Media Luna (One Direction Y TU) La mansión y el bosque Sawortt

Cap 54: La lista 1/2

Cap 54: La lista 1/2

Narras tu:

Poco tiempo luego de que los Boars habían decidido por su cuenta unirse a nuestro ejército, los Criseida habían quedado perplejos ante la noticia y la llegada de estos animales al exterior de la cabaña, enfrente de la vista de todos. Habían hecho su aparición luego de salir de unos arbustos, y nadie los había visto, se camuflaban perfectamente con cualquier maleza a su alcance, ya sea una piedra se volvían invisibles y surgían de aquella maleza o piedra cómo si hubieran sido parte de la misma; Louis llamaba a eso “La magia de la naturaleza”, y lo decía literalmente por que esto daba la ilusión de ser magia verdadera y no aquellos trucos baratos que compras en un juego de magia.

Estábamos todos reunidos aquel día, el sol se ocultaría pronto, podía ser visto por el alcance de todos nosotros, y era tan enorme que parecía poder tocarse, pero no era más que una estrella flotante en el espacio. A pesar de que resplandecía cómo pocas veces, esta vez hacía el mismo clima de siempre, abrumante, pesado y frío.

Llamé a Louis a Liam con un leve movimiento de cabeza dirigido a la entrada de la puerta,  estaban hablando como cualquier día luego de ser interrumpidos por mí. Anís me había dicho que me esperaba en la cocina para platicar, ya que se había tomado el trabajo cómo cualquier madre de organizar ciertas cosas para la batalla que fuéramos a tener. Los chicos no se tardaron  ni menos de 5 segundos en asistir. Entramos a la cabaña y nos dirigimos a la blanca y silenciosa cocina, dónde yo solía lavar los platos. Allí estaba Anís con una libreta de tapa de cartón doblada a la mitad, había un lápiz  corto de tanto usarse en la esquina de la mesada, dónde también había vajillas limpias y otras sin lavar que eran acompañadas por cubiertos manchados. Tuvimos que dar un suspiro con propósito para que notara nuestra presencia.

Anís: -Acérquense…- nos dijo pasmada. Nos mostró la desgastada libreta, que tenía marcas de hojas arrancadas y sólo le quedaban unas 5 al pie. Tomó el lápiz viejo de la mesada que sería usado cómo puntero para señalar la lista de materiales, o mejor dicho animales. La primera opción que pude leer, eran los Boars y estaba enmarcada en un costado por una cruz hecha a lápiz.

Anís: -Lo primero que han logrado fueron los Boars, por eso lo taché con una cruz: Significa que los tenemos en el ejército. Los siguientes de la lista son los cervelos-

-¿Qué son los…Cervelos?- Tuve que volver a leer el nombre de estos dichos seres para poder pronunciarlo.

Liam: -Son Ciervos blancos-

Anís: -Pero no son cualquier ciervo blanco, estos ciervos blancos son especiales. Son animales tímidos, pero amistosos, de una estatura promedio para un animal grande, miden los más grandes un metro 20 cm o un metro 40 cm. Pero no necesitan una gran altura, por que lo impresionante son sus astas, Están hechas de rama de roble naturales y tienen bordados dorados, son majestuosas y siempre están limpias, son un hogar y reposo para todas las aves, ya que a pesar de que tienen una cabeza pequeña tienen la suficiente fuerza para sostener el roble sobre sus cabezas. Ni hablar de su pelaje, es simplemente hermoso, dicen que es cómo tocar el algodón de una nube, nunca sentirás algo mas suave o cálido y cuando le da el sol, este pelaje toma resaltantes reflejos dorados.- me quedé impresionada, ¿serían cómo yo me los imaginaba?, ¿Serían dioses estos animales?.

Anís: –Me hace acordar a mi niñez, vi uno cuando era joven, y tuve la fortuna de acariciarlo por unos segundos. Se aparecen cuando el corazón de alguien está en su estado más puro… debió ser aquella vez ya que yo había estado curando algunos pichones de ave que se encontraban en la zona, y les había dedicado tiempo… esa tarde los había dejado por ese mismo lugar, y fue cuando se me apareció ante las espaldas, los polluelos volaron con esfuerzo hasta las astas de roble y oro. Estaba tan perpleja aquella ves que me había quedado sin habla… extendió su hocico para agradecer mi bondad y me dejó rozar mi mano en el… pero así cómo se me apareció inesperadamente, de igual manera se fue con los polluelos.-