de alta, eran en sus horas de trabajo. Aunque no tuvieran tanto contacto con Izuku, confiaban lo suficiente en él como para que fuera a recoger a su hija.

Por eso esperaba, sentando, en la sala de espera del hospital. Dos días habían pasado desde que ellos entraron al hospital, por lo que se podría decir que aún estaba sensible ante todo lo que pasaba a su alrededor. Seguía preocupado por Todoroki, pero tenía ahora un consuelo, Ochako estaba con él; aquella chica que siempre le escuchaba y apoyaba en todo, que estaba más tranquilo sabiendo que contaba con su apoyo.

Al verla pasar por aquel pasillo de forma suave y lenta, le pareció que ella era lo más importante en ese momento, que de no ser porque la enfermera le regaño, se hubiese lanzado a abrazarla lo más fuerte posible y no haberla soltado.

Cuando la mayor se retiró, ambos se miraron fijamente por unos segundos en un silencio reconfortante.

— Estaba tan preocupado. — Logró decir en un susurro, sonriéndole suavemente. Su sonrisa no era tan alegre o resplandeciente como de costumbre, pero tenía un sentimiento de tranquilidad, de estar con la conciencia más calmada.

La castaña se sonrojo de forma muy leve al escucharlo. ¿Acaso estaba pasando lo que ella creía que estaba pasando, o era una cruel fantasía que se estaba creando momentáneamente?. Sea cual sea el caso, ella le abrazo, recargando su cabeza en su hombro.

— Lo lamento ... Es sólo que, tenía tanto miedo. — Le dijo, temblando en sus brazos con una expresión pasiva. Midoriya sólo le abrazo devuelta con un tanto de fuerza, manteniendo su expresión.

Él era conciente de los sentimientos de Uraraka, sabía que ella le tenía sentimientos de ese tipo, pero no por eso le iba a negar muestras de afecto o aquellos apodos cariñosos que se tenían desde hace tiempo. Después de todo, ella fue la primera persona por la que sintió una leve atracción antes de conocer aquel sentimiento de romance intenso con Shoto Todoroki.

Tal vez, debería dejar de lado todo aquello de estar enamorado como su papel de rival amoroso y concentrarse más en este asunto. Ella lo necesita, él lo necesita, no puede darse el lujo de confesarse a Shoto ahora, porque seguramente le rechazaría con tanto en su mente que debe procesar, aparte de que no quería verse desesperado.

Cuando las cosas estuvieran calmadas, lo consideraría, pero por el momento. Se quedaría con Uraraka, para apoyarla ahora mismo, quería que ella sintiera que, aunque no le amará, tenía una especie de familia con él, que era importante para él.

No es como si pudieras cambiar a quien amas, porque si pudiera, lo haría sólo para verla feliz con una confesión de él, o con un sólo "me gustas" para ella.

No obstante, no estamos en la ficción para aquello ocurra con tanta facilidad. Sólo le queda llevarla a su casa y pasar el rato con ella, luego verían a Shoto si se daba la oportunidad.

★•★•★

Endervor era una persona bastante ocupada, siempre ocupándose de su trabajo, atento a lo que se dijera de él, hablando y aclarando ante las cámaras.

Por ello, la noticia de que su casa se había quemado tardó en llegarle. Estaba en medio de un torneo mundial de artes marciales, y no le gustaba ser molestado cuando participaba en uno de estos, pero con todo y miedo de una paliza, se informó de la situación.

En ese momento, aquel señor se estaba tomando un buen whisky mientras estaba reposando en la comodidad de su silla.

— ¿Mandará a hacer algo?. — Preguntó su asistente.

— Sólo denle fondos al hospital donde esté, y si no, que manden a buscarlo. — Declaró, y aquella persona dejó el lugar. Endervor se quedó mirando su vaso por un par de segundos antes de dar un trago al mismo.

Seguro Shoto entendería que, sobre él, está su trabajo y los torneos. Era todo un dramático como exagerado, pero debía tener la suficiente capacidad para darse cuenta de que, él en realidad no vale tanto comparado con el dinero que debe traer.

Creyó ser un padre responsable, pero todo esto era cuestión de paternidad. Y de que tan buen padre demuestres ser con tú hijo, como dedicación.

★•★•★

La madre de Midoriya iba a su casa con un dolor de cabeza considerable, sintiendo que en cualquier momento se iba a desmayar de tanto cansancio. No obstante, estaba dispuesta a revisar las notas de su hijo en la U.A. y castigarle de ser necesario.

Al abrir la puerta, lo primero que se le hizo sospechoso era que está estuviera tan silenciosa. Usualmente cuando llegaba, su hijo estaba musitando de forma queda cualquier párrafo de su tarea, o le escucharía gritar de emoción ante cualquier noticia de All Might, incluso sus pláticas con Ochacko, como las de Todoroki.

— ¡Izuku, cariño, ya llegué!. — Anunció en voz alta, sin llegar a gritar. No había escuchado a Izuku recibirle, en cambio, persistía el silencio en toda su casa.

Sintiéndose con algo de preocupación, fue a su habitación, tocó la puerta. No recibió respuesta, y al abrir la puerta, se encontró con la sorpresa de que estaba vacía. Aquello no hizo más que preocuparla a niveles preocupantes, haber, que sabe que su hijo suele salir cuando no está, pero siempre le avisa donde está y a qué hora regresaría.

Decidió checar su celular, no recibió ningún mensaje de su parte que dijera dónde estaba.

Se cuestionó si debía llamarle o esperarlo, ya que, honestamente si estaba sintiendo que algo malo estaba pasando, sin siquiera saber que podría ser aquello.

Sentada en una silla, sus dedos golpeaban la mesa del comedor, haciendo un eco en aquel silencioso lugar, aumentando el sentimiento de preocupación en la mujer.

Ya sintiéndose incómoda con el sentimiento, llamó a su hijo. Pasaron dos toques antes de que este tomará la llamada y le tranquilizara escuchar su voz.

— ¿Bueno?. —

— Izuku Midoriya, ¿Dónde estás?. — Preguntó con seriedad, acababa de pasar un susto por no saber dónde estaba su hijo y no fue para nada gracioso. Si no tenía un buen motivo, juraba que lo castigaba de la peor manera posible que exista en este mundo para él.

El chico aparentemente se sorprendió.

— ¿¡Mamá!? ... Yo, uh, vine a dejar a Ochako a su casa. — Le respondió su hijo, ella soltó un suspiro exhaustado y cansado, pero notablemente tranquilo como calmado.

— Bien, pero regresa pronto. No es lindo que te desaparezcas y no sepa dónde estás. — Él le dijo que estaría pronto y colgó, ella sólo masajeo su sien, su hijo en serio era un caso aparte. Esperaba que cosas así no volvieran a pasar, por qué le daban un dolor de cabeza muy intenso.

Ahora ella quería dormir un poco, y no dudó en irse a su cama para descansar.

Nota de autora: Disfruten de la calma, mañana se romperá t o d o.

"Me niego" (Bakutodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora