Cap 51: Debíamos decirlo

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Cap 51: Debíamos decirlo

En ese momento me encontraba abrazada por Louis. Sollozaba detrás de mi oreja, y yo trataba de calmarlo. El sabía que tenía que hacerlo pero no podía solo, es sentía que no podía, y yo sentí lo mismo muchas veces, por eso no iba a dejarlo solo ni esta vez ni en ningún momento.

-Vamos Louis-  dije tomándolo de los hombros y empujándolo hacia atrás. Tenía los ojos cerrados, no quería mirarme, le dolían los ojos de tanto llorar. Estaba todo rojo por la tensión que había contenido. Todavía aspiraba y respiraba cómo si se estuviera ahogando. Pero al menos ese nudo que tenía en su garganta se había deshinchado con esto y ese infierno se fue con el.

Louis: -Ya, ya va… no se, no puedo- parecía un niñito de  seis años, pero el sentía dolor y pena por su familia. Tenía miedo de que dijeran que si y que por una tonta batalla todos sus compañeros murieran y el se quedaría solo. Eso debía ser terrible de enfrentar.

-Vamos Louis. Aún ni se los hemos mencionado y ya estas llorando. Ya para… yo también he sentido dolor y en exceso…. Pero no podemos decir que NO ahora. Ya ha pasado, se supone que eres un hombre- Dije mientras podaba una de mis manos en su nuca y le acariciaba su corto cabello.

Louis: -Si ___..... Esta bien todo va a estar bien… pero promete que te quedaras junto a mi por favor- Dijo este con mirada suplicante abriendo unos enormes ojos que estaban de un intenso color rojo y el azul resplandecía cómo la noche.

-Te lo prometo y te lo he prometido y tú me lo has prometido desde hace mucho. Jamás nos hemos dejado el uno al otro, siempre estuviste para mí y yo estuve para ti Lou- Aspiró y suspiró una vez más. Yo le acariciaba su mejilla enrojecida que hervía cómo una caldera de tanto dolor. Me paré en mis dos piernas sacudiéndome el polvo del suelo con las manos.

Le extendí una mano y lo invité a pararse. Acompañados uno por el otro y tomados de las manos, salimos de la cocina, Ya en la sala comedor dónde hallábamos la gran mesa me encontré a Tina barriendo. Llevaba un vestido blanco y tenía el pelo recogido en dos coletas, le brillaba cómo dos luces. Se giró al notar mi presencia y se quedó con la boca medio abierta, al notar que Louis ni yo estábamos del todo bien.

Tina: -¿Podría ayudarlos en algo?- dijo cómo si no le encontrara sentido a la situación, parecía no entenderlo y era de lo más común. Dejando de barrer para empezar a tratar de razonar.

-¡Tina!, ve y diles a las chicas y chicos de arriba que se reúnan afuera, es sobre algo muy importante… Nosotros nos ocuparemos de avisarles al resto-. Le exclamé casi gritándole. Se le iluminaron los ojos cómo dos linternas y un sol brillaba en ellos, pero detrás de esos ojos cafés ocultaba un “Espérate, no entiendo nada”. Aún sin comprensión alguna, corrió escaleras arriba, a avisarles a todo aquel que se encontrara en las habitaciones. Tina me tenía confianza y por eso me obedeció.

Con Louis salimos del comedor para encontrarnos con la puerta que estaba abierta y dejaba entrar una tenue luz. Sentí cómo su mano apretó la mía, haciéndome sonar mis pequeños huesos, obviamente que el era más fuerte y me estaba lastimando la mano. Dejó escapar un leve suspiro y vi cómo sus ojos se cristalizaban.

Louis: -Vamos ___... ya no hay marcha atrás- Dio unos pasos adelante y salimos por el pórtico, el viento nos dio un soplo en la cara y nos dejó a la vista a más de su familia. Entre ellos estaba Hellboy y Anís que estaba recostada en una silla de madera, tomando unos pocos rayos solares. Algunos de los niños estaban cómo cachorros y se perseguían, jugaban y mordisqueaban las orejas, igual que un perro pero más grande.

Hellboy enseguida dejó de hablar con uno de sus familiares; Un chico castaño. Nos dedicó una mirada y dejó de sonreír, mantenía una boca apenas abierta y dio unos pasos adelante al ver a Louis tan frustrado.

Media Luna (One Direction Y TU) La mansión y el bosque SaworttDonde viven las historias. Descúbrelo ahora