Media Luna (One Direction Y TU) La mansión y el bosque Sawortt

Cap 65; Contacto con los Munchcris

Cap 65; Contacto con los Munchcris

Es aquel momento en el que piensas: ¿Algún día acabará mi travesía?, intento no sonar hipócrita, pero todo lo que empieza tiene que acabarse algún día, o alguna vez aunque transcurran siglos y milenios. El tiempo pareció volar con el viento. Así se cumplió el mes. Habíamos conseguido mas reclutas de lo que esperábamos, habíamos avanzado más de lo supuesto. La fría nieve caía despacio, y ahora el valle estaba teñido de color plata, el cielo negro y abismal, los arboles secos y muertos.

Ultima vez, sería hora de acabar. Los Munchcris eran nuestro último objetivo. Hellboy iba a acompañarnos para acabar, Liam y Louis estaban ya preparados. Era temprano en la mañana, el mejor momento para hablar de lobo a lobo.

Lamento ser apresurada al contar esta anécdota, pero me tardaría demasiado en explicar cada detalle.

Cruzamos el valle para adentrarnos en el frondoso bosque.

Louis: -Al otro lado encontraremos un claro, que estará dividido por una corriente de agua y una cascada del deshielo de las montañas.- Aunque su explicación sea un poco inentendible podía suponer que los dividía la cascada o un río.

A decir verdad el camino se hizo muy corto, debido a la cháchara que salía de nuestras bocas, fue divertido y satisfactorio caminar en la mañana, reíamos como hace mucho no lo habíamos hecho.

Los bordados de mi ropaje ahora eran del color blanco de la nieve y café del barro. Respiraba hondo y saboreaba ese aroma a invierno artificial. Liam me tenía a su lado y realmente se sentía muy bien, lo que faltaba era un té caliente. Extraño tanto lo hogareño.

Sin más, llegamos a las diez de la mañana, 3 pequeñas cabañas formaban una fila, se notaba que eran un poco menos enriquecidos, ya que ninguna de las casonas tenían puertas, sólo unas sabanas que bloqueaban la vista al interior. La madera estaba tan arruinada por el tiempo y el techo ahora teñido de color blanco. Al frente teníamos el famoso río en movimiento, bastante ancho y más a lo lejos se veía la cascada que barría a su paso con el agua. Imposible cruzarlo sin mojarnos. Era nuestra ultima oportunidad de reunir a las familias por un desacuerdo maldito guardado en el agrava del tiempo. Una incesante preocupación y una niebla intermitente nublaba el otro lado del río como murmurando que nos largáramos, ese silencio incómodo y abrazador que llena hasta el rincón más profundo de tu mente, ahogándote como en un ataúd en llamas.

Ese momento tan grotesco en el que debes elegir hacer lo correcto por más duro que pueda ser.

Fui la primera en coger coraje, me lancé dándome un chapuzón hasta las rodillas, el agua tan helada era como agujas en mi piel, el frío estaba jugando conmigo, el miedo de perderlo todo, estaba volviéndome inconcebiblemente loca.

  Pisé tierra, tierra blanca de color nieve. Entonces fue cuando ahí lo sentí, el punzante ardor en mi pecho, los espasmos de mi corazón que me gritaban regresar atrás, pero mi mente tenía otra idea, así fue cómo avancé directamente, era mi turno de triunfar.

Sentí el voluminoso cuerpo de lobo y oso tras de mi, empapados pero fugaces como siempre. Mi tiempo pronto terminaría y todo esta fantasía se terminaría, por que una realidad no es mas que tu subconsciente que te reúsa a creer en la irrealidad, y créanme que este mundo está lleno de irrealidades, tanta las cuales jamás conoceremos. Las cuales se funden en el tiempo y el inquilino espacio entre nuestras taciturnas mentes concedidas en este maravilloso mundo lleno de mentiras y verdades.

De entre las cabañas se oyeron los murmullos de aquellos que temían salir. De entre las aberturas de las sabanas se veían esos ojos amarillos tan oscuros y brillantes a la vez.