Cap 60: Resaca. Problemas

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Cap 60: Resaca. Problemas

Narra ___:

Un destello de luz solar entró por la puerta de afuera, bañando el pasillo con su calor, rozando nuestras caras adormecidas. El aroma era el mismo de todos los días, calado en polen, tierra y un toque salvaje y bastante húmedo. Pues era muy obvio que abría humedad luego de la tormenta esa noche. Me encontraba abrazada a el, el olor del alcohol aún persistía en su aroma. Su cabello estaba graso y su ropa humedecida por la noche fría. Dormía cómo nunca antes lo había visto, tendría una molesta resaca cuando despertase de su apacible sueño.

Podré haberme pasado media hora mirándolo esta mañana, era tan plácido que daba la gana de descansar. Me había prometido custodiarlo durante toda la noche, pero el cansancio había podido conmigo, hace días que venía durmiendo bastante mal y quedarme cuidándolo toda una noche entera no era ninguna tarea fácil. A decir verdad, estaba tan anonado que creí que no despertaría, entonces apenas con fuerzas me dormí a las 4 de la mañana, junto a el me había sentido algo protegida de los relámpagos que me atemorizaban, a pesar de que estuviera borracho y dormido.

El agua que aún persistía en los vasos delante de nuestras caras vibraba ante unas pisadas que crujían y se aproximaban desde las escaleras de madera. Maldita sea, no quería que vieran de esta manera al chico. Anís bajaba algo adormilada, ya cambiada, presentaba un vestido amarronado acompañado con un delantal limpio. El cabello lo tenía tan largo, que al no estar recogido, las extensiones canosas le llegaban hasta por debajo de la columna. Acompañada por unas alpargatas, a diferencia de los demás que presentaban sus pies al desnudo. Me asusté. Cual sería su reacción con la imagen ante si. Pero para sorpresa, la pobre estaba tan dormida que solo miró dónde apoyaba cada pie. Se encaminó a la cocina, para preparar el desayuno de todos nosotros. Entonces era muy temprano.

Observé la aguja del reloj que marcaba las siete y media. No había tenido noción del tiempo en el cual me encontraba, significaba que había dormido menos de 3 horas, me encontraba debilitada, agotada y me desperté aún más al escuchar un quejido proveniente de la cocina. Mordí fuertemente mi labio y me levanté de la silla enfrentando lo que estuviera por venir.

-Anís- vacilé en el marco de la puerta. A la vez me miró confusa y con ojos cansados, tal vez preguntándose que hacía yo aquí y ahora.

-¿Qué haces acá querida?- esbozó. Me estrujé el cerebro buscando respuesta inmediata.

-Fui al baño…-Tartamudee -Y luego me acerqué a por un vaso de agua-.

Anís: -Nunca te despertas a estas horas-

-Quería ocupar el baño antes de que fueran las ocho, a esa hora de veras que se llena de chicas, entonces opté por levantarme media hora antes que las damas- Me sentí grandiosa por haber encontrado una buena respuesta.

Anís: -¿Sabes si pasó algo esta noche? Lo digo por que hay mucho olor a alcohol- Me interrumpió, un frio me recorrió de los pies a la nuca, y el vello se me erizó.

-No tengo idea, debes estar cansada-

Anís: -Lo estoy, pero mi nariz nunca me a fallado- A hora si que estaba metida en un grave lío. Esta misma ante la duda abrió las puertecitas de la alacena donde se encontraban las bebidas alcohólicas, dónde yo las había guardado. –Alguien ha estado hurgando y puedo saberlo. Me falta una botella de vino tinto español y una de whiskey alemán- Me quedé petrificada, cómo podía recordar cuales le faltaban, siendo tan vieja y habiendo tantas botellas distintas.

-Juro que no se- Dije con nerviosismo y alteración. Me sentí arrasada cuando le juré que yo no había tenido nada que ver con el alcohol, ella tenía su confianza puesta en mi, me traté de auto convencer de que era una mentirita piadosa. Me miró con cara de pocos amigos y una gota de sudor me rodó por la frente, volvió a lo suyo y me ordenó que subiera a mi habitación, asentí con la cabeza y salí apurada de la cocina. Me acerqué a Louis dando zancadas silenciosas de dos en dos. El mismo seguía dormido, sería muy difícil despertarlo, ni quería hacerlo, pero era casi una obligación que Anís no lo viera. Si lo veía no tardaría en darse cuenta de el había sido el responsable de extraviar sus dos botellas favoritas. El susto me recorrió de pies a cabeza y le palmee las mejillas apenas al descubierto que se encontraban bajo sus brazos. Gimió por lo bajo, yo le susurraba que se levantase y que era urgente. Abrió sus ojos, tenía ojeras horrorosas, las cuales nunca le había visto, me dieron espanto, y se encontraba muy pálido, casi parecía muerto. “Hay” bostezó. Se lo notaba bastante mal apenas abría sus ojos. Estaban opacos, no tenían brillo y estaban perdidos. Intentó levantarse pero se cayó de la silla provocando un impacto de ruido. Me asusté –Louis…-me inquieté.

Media Luna (One Direction Y TU) La mansión y el bosque SaworttDonde viven las historias. Descúbrelo ahora